Ante la dificultad de encontrar nuevos clásicos que perduren en el tiempo más allá de la rueda del marketing, siempre se puede volver a lo bueno conocido, agregarle un plus y devolverlo a la disquería como brand new. Tal el caso de Depeche Mode, cuya obra viene siendo cuidadosamente reeditada y ampliada con bonus y extras que le agreguen encanto. En estos días les tocó el turno a dos títulos fundamentales, de eras bien diferentes en la vida de la banda señera del tecno inglés conducida por Martin Gore y Dave Gahan. En primer lugar, Some Great Reward, el disco de 1984 que contiene perlas como “People Are People” y “Master and Servant”, relanzado en un bonito digipack que incluye el disco original y un DVD con las mismas canciones pero en sonido 5.1, temas en vivo y un documental de época, Depeche Mode: 1984 (You Can Get Away with Anything if You Give it a Good Tune). Del mismo modo, Songs of Faith and Devotion, el disco que presentaron en un oscurito show en la cancha de Vélez, hace lucir aún más a grandes canciones como “I Feel You”, “Walking in my Shoes” y “Judas” con su correspondiente devedé en 5.1, bonus tracks y el documental Depeche Mode: 1991-94 (We Were Going to Live Together, Record Together and It Was Going to Be Wonderful). En el caso de Green Day, en tanto, las cosas son algo diferentes: su gran pegada fue en 1994 con Dookie, pero había una historia anterior oscurecida por ese éxito y la permanencia del grupo en los años que siguieron. Esa historia queda hoy más accesible gracias a la reedición local del debut 1,039/Smoothed Out Slappy Hours, diez canciones registradas por el entonces jovencísimo trío durante veinte horas entre fines de 1989 y comienzos de 1990; y Kerplunk, el segundo disco lanzado en 1992, un par de años antes de que miles de jóvenes volvieran a caer magnetizados por la energía de un power trío y comenzaran a cantar aquello de “Do you have the time to listen to me whine”... Un poco de arqueología punk.