Jefe de Gobierno alquila centros culturales, teatros y/o cualquier dependencia edilicia de la Ciudad de Buenos Aires para celebrar cumpleaños, eventos empresariales, aniversarios televisivos, cenas de gala y cualquier otro acontecimiento de carácter excepcional. Se aceptan a cambio sumas de dinero que ayuden a incrementar los magros presupuestos destinados por la actual gestión al área cultural, o un espacio exclusivo en televisión al que la máxima autoridad de la Ciudad pueda sacarle algún tipo de rédito político y/o simplemente saciar su apetito cholulo. Organizaciones sociales sin fines de lucro, abstenerse (excluyente).

Aunque puede resultar exagerado, el texto bien podría tratarse de un aviso clasificado publicado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en cualquier matutino y/o revista. Es que, en vista de los últimos acontecimientos, tal parecería ser la política que la gestión de Mauricio Macri puso en funcionamiento en materia cultural. A apenas un mes de haberle alquilado a un empresario el Teatro San Martín para que festejara su cumpleaños, suspendiendo las funciones programadas del 2 de mayo en las salas Cunill Cabanellas y Casacuberta, la nueva noticia es que el gobierno porteño le cedió el Salón Dorado del Teatro Colón a Mirtha Legrand para que celebre desde ahí el cumpleaños número 42 de sus tradicionales almuerzos televisivos. De esta manera, hoy desde las 13.30, por América, Almorzando con Mirtha Legrand se transmitirá en directo desde el recientemente reinaugurado Teatro Colón. Con un detalle que muchos cuestionan: la diva festejará un año más de su programa rodeada exclusivamente de funcionarios del gobierno porteño, encabezados por el mismísimo Macri. Esa decisión suscitó el repudio de trabajadores del teatro y legisladores de la ciudad respecto de la posible utilización de uno de los máximos patrimonios histórico-culturales del país para un fin político.

El uso del Coliseo artístico nacional como escenografía televisiva para los festejos del programa de interés general más longevo de la TV argentina abrió el debate sobre la pertinencia de la decisión del gobierno de Macri de ceder las instalaciones de uno de los salones más importantes del Colón a una celebración propia de la pantalla chica. Al fin de cuentas, el artículo 2º de la Ley de Autarquía del Teatro Colón especifica que el organismo público “tiene la misión de crear, formar, representar, promover y divulgar el arte lírico, coreográfico, musical –sinfónico y de cámara– y experimental, en su expresión de excelencia de acuerdo con su tradición histórica, en el marco de las políticas culturales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”. Nada dice respecto de si el préstamo para el aniversario de un programa televisivo forma parte de sus objetivos o si, por el contrario, resulta incompatible con ellos.

Otra característica peculiar del almuerzo –que, en rigