TELEVISION › “LA NOCHE DEL 10”, UNA SUPERPRODUCCION A LA MEDIDA DE MARADONA
Diego condujo su mejor homenaje
Aunque Harry Potter midió más en promedio, ayer no se habló de otra cosa que del debut de Maradona en la tele. Visiblemente nervioso y emocionado, el ex futbolista salió airoso de trances difíciles, como la entrevista a Pelé. La presencia de muchos invitados ilustres, sin embargo, se perdió en medio del megaevento.
› Por Emanuel Respighi
Antes que realizar cualquier tipo de análisis, de los muchos que habrá en la calle y en los medios durante esta semana, una serie de preguntas se presentan inevitablemente al intentar comentar lo que fue anteanoche el debut como conductor televisivo de Diego Maradona, al frente de La noche del 10. ¿Es posible realizar un análisis puramente televisivo de La noche del 10? En todo caso, ¿es relevante hacerlo? ¿Sería válido? ¿O, acaso, luego de ver el primer envío del ciclo de Canal 13, no es prioritario remarcar una y otra vez lo bien que está Maradona y cómo disfrutó de su nuevo rol? ¿Vale la pena analizar si como showman Maradona cumplió con las expectativas depositadas en él? ¿O verlo a Diego haciendo jueguito con una pelota de fútbol, con esa sonrisa pícara que hacía tanto no se le veía en su rostro, ante la mirada y las lágrimas de sus familiares más cercanos, no es la imagen más elocuente de lo que fue la velada del lunes? Preguntas y aclaración mediante, una sola cosa quedó en concreto luego del debut del 10: Maradona es capaz de magnetizar a cualquiera, en cualquier ámbito, con su sola presencia.
Visiblemente nervioso, por momentos emocionado, puede decirse que Maradona se movió dentro del estudio como lo hacía dentro de un campo de juego. Ya sin los cortos puestos y en un estudio de TV, pero con la misma fluidez y descaro con que trataba la pelota, Diego manejó los hilos del programa con soltura. Aunque se trataba del debut, con un par de gestos Maradona demostró que no va a ser un mero muñeco de la producción: inclusive, no se privó de señalarle al musicalizador del ciclo, al aire, que quitara la música de fondo cuando entonó el tango El sueño del pibe, conocedor de que de esa manera lograba un clima más intimista. O cuando aprovechó para promocionar el estreno de Sin código, con un juego de palabras (“Vamos a hacer un cabeza: 1, 2, 3, 4, 5... Sin código, véanlo mañana a las 21”, dijo, con un guiño a cámara).
Si se tiene en cuenta que a lo largo de su vida probablemente Maradona pasó casi tantas horas en estudios de televisión como jugando al fútbol, se comprende que experiencia para conducir no le faltaba. Sin embargo, La noche del 10 era una prueba de fuego para el astro del fútbol: se trataba de su primer programa propio, ya no como entrevistado sino como entrevistador; el estreno del ciclo había generado una gran expectativa en el mundo entero; se iba a cruzar por primera vez en un set de televisión con Pelé, su histórico archirrival mediático y futbolístico; llegaba a la pantalla de Adrián Suar casi como “salvador”, en un momento en que la audiencia del canal se encuentra en plena caída; y la competencia local –con la proyección de la primera película de la saga de Harry Potter en Telefé y un especial de ShowMatch, con Xuxa en vivo, en el 9– no le había allanado el camino para acaparar fácilmente la audiencia. Sin embargo, nada ni nadie pudo eclipsar el debut de Maradona (ver aparte).
Desde el especial Esperando a Diego que el 13 emitió previamente, pronto se notó que más que un programa de televisión que iba a tener de conductor a Maradona, el debut de La noche del 10 fue concebido como un espacio de homenaje al más grande jugador de fútbol de todos los tiempos. De hecho, el ciclo se abrió con un mix de músicos nacionales (Fabiana Cantilo, Los Nocheros, Vicentico, Luciano Pereyra, Alejandro Lerner, entre otros), que sirvió de pie para la entrada triunfal de un Maradona entonando en primera persona La mano de Dios, el tema que Rodrigo le dedicó al 10. Cual cancha de fútbol, Maradona fue recibido en el estudio con papelitos y cánticos por la gente que se encontraba en las cuatro tribunas ubicadas en el estudio.
Acompañado por su amigo Sergio Goycochea, que asumió con suma discreción el rol de acompañante, Maradona vivió la noche a flor de piel, entre la emoción y los nervios por el debut. Aunque está claro que los televidentes querían ver a Maradona, importándoles muy poco sus condiciones como animador televisivo, lo cierto es que el primer envío de La noche del 10 dejó la sensación de que acumular invitados internacionales no siempre es buen negocio. En ese sentido, las presencias de Gabriel Batistuta, María Grazia Cucinotta y Gabriela Sabatini parecieron desperdiciarse entre tantas sorpresas y emociones. En el futuro, tal vez, menos invitados pueden hacer más ricas las charlas en el living.
No por casualidad, entonces, fue en la charla mano a mano con Pelé donde Diego mejor se manejó como entrevistador. Aunque sin la filosa verborragia que lo acompañó durante toda su carrera, allí Maradona no defraudó: le preguntó a Pelé sobre el distanciamiento entre ambos, acerca de los turbios manejos de la FIFA y del vínculo que tiene con Joao Havelange y sobre el problema de drogas de su hijo. Un diálogo abierto en el que los más grandes futbolistas de la historia se reconciliaron y hasta se animaron a mostrar sus dotes musicales (Pelé entonando una canción escrita por él mismo, guitarra en mano; y Maradona cantando El sueño del pibe). El final, como no podía ser de otra manera, fue con un “cabeza” entre los hasta ayer rivales.
Acorde con lo que genera Maradona en la gente, los momentos más emotivos del ciclo fueron los que hicieron referencia al vínculo del ídolo con los argentinos. La emotiva carta de un fan marplatense (creador del cartel “Gracias Dios por ser argentino”), las historias que se esconden detrás de cada una de las fotos que Maradona se sacó con la gente, el móvil “en vivo” desde Italia con miles de tifosis del Napoli cantando por Maradona, el dibujo animado que recreaba la pelea entre Pelé y Diego y los goles de Maradona contados y explicados por el mismo Diego fueron las secciones más destacadas de la noche. Un Diego lúcido y auténtico, que pareció disfrutar cada uno de los segmentos y las sorpresas que la producción le tenía preparados. Con invitados internacionales de lujo y un gran despliegue escénico y coreográfico, pocas veces visto en la TV argentina, no es descabellado concluir que a La noche del 10 no le quedó grande la presentación de “megashow” con el que había sido anunciado. Pero eso es, tal vez, lo que menos importa. ¿O hay algo más lindo que verlo feliz a Maradona?
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