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Martes, 9 de enero de 2007

PLASTICA › BALANCE DE TEMPORADA Y PERSPECTIVAS PARA 2007

La memoria y el futuro van marcando caminos en el arte

En 2006 la oferta artística apuntó a los 30 años del golpe y a las intervenciones surgidas de la experimentación con nuevas tecnologías. Lo que vendrá.

Paul Klee decía que el arte no reproduce lo visible, sino que lo hace visible. Con esta premisa, al observar las exposiciones realizadas durante el año pasado, los artistas implicados y los temas tratados pueden fijarse algunas de las aristas de 2006 y adelantar cuáles serán las actividades destacadas de este año. Utilizando como centro la ciudad de Buenos Aires, es posible destacar las exhibiciones en conmemoración de los 30 años del último golpe de Estado, la descontracturación de los espacios de exposición ganando lugares atípicos y las intervenciones surgidas de la experimentación con nuevas tecnologías. En esta nueva temporada volverán las exhibiciones que compilan trabajos de artistas paradigmáticos, así como también continuarán las exposiciones que resultan de las colaboraciones y trabajos en conjunto de la Argentina con otros países.

Lo sucedido durante el último gobierno de facto se hizo presente, a lo largo del 2006, a través de trabajos realizados durante el período en cuestión, como la exposición Cuerpo y materia que se presentó en el Espacio Imago de la Fundación Osde. Y nuevas obras, como las exhibidas en marzo en el Recoleta, en 30 Años. Estéticas de la Memoria, y la exposición Desaparecidos, realizada en septiembre, que reunió el trabajo de artistas latinoamericanos que durante los últimos treinta años trabajaron con diversas técnicas el tema de la desaparición de personas.

Una de las principales corrientes del arte posmoderno que se continuó extendiendo dentro de las modalidades de exposición fue la que tuvo que ver con la toma de lugares atípicos para exponer, rompiendo con el imperativo del encierro de las obras dentro de una habitación. Estas fueron sacadas a la calle, brindando una posible trasfiguración del papel del espectador. La conmemoración de los primeros cien años de vida de Horacio Coppola hizo que Buenos Aires lo festejara con una exposición en el MNBA y otra realizada en las calles porteñas. Se mostraron las imágenes tomadas por el fotógrafo en la ciudad de principios de siglo, en carteles de tipo publicitario enfrentados a los sitios en la actualidad, invitando a la comparación visual. En el Malba, el artista David Lamelas realizó una instalación en la puerta de la institución llamada Tiempo como actividad, que tenía el fin de reflejar la actividad usual de la zona en la superficie espejada de la obra. Gonzalo Córdoba, en tanto, realizó en La noche de los Museos intervenciones con luces y sonidos en la fachada del Cabildo, y en diciembre, en ocasión de los 10 años de la Fundación Proa, proyectó sobre el puente de la Boca una serie de luces que embellecieron la noche. Por último, el ciclo Estudio Abierto, que rescata en sí mismo el proyecto de tomar lugares atípicos y resignificarlos, durante su última edición tuvo como epicentro el Correo Central, dando la oportunidad a los visitantes de conocer por dentro el paradigmático edificio.

Las retrospectivas estuvieron a pedir de boca durante el año del IV Centenario de la publicación de Don Quijote de la Mancha. Por este motivo el Centro Cultural Borges presentó más de cien obras gráficas originales, bajorrelieves y esculturas de Salvador Dalí acerca del Ingenioso Hidalgo. En el mismo lugar estuvo expuesta la obra gráfica de Marc Chagall con aguafuertes, aguatintas y puntasecas. Robert Capa, denominado por el Picture Post como el Mejor Fotógrafo de Guerra del Mundo, estuvo presente con una selección de 26 fotografías tomadas durante la Guerra Civil Española en la Batalla de Ebro. Pablo Picasso tuvo en julio su exhibición. Los bocetos orinales del Guernica fueron lo más destacado de la muestra. México estuvo representado con una muestra de Frida Kahlo y Diego Rivera. Se expusieron dibujos y fotografías de la pintora mexicana, junto a una serie de dibujos, tres pinturas y un mural de Rivera.

El Centro Cultural Recoleta, con la exposición Territorios de Diálogo. Entre el realismo y el surrealismo, mostró obras procedentes de 26 instituciones y 32 colecciones privadas, reuniendo a algunos de los artistas más influyentes de la primera mitad del siglo XX. Mientras que en el Museo de Bellas Artes las retrospectivas estuvieron encabezadas en marzo por la muestra en honor a Rembrandt, que incluía grabados y pinturas de maestros holandeses y una exposición de artistas contemporáneos realizadas con las técnicas del maestro del claroscuro. El suceso de la temporada para la misma institución fue la muestra del artista colombiano Fernando Botero. Titulada El dolor en los ojos de Botero, se constituyó con grandes cuadros realizados por el pintor representando a través de sus clásicas deformaciones volumétricas la violencia desatada en su país natal.

Se pudo ver parte de las nuevas tendencias en Recoleta, a través de los artistas integrantes del festival onedotzero, que junto a su creador Shane Walter desembarcaron por primera vez en Latinoamérica para festejar su décimo aniversario. Trajeron instalaciones interactivas y presentaciones audiovisuales en vivo. Otro visitante fue Tony Cragg, el escultor inglés, que exhibió piezas de gran tamaño y variados materiales. El Malba, mientras tanto, a través de su ciclo Contemporáneo, acercó obras de artistas latinoamericanos del siglo XXI a un público local siempre exigente.

Este año viene cargado de actividades artísticas. El C.C. Recoleta realizará una muestra de Antonio Seguí y concretará una megaexposición por los cuarenta años de Les Luthiers. Asimismo, en junio producirá un encuentro de museos. Hasta ahora, entre los participantes confirmados puede mencionarse el Museo Reina Sofía y el Metropolitan de Nueva York.

El Museo de Bellas Artes inaugurará en marzo una muestra de Rómulo Macció y luego otra de Ricardo Garabito. Siguiendo con el festejo de los cien años de la institución habrá una exposición titulada Primeros Modernos en Buenos Aires, que recuperará la trayectoria de los artistas que fundaron en 1876 la Sociedad Estímulo que dio origen al museo. Para mitad de año la exhibición El siglo XX. Diálogos latinoamericanos, se realizará en conjunto con Brasil y hará una comparación entre dos colecciones: las obras del Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro y del MNBA. En septiembre, desde Alemania, llegará la exposición Modelos de Ulm (1953- 1968), sobre una de las instituciones más importantes del diseño contemporáneo. La muestra incluirá un capítulo especial en torno a la figura de Tomás Maldonado, uno de sus profesores y fundadores. Para terminar, el espacio de la Casa de la Cultura, en consonancia con Arteba, tendrá una muestra dedicada a la escultura argentina contemporánea, una muestra de memoria abierta y una gran instalación para el patio de la Casa de la Cultura que resignificará el espacio con líneas de vectores de iluminación.

Informe: Suyay Benedetti.

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Botero y la violencia, en el Bellas Artes.
 
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