DISCOS › “BEAUTY & CRIME”, EL NUEVO DISCO DE SUZANNE VEGA
Nuevo disco, nuevo sello y hasta nuevo marido: tras seis años de silencio, Suzanne Vega regresa con Beauty & crime (Blue Note), dedicado a la ciudad que la vio crecer. “Nueva York sigue siendo, pese a sus defectos, mi morada. La percibo como una mujer que en ocasiones no se lava, bebe demasiado, se acuesta tarde y hasta te roba la cartera, pero conserva, ante todo, la inteligencia”, relata la cantante. Como el título Belleza y crimen lo sugiere, se trata de un disco de dualidades, que alterna lo acústico y lo electrónico, los arreglos austeros y los ropajes orquestales, el tono narrativo y el confesional. “Soy una mujer con no menos de dos caras”, admite Vega. “De joven estudié yoga y budismo, así que supongo que, inconscientemente, interioricé esa dinámica del yin y el yang. Me gustan las personas con diferentes perfiles, no esa clase de gente que resulta ser exactamente como parece desde el primer momento”.
Así, el séptimo disco de la neoyorquina se convierte en un involuntario autorretrato, aunque varias de sus canciones versen sobre la metrópoli de los rascacielos o sus singulares habitantes, desde la novelista Edith Wharton al amor imposible entre Ava Gardner y Frank Sinatra (“Frank & Ava”). “Me fascina la iconografía del cine antiguo, el blanco y negro, la elegancia que desprendían Marlene Dietrich o Humphrey Bogart. Esa canción es un pequeño tributo al glamour desde mi posición de persona nada extravagante”, dice ella. Pero Suzanne también le canta a un grafitero al que conoció en el entierro de su hermano (“Zephyr & I”), a un amigo fallecido en el 11-S (“Angel’s doorway”), a su hija de nueve años (“As you are now”) y hasta a su nuevo marido (“Bound”), un poeta callejero que ya le había pedido matrimonio, infructuosamente, 20 años atrás.
“Sé que nuestro noviazgo tiene algo de inverosímil”, dice entre risas. “Llegué a la conclusión de que mi vida está presidida por los guiños del destino. De pequeña me sentía especial, diferente, más próxima a Oliver Twist o David Copperfield que a mis compañeros de clase. Percibo como si cierto tipo de cosas sólo me pudieran suceder a mí.” Algunos episodios resultan, en efecto, impredecibles. Como el éxito descomunal de “Luka”, hace dos décadas, del que su autora sigue sintiéndose muy orgullosa. “Cuando terminé de escribir aquella historia, pensé que muchos no la entenderían y que a otros les horrorizaría su trasfondo de abusos infantiles. Soy la menos cualificada para predecir qué sucederá con mis canciones. ‘Caramel’ se incluyó en dos películas, mientras que ‘Penitent’, a la que siempre vi como mi composición más cinematográfica, aún no apareció en ninguna...”.
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