Mar 04.05.2010
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TELEVISION › EL DEBATE POLíTICO-MEDIáTICO OPACó EL TONO FRíVOLO TíPICO DE LA ENTREGA DE LOS MARTíN FIERRO

Noche con suspicacias, pero también cruces picantes

Tratame bien se llevó el oro y El Trece fue el gran triunfador, con 19 estatuillas, justo cuando Adrián Suar volvió a estar presente en la ceremonia. Susana y Mirtha tuvieron su premio de cada año.

› Por Emanuel Respighi

La 40ª edición de los devaluados premios Martín Fierro a la TV y la radio no fue la excepción: ninguna de las incongruencias y/o suspicacias que se generan alrededor de las nominaciones y los ganadores parecen sorprender a nadie. Las figuras del medio, ya sea por cansancio o negación porque saben que esa arbitraria lógica a veces los favorece, no sólo no cuestionan el premio, sino que se entregan en plan autocelebratorio a una fiesta organizada por una asociación de la que, por lo bajo, la mayoría descree. ¿Cómo se entiende, de lo contrario, que a nadie llame la atención que desde hace años en cada edición Mirtha Legrand y Susana Giménez se lleven siempre al menos una estatuilla en las manos, tanto a través del “reconocimiento” de los miembros de Aptra o del “voto telefónico”? ¿Es posible, acaso, que justo en la ceremonia en la que Adrián Suar se reconcilia con la institución tras una década de desplante, el fundador de Pol-Ka y director artístico de El Trece reciba no sólo un homenaje –indiscutido, por cierto–, sino también que las ficciones que produce cosechen 16 premios en total y la emisora que dirige sea el canal más premiado de la noche? ¿Alguna vez hubo una edición en la que se enfocara y se agradeciera tantas veces al accionista mayoritario del canal emisor de la ceremonia, en este caso a Daniel Vila, de América?

El Trece se convirtió en el gran ganador de la 40ª edición de los premios que entrega la Asociación de Periodistas de la Televisión y Radiofonía Argentina (Aptra), al contabilizar 19 estatuillas, incluida la de oro a Tratame bien, protagonizada por Julio Chávez y Cecilia Roth (ganadores como protagonistas de unitario). Gran parte de ese total de reconocimientos a El Trece se los brindó la buena cosecha que tuvieron las ficciones de Pol-Ka. Así, Tratame bien fue el programa más premiado, con ocho estatuillas, entre las que se destacaron la de director, autores y rubros actorales (ver recuadro). Además, Valientes obtuvo seis premios (telenovela y rubros actorales) y Por amor a vos, que en 2009 solamente estuvo un par de semanas al aire, otras dos. La cantidad de veces que subió Suar al escenario probablemente haya hecho que, entrada la madrugada, algunos televidentes lo confundieran con Alejandro Romay.

La otra pantalla que se destacó en la premiación fue la de Canal 7, que se alzó con seis estatuillas, aun cuando un programa de material de archivo como Zapping le arrebatara el premio de mejor humorístico a Peter Capusotto y sus videos (únicamente comprensible en la lógica repartidora de Aptra). La ficción de Rosstoc, Ciega a citas, se llevó dos premios: fue elegida como mejor comedia, y Muriel Santa Ana, en su primer trabajo como cabeza de elenco, como actriz protagónica. Además, la línea periodística del 7 fue reconocida al premiar a Pedro Brieger (Visión Siete y Visión Internacional) y a Gabriela Rádice (Visión Siete) por sus trabajos periodísticos. Mientras MP3, gira latina repitió en la categoría musical, el otro ganador de la emisora estatal fue Pinti y el cine, triunfador en el rubro cultural/educativo. Por su parte, Telefe, el líder de audiencia, consiguió nueve premios, mientras que América se llevó cuatro.

Pero el aspecto más jugoso de una ceremonia que se hizo interminable –se extendió por más de cinco horas, con un promedio de 24,9 puntos de rating– fue el cruce que algunos periodistas tuvieron respecto de la crisis mediático-política que se está atravesando desde la decisión del gobierno nacional de enviar el proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual al Congreso. El debate profesional y político signó toda la ceremonia y despabiló la frivolidad habitual que impera en los Martín Fierro.

