Mié 22.10.2008
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DISCOS › TELL TALE SINGS, CAPíTULO OCHO DE LA SERIE DE “BOOTLEGS”

El rico archivo de Bob Dylan

Aunque llega en versión reducida, este nuevo compilado echa luz sobre varias canciones que quedaron fuera de Oh Mercy, Time Out of Mind y Modern Times. En más de un caso, cuesta encontrar las razones por las que Dylan no las incluyó...

› Por Cristian Vitale

Desensillar antes que oscurezca. A fin de evitar la complicación que deriva de seguirle el tren a Bob, el primer acercamiento a Tell Tale Sings debe ser formal. Se trata del octavo capítulo de la serie de Bootlegs que viene publicando Columbia y resulta un problema ajustar detalles: en principio, lo que circula por el mercado argentino es una parte: 13 canciones, entre rarezas y material inédito, con anclaje temporal tentador para el almanaque Dylan: 1989-2006. Una parte, porque hay otra en espera. Y otra más, exclusiva –le dicen versión de lujo– que incluye un libreto con 150 páginas y una reproducción en vinilo de dos joyitas para enfermos: “Dreamin’ of You”, toma inédita de Time Out of Mind, y “Ring Them Bells”, grabada en vivo en el Supper Club de Nueva York, en 1993, a la que sólo se puede acceder vía web. La suma de la tríada da 29 “lados B” del período, pero lo que hay por ahora para el pueblo es el disco 1 con versiones alternativas y descartes de Oh Mercy, Time Out of Mind y Modern Times.

Suficiente para aguantar. El disco 1 contempla cuatro tomas descartadas de Oh Mercy, cada una con su historia en sí. Porque si hay algo caro al planeta Dylan es, precisamente, que cada canción encierra un mundo. Como “Dignity”, aquella pieza inspirada en la muerte de una leyenda del basket yanqui (Pete Maravich) y que el hombre de Minnesota, en uno de sus ataques cíclicos, terminó desechando ¡cinco veces!, incluida una –junto a la Rockin’ Dopsie and His Cajun Band y el dobro de Daniel Lanois– que podría haberle corrido el eje estético al trabajo. La que recupera este bootleg, en el disco 1, es balada a piano solo. Bellísima. Otra: “Most of the time...”, versión alternativa cuyo matiz diferencial pasa por la utilización de acordes raudos y tersos que no agradaron a Bob en su momento. Es más cristalina que la original, concebida a tempo lento y embrujado. “Everything is broken”, menos rockera que la inicial, y una toma inédita de “Born in time”, que sería incluida completa en Under the Red Sky, disco sucesor, redondean y traen al hoy los estados –claroscuros– de ánimo que tenía Bob a fines de los ’80.

Con respecto a Time Out of Mind: Cinco canciones y una, la que abre el disco, cuya desautorización inicial resulta inexplicable: “Mississippi”. Una finísima pieza de folk-blues –de esas con tacto a madera– concebida en su granja de Minnesota, donde ideó el grueso del álbum más exitoso de los ’90. Del resto –“Red river shore”, “Dreamin’ of you”, “Marchin’ to the city” y “Can’t wait”– la única que esquivó la misma suerte fue esta última: la toma alternativa de “Can’t wait” es tanto o más profunda, por rabiosa –la voz de Dylan parece jugar en el límite–, que la elegida para Time Out... De Modern Times, el disco 1 rescata “Someday Baby”, un poco más extensa y marcada a fuego por el excelente trabajo de George Receli en batería. Tres perlitas “extraoficiales” –“Tell Ol’ Bill”, visita alternativa de la incluida en la banda sonora de North Country; “Huck’s Tune” (ídem Lucky You) y “High Water”, grabada en vivo en el Niagara Falls de Canadá, con Charley Patton en voz– completan este cúmulo de tesoros escondidos sobre el que, tratándose de Dylan, es imprescindible echar luz.

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