No hay nada nuevo aquí, pero a nadie se le ocurre reclamar algo. Es que el mayor impacto de Cerati Infinito es encontrarse con un paquete de canciones conocidas, pero que aun así, integradas en un solo álbum, producen un impacto de proporciones. Esa inevitable reacción que se produce a medida que van pasando temas de diferentes épocas y queda claro el talento que tenía el tipo en eso de combinar los sonidos e insuflarles alma. Es el primer disco aparecido tras la muerte del guitarrista y cantante, y el CD de 19 canciones viene con el plus de un DVD con idéntica cantidad de videoclips o tomas en estudio, aunque con leves variaciones entre uno y otro. Y así desfilan grandes momentos del que terminó siendo su último álbum, con “Fuerza natural”, “Déjà-vu”, “Rapto”, “Magia” y “Cactus”, en sabia combinación con Amor amarillo, de 1993 (“Te llevo para que me lleves”, el bellísimo “Lisa”); Bocanada, de 1999 (el tema del título, “Paseo inmoral”, “Puente”, estratégicamente ubicado como cierre); Siempre es hoy, de 2002 (“Sudestada”, “Karaoke”, “Cosas imposibles”, “Nací para esto”), y Ahí vamos, de 2006 (“Crimen”, “Lago en el cielo”, “Adiós”, “La excepción” y “Me quedo aquí”). El disco de imágenes, en tanto, agrega “Pulsar”, “Tabú”, “Engaña”, “Río Babel”, “Verbo carne” y “Artefacto”. Ante el pesar por la ausencia de un músico irrepetible en el rock argentino, al menos queda el consuelo de este auténtico banquete de canciones.