Al ganar como mejor programa periodístico por La cornisa, Luis Majul subió al escenario a dar un discurso que llamó la atención a propios y extraños. “Quiero agradecer a los accionistas de América, especialmente a Daniel Vila, porque nos respetaron aun cuando muchas veces tuvimos opiniones opuestas sobre diversos temas: les agradezco sobre todo no haber entregado nuestras cabezas, aun cuando autoridades de este gobierno la pidieron más de una vez”, disparó sin mayores precisiones. Y siguió: “Quisiera pedirles muy respetuosamente a la presidenta de la Nación y al ex presidente Kirchner que tengan la generosidad de repudiar con energía los escraches y los ataques, las descalificaciones que venimos sufriendo muchos periodistas de parte de grupos que se definen como oficialistas y de colegas que utilizan el canal público que pagamos todos no para informar, sino para hacer propaganda”, subrayó, en clara alusión al staff de 6,7,8, el programa que competía en la terna.

Inmediatamente después, como si Aptra lo hubiese planificado con lógica chimentera (algo que conoce porque buena parte de sus miembros activos trabajan en ese “género”), Liliana López Foresi salió al cruce al momento de recibir su premio. “Curiosamente o no tanto –recordó–, un día como hoy pero 19 años atrás, Revista 13, periodismo con opinión (ciclo que conducía en Canal 13 y que fue levantado en 1991 por criticar las privatizaciones del menemismo) dejaba de tener opinión. Como sé que todos lo saben, me voy a regalar el privilegio de decirlo yo. Gracias a todos los que lo dijeron y a los que no: de todos aprendí mucho.”

Inaugurado el debate sobre la libertad de prensa y la censura, no faltaron voces en aportar su visión sobre la cuestión. En el mismo sentido que López Foresi, al recibir su galardón por sus columnas radiales en Cuál es?, Jorge Halperín se quejó sobre la postura que toman algunos colegas. “En diciembre de 2007 una radio privada (Mitre) nos levantó el programa (Mirá lo que te digo) y del elenco a Carlos Barragán y a mí”, dijo, y agregó irónico: “Pero no hablo de censura porque se sabe que la censura sólo existe en el Estado. ¡Un poco de equilibro, por favor!”.

Enseguida, otros colegas intentaron ponerle paños fríos al debate. El primero en contemporizar fue Fernando Bravo, elegido mejor conductor de radio, al dedicar la estatuilla a “todos los periodistas que ponen su firma y juegan su opinión para que la democracia esté cada vez más fortalecida”. Luego sería el turno de Rádice, que pidió por “el respeto entre los colegas y por la unión en el país”. Pero el contrapunto no se detuvo allí. En primer lugar, Brieger celebró la discusión. “Se debate mucho sobre el periodismo en estos días y creo que no hay que tenerle miedo. Hay que debatir mucho más. Se han caído muchas ‘vacas sagradas’ y eso es positivo si lo debatimos con altura. El trabajo que hago en la TV pública sólo podría hacerlo allí, que como es la TV de todos hay que reivindicarla”, puntualizó.

La última voz sobre el rol del periodismo fue la de Eduardo Aliverti. En primer lugar, el periodista y locutor –que ganó por su programa Marca de radio– se diferenció de algunas voces “celebrando que le den un premio a un programa que de periodismo independiente por suerte no tiene nada, pero tiene mucho de coherencia y honestidad ideológica”. Y apelando a la memoria y la coherencia que lo caracteriza, les apuntó directamente a las palabras de Majul. “Ya que aquí se ha pedido mucha escupidera a Cristina, a Néstor y al Gobierno, respecto del miedo, y perdón si soy repetitivo: acá se chupó demasiada gente, se picaneó, se violó, se tiraron cadáveres al mar, como para que venga alguno a decir que tiene miedo. Tengan más respeto por las palabras, algunos que dicen que tienen miedo”, reclamó Aliverti. No había nada más que agregar.

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