Presentado como un megashow de la RAI con grandes musicales y artistas internacionales, el debut de la nueva temporada de Susana Giménez en formato semanal (domingos a las 21.30, por Telefé) mostró que, en realidad, este año la diva platinada hará el mismo programa de siempre, sólo que adornado con coreografías y musicales que lo hacen parecer más glamoroso. Sólo eso. Después, la misma fórmula de juegos, sketches, entrevistas y el humor de siempre. De todas maneras, Susana Giménez, sea en formato diario o semanal, parece darle a buena parte de la audiencia televisiva lo que esperan de ella: los 32,8 puntos de rating que promedió el comienzo de la temporada vigésima segunda del ciclo de entretenimientos certifica que la relación de la diva con los que están del otro lado del televisor no conoce de hastío.

Como sucede en la primera presentación de cada año, las confesiones de la conductora sobre su vida privada fueron tema recurrente durante todo el programa. Pero fue Antonio Gasalla, en el papel de Mamá Cora, donde la diva contó –muy a gusto– que “no usa bombacha”, que no sufrió como otras veces la reciente separación del empresario Jorge Rama y desmintió que estuviera saliendo con un joven modelo. Apelando fuertemente al humor, el programa contó con dos sketches. En el primero, que sirvió como apertura, la diva encarnó a Dora, una telefonista de la “ONG Quejate”, que en un lenguaje llano recibía las quejas de la gente. Luego vino otro con Guillermo Francella –repitiendo lo que había hecho el cómico en el debut de ShowMatch–, en el que se pudo ver a la conductora con un body de encaje, mostrando escote y piernas, recuperando a la partenaire de Alberto Olmedo en la década del ’70.

La cuota internacional que le prometió el canal a la diva la dio el breve reportaje que Giménez le hizo a Shakira en Bahamas, en la que la cantante habló mucho más de su infancia y de su relación con Antonio de la Rúa que de música. Además, en el piso estuvieron invitados Maru Botana y Diego Ramos, participando del “Ba Ba Boom” (el juego menos televisivo de la historia, que ni la conductora ni los participantes –mucho menos los televidentes– entendieron), Oscar González Oro (jugó un chico de truco con la diva) y Soledad Pastorutti, el Chaqueño Palavecino y Los Nocheros, quienes cantaron juntos tres temas, entre ellos una impresentable versión folklórica de La lambada. El cierre fue con un segmento del musical El fantasma de la Opera, pasada la medianoche. Era hora de apagar la tele.