Aquellos argentinos que habitan más allá del segundo cordón del conurbano son discriminados sistemáticamente por la TV argentina. Es que en el interior del país, el 67 por ciento de las horas emitidas por los canales de TV abierta locales corresponden a retransmisiones de contenidos producidos en la ciudad de Buenos Aires y alrededores. En efecto, quienes habitan este país a más de cien kilómetros del Congreso, la única oferta de ficción a la que acceden gratuitamente es la realizada por los canales o productoras asentadas en la gran urbe: ni una sola hora de ficción se produce en el interior.

Para mayores males catódicos, aquellos a los que se les hace imposible pagar mensualmente un sistema de TV por cable están privados de ver imágenes ligadas al campeonato de fútbol de Primera División, a excepción de que exista una repetidora de Canal 7 en la zona, caso en el cual tienen acceso a ver en directo un partido semanal. Y ésos sólo son algunos de los datos que describen el centralismo del sistema de TV abierta argentino y que surgen del Informe de Contenidos de la Televisión Abierta Argentina, elaborado por el Comité Federal de Radiodifusión. La Dirección de Supervisión y Evaluación del Comfer relevó la composición de los contenidos que se emiten en la TV abierta de todo el país, analizando el origen de la producción (nacional, extranjera, coproducción; propia, terceros, retransmisión) y el tipo de programas (infantil, ficción, noticias, periodístico, variedades). Si bien el trabajo evaluó únicamente el mes de septiembre de 2008, sobre el total de 49 canales abiertos diseminados en todo el territorio nacional, los datos que se desprenden sirven para conocer el mapa de la TV abierta nacional, el funcionamiento del sistema y las desigualdades que éste alimenta entre la ciudad de Buenos Aires y el resto del país.

La TV abierta argentina funciona bajo un sistema centralizado como no ocurre en muchos países del mundo. Casi el 70 por ciento del material que se emite en la Argentina tiene su lugar de origen en la Capital Federal y alrededores. Según el informe, el monopolio de los contenidos de parte de los “porteños” no es el único inconveniente: de ese 67 por ciento de horas retransmitidas en el interior de producciones hechas en la gran ciudad, el 88 por ciento se reparte entre programas de Telefé (54%) y Canal 13 (34%). Esto se traduce en una alta penetración de los contenidos emitidos por los canales de Telefé y el Grupo Clarín, que por cantidad influyen mucho más en los televidentes que aquellos realizados por Canal 7 y difundidos por sus 226 repetidoras. En el mes relevado, en todo el país se emitieron 16.326 horas. De ese total, no deja de resultar llamativo que la región AMBA-La Plata no haya sido la zona que más horas televisivas emitió: sus 2241 horas de aire apenas le sirven para quedar en cuarto lugar. La región pampeana emitió más del doble: 5576 horas, superando a la Patagonia (2633), Cuyo (2382), Noroeste (1907) y Nordeste (1587).

Sin embargo, al analizar el origen de las producciones que conforman las programaciones de cada canal, allí la centralización de la producción en Capital y alrededores se hace evidente. Mientras que en AMBA, de las 2241 horas emitidas, sólo el 5 por ciento (117) correspondieron a retransmisiones (mayoritariamente a causa de las repeticiones a la madrugada de Canal 9 y a la retransmisión de 1 hora diaria de Encuentro en el 7), el resto de las regiones exhiben que más del 60 por ciento de sus emisiones corresponden a producciones de otros canales que funcionan como cabeceras de redes, sea formal o informalmente. La región pampeana es la que más horas emitió pero también la que más retransmitió: sólo el 30 por ciento de su programación no es material realizado en otros canales.

En contraposición a lo que ocurre en el interior, donde sólo el 29 por ciento de la programación es de producción propia (en su mayoría noticieros o ciclos de servicios), entre América, Canal 7, el 9, Telefé y el 13 promedian un 51 por ciento de producción propia, que se incrementa si se agrega el 19 por ciento de producción de terceros (productoras) y el 3% de producción vinculada (realizada por productoras con relación societaria con el licenciatario, como es el caso de Ideas del Sur y Pol-Ka con el 13). A su vez, de las 392 horas producidas por terceros emitidas en septiembre, 278 (el 71 por ciento) corresponden al género variedades (magazines, espectáculos, realities). Estos números desmitifican dos cosas: que la incidencia de las productoras independientes no es tan importante como se cree en cantidad de horas, y que son ellas quienes sostienen la producción de ficción.

Al analizar el origen de la producción entre canales abiertos públicos y los abiertos privados, las diferencias no son menores. En el total del país se observa que la producción propia de los canales públicos es de un 40 por ciento del total de horas emitidas, mientras que de los canales privados ese número se reduce al 26 por ciento, ya que éstos retransmiten un 20% más que los públicos. En la región AMBA-La Plata, del total de horas emitidas por los canales privados sólo el 38% corresponde a producción propia, mientras que en Canal 7 esa cifra asciende al 91%. En tanto, en el interior, los canales públicos producen un 14 por ciento más que los privados y retransmiten un 20% menos.

En cuanto a los contenidos, a nivel nacional, el de variedades es el género que más se emite, con el 36 por ciento del total, seguido por los noticieros (18), ficción (14), películas (10), series extranjeras (6), infantil (5), educativo/cultural (4), periodísticos (2) y deportes y fútbol (2). No deja de llamar la atención el poco espacio destinado a la programación infantil –el proveniente del exterior representa un 30 por ciento más que el producido localmente–, teniendo en cuenta que los niños son los más expuestos e indefensos a los contenidos televisivos.