Star wars es una de las sagas cinematográficas más exitosas de la historia. La creación de George Lucas forma parte del selecto grupo de obras artísticas que lograron trascender el medio –en este caso el cine– en el que nacieron. Convertida en hito cultural de varias generaciones, Star wars acarrea desde hace décadas millones de fanáticos en todo el globo que aprueban o reprueban cada una de sus ramificaciones en el mundo del entretenimiento –sea a través de libros, videojuegos, juegos o dibujos animados– con la misma devoción que signa a las hinchadas de fútbol. Pero como la pasión es mucha y el negocio es grande, nada detiene a Anakin Skywalker, ObiWan Kenobi, Yoda y Ahsoka Tano, que desde hoy regresan a la aventura en formato televisivo: Star wars: la guerra de los clones les devolverá a los fanáticos la cuota de adrenalina audiovisual que necesitan para saciar su adicción. La primera serie semanal de TV producida por Lucasfilm Animation se estrena a las 19 (repite a las 23) por Cartoon Network. Para que la rueda (de la pasión y el negocio) siga girando.

Apuntando a captar la atención de aquellos que por su corta edad sólo escucharon hablar de La guerra de las galaxias a sus padres y no mucho más, el canal infantil pondrá al aire una serie de dibujos animados conformada por 22 capítulos de media hora. Teniendo como horizonte la temática e historia de la saga que comenzó en 1977 con Una nueva esperanza, Star wars: la guerra de los clones le aporta a la historia nuevos personajes y la posibilidad de enfocarse con mayor intensidad en aspectos específicos de la saga, como las batallas épicas espaciales y los duelos con sables láser, hasta la filosofía de los Caballeros Jedi. Cronológicamente, los sucesos de la trama de la serie animada transcurren en los tres años que existieron entre El ataque de los clones y La venganza de los Sith, dando más detalles de las guerras clónicas, el conflicto galáctico –el mayor hasta la fecha– que enfrentó a la República Galáctica y la Confederación de Sistemas Independientes.

La serie animada, producida por Lucas Film, fue realizada íntegramente en el mítico Skywalker Ranch donde Lucas, creador, guionista, director y productor de Star wars, montó su imperio. Con un nivel de calidad acorde con la magnitud de la saga y producida en 3D, Star wars: la guerra de los clones es un auténtico lujo para la pantalla chica: cada uno de los episodios, de 22 minutos de duración, demandó un trabajo de ¡ocho meses! De hecho, al ver los primeros capítulos Lucas se mostró tan a gusto de ver a sus criaturas en formato animado que redobló la apuesta y le encomendó a su equipo la realización de un largo animado, que se estrenó en Estados Unidos en agosto de 2008, como preludio a la serie.

En diálogo con Página/12, Sergio Páez, que realizó el storyboard de la serie animada de Star Wars e hizo lo propio en Pixar para el desarrollo de Ratatouille, cuenta los secretos que acompañaron la producción de la serie, cómo es trabajar bajo las órdenes de Lucas y marca las diferencias entre las productoras. “Poder hacer un pequeño y humilde aporte a una saga tan importante como Star wars es un privilegio. Pero también un desafío. No es fácil complacer a los fanáticos que Star Wars tiene en todo el globo. Pero por suerte adentro del estudio tenemos muchos fans que nos marcan el camino”, reconoce Páez en la comunicación telefónica, en un alto de su tarea en el Skywalker Ranch.

–¿Cómo es trabajar en ese lugar mítico para la industria del cine?

–Poder trabajar en un lugar así es magnífico, imposible de imaginar. A los recursos tecnológicos de última generación se suma la impresionante vista al valle en el que está construido el rancho.

–¿Cuál es la forma de trabajo de George Lucas? Me imagino que debe cuidar a Star wars, su creación más preciada, con mucha atención.

–Es un placer trabajar con un cineasta con tanta experiencia. Lucas es un tipo muy detallista a la hora de criticar las historias, lo que se traduce en esforzarte al máximo a la hora de diseñar los dibujos. Su mayor exigencia pasa porque contemos historias y pensemos dibujos que sean fieles a la saga cinematográfica. Esta serie tiene personajes nuevos, pero sólo fueron aprobados una vez que se comprobó que no entraban en contradicción con historias pasadas.

–¿Pero es un supervisor diario que está encima de cada detalle o más bien su tarea la realiza en las sombras?

–Lucas supervisa absolutamente todo. Si bien cada episodio de la serie tiene un director al que le presentamos los trabajos, una vez aprobados se los mostramos a Lucas, quien añade cambios y aporta ideas. Y así las veces necesarias hasta que llegamos al capítulo final.

–¿Hasta qué punto es posible hacer animación de autor en una serie que se desprende de una saga cinematográfica?

–Una producción así no se podría hacer en otro estudio. La calidad de la serie animada es muy alta. Todas las animaciones están tocadas a mano, no usamos ningún tipo de tecnología de captura de movimiento. Star wars ya tiene un universo y una estética definida.

–En plena era de la tecnología, ¿cómo evolucionó el oficio de quienes hacen el storyboard?

–La tarea ha variado bastante. La primera parte de la producción, desde donde surgen las ideas principales, se trabajan en lápiz y papel. Pero inmediatamente después trabajamos en digital, en una nueva tecnología que nos permite dibujar directamente en una pantalla como si fuera papel. Esa tecnología nos permite que el dibujo llegue directamente a la computadora, hacer reproducciones más rápidas y con un poco más calidad, con mayor textura. Lo único que sigue pintándose a mano son los fondos de los dibujos. Se sigue el proceso tradicional pero a través de computadoras. Eso da un toque especial porque la mano del artista está en todos los planos.

–¿Cuáles son las mayores diferencias entre Pixar y Lucasfilms?

–En cuanto a los contenidos, Pixar se enfoca en películas más infantiles en cuanto a la temática y el diseño que Lucas Film, donde podemos trabajar cuestiones como la muerte, la guerra, el poder... Y la otra diferencia refiere a la estructura: mientras Pixar tiene muchos directores trabajando al mismo tiempo en diferentes proyectos, en Lucas Films, en cambio, la dirección total es de Lucas y desarrollamos sus propios proyectos. En cuanto a la calidad, en ambas empresas el standard es el más alto posible hoy en día.