Entre los numerosos homenajes previstos por el 50º aniversario de la muerte de Diego Rivera, un grupo de artistas neoyorquinos planea reconstruir el mural que el mexicano pintó en el corazón del Rockefeller Center. Así lo anticipó la hija del muralista, Guadalupe Rivera Marín, quien desde México señaló que “se trata de un grupo de pintores jóvenes que tiene un centro de arte público en Brooklyn llamado Raíces Profundas, y que me invitaron a Nueva York para comentarme sobre el proyecto. Van a ver si es posible reconstruirlo ahí mismo, o en algún lugar de Manhattan”. El controvertido mural –realizado en 1933 en un edificio de la Quinta Avenida, sinónimo del capitalismo– se hizo famoso cuando el mexicano, que ya tenía renombre internacional, decidió incluir la figura de Lenin, poco antes de terminarlo. La reacción del millonario industrial fue ordenar destruir la obra y despedir al artista.

La idea del mural surge en el marco de las conmemoraciones por el 50º aniversario de la muerte de Rivera, pero también en coincidencia con los cien años del nacimiento de su mujer, Frida Kahlo, lo que promete poner a México a tiro de actividades, homenajes, exposiciones y reediciones de libros. “¿Cómo recuerdo a mi padre?”, dijo Rivera. “Pues como un hombre extraordinariamente humano, fundido con las necesidades de las personas, sobre todo del pueblo mexicano y de las antiguas culturas prehispánicas”. Para la hija del artista, “una de sus inquietudes principales fue dar a conocer al mundo lo que fuimos; podría decir que es una de sus principales características, porque trabajó toda su vida por reconstruir la historia de México”.

El principio de las actividades en “el año Rivera” será este mismo fin de semana, cuando la hija del muralista reciba en la capital mexicana a un grupo de artistas de la ciudad de Lyon, quienes presentarán un proyecto para edificar en Francia una plaza que albergará tres murales en homenaje a Rivera (1886-1957). Además, se reeditarán cuatro libros sobre la obra de este artista que deslumbró al mundo en la primera mitad del siglo XX, entre los que se cuenta un catálogo de sus murales en edificios públicos y una reedición de los testimonios sobre su vida, escritos en 1960, con fotografías.

Celebrado como uno de los más importantes artistas mexicanos y militante del Partido Comunista Mexicano, Rivera plasmaba en sus obras, especialmente en los murales, la historia de su país, con escenas de un importante contenido social. La hija del muralista –fruto del matrimonio entre Rivera y Lupe Marín– planea además brindar conferencias en distintas ciudades, como Tacoma, Montreal, Nueva York, San Diego y Filadelfia, con la temática de los murales de su padre. “Tenemos un interés especial en fomentar el arte mural nuevamente en el mundo”, señaló. En materia de muestras, desde Filadelfia llegará al DF una exposición de grabados que se hicieron en el Taller de Gráfica Popular de México, entre los años ’20 y ’50, en los que participaron Rivera, Siqueiros, Orozco y los pintores más importantes de esa época, como Rufino Tamayo. Las muestras conmemorativas también tendrán lugar en el museo Dolores Olmedo, donde realizarán dos exposiciones, una en homenaje a Rivera y otra por Frida Kahlo (1907-1954). El homenaje principal, organizado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (Conaculta), tendrá lugar el día exacto en que se cumplirán 50 años de la muerte de Rivera, el 24 de noviembre, en el Palacio de Bellas Artes, que alberga El controlador del universo, un mural casi idéntico al pintado originalmente en el Rockefeller Center.