DISCOS › FOR THE GOOD TIMES, POR THE LITTLE WILLIES
La cantante y pianista Norah Jones, junto a una banda sólida, rinde homenaje a la tradición del folklore blanco del sur estadounidense y de los Apalaches y a creadores como Willie Nelson, Kris Kristofferson, Dolly Parton y Johnny Cash.
› Por Diego Fischerman
Norah Jones acarrea varias confusiones a su alrededor. Una es que su primer disco haya salido en un sello de jazz, Blue Note, sólo porque la EMI (propietaria de la marca) se decidió a buscar entre sus demos abandonados para encontrar algo con lo que competir con Diana Krall, el hallazgo de GRP, luego parte de Impulse, y después porción de Verve y por lo tanto de Universal, por entonces archirrival y ahora su próxima dueña. La segunda tiene que ver con el hecho de ser la hija del notable músico indio Ravi Shankar, gurú musical de Los Beatles en general y de George Harrison en particular, a quien la cantante y pianista apenas conoció. La tercera se relaciona con su éxito –un primer disco que vendió veinte millones de copias y ganó ocho premios Grammy, por ejemplo– y la presunción de que cualquier cosa aprobada por una multitud es por fuerza chusca y superficial.
Conviene saber, entonces, que Norah Jones no es una artista de jazz –aunque lo conozca y pueda utilizar sus gestos, sus armonías y cierto pianismo–, que su raigambre tiene más que ver con las señales dejadas por su Brooklyn natal y por los suburbios de Fort Worth, en Texas, donde creció, que con cualquier hipotético lugar de la India y, lejos del último lugar en importancia, que es inmensamente talentosa, que su voz tímidamente áspera y el exacto desgano de niña un poco rebelde con que canta son de una precisión demoledora y que, con o sin éxito, se trata de una artista importante. Una cantante que tiene, además, un costado filologista: el grupo The Little Willies (un nombre en homenaje a Willie Nelson) donde rinde homenaje a la tradición del folklore blanco del sur estadounidense y de los Apalaches y a creadores como Nelson, Kris Kristofferson, Dolly Parton o Johnny Cash.
Conformado, junto a ella, por los guitarristas Richard Julian (un muy buen cantante, además) y Jim Campilongo (que también hace coros y aporta algunos temas propios), Lee Alexander en bajo y Dan Rieser en batería (los dos se agregan en coros), el grupo acaba de sacar, seis años después del primero, un disco llamado For the Good Times –incluye el tema de Kristofferson con ese título– que reafirma los valores del debut y se erige como uno de los rescates más interesantes del country norteamericano realizados recientemente. Muy bien tocado y grabado y con una elección precisa del repertorio (en este caso hay un solo tema de Campilongo, “Tommy Rockwood”, los demás son clásicos) se destacan la exquisita versión de “I Remember”, de Scott Wiseman –fantástica Jones, excelente solo de guitarra eléctrica–, de “Permanetly Lonely”, de Nelson, con una superlativa interpretación de Julian, y la final “Jolene”, de Parton.
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