Tras el fallo favorable a Pink Floyd en su disputa con el sello EMI, más de uno se sorprendió con la siguiente movida de Roger Waters y David Gilmour: después de casi un año de batallar ante el juez con el argumento de que su obra no debía fragmentarse, el grupo firmó un nuevo acuerdo que habilita a vender sus canciones en formato digital... por separado. No fue un acto de esquizofrenia: la banda inglesa tomó el ejemplo de The Beatles, que tardó tanto tiempo en desembarcar en iTunes por exigir que la tienda virtual le rindiera las regalías directamente a McCartney, Starr y los herederos de Harrison y Lennon. Así, la banda eliminó al intermediario (el sello), que obviamente sigue llevándose una parte, pero menor a la habitual. Más allá de las discusiones empresariales, Waters y Gilmour vienen preparando, no muy en secreto, un bombazo para fanáticos: ya es sabido que en mayo el bajista llevará su puesta de The Wall al O2 Arena de Londres, pero además está confirmado que esos shows serán filmados para la edición de un DVD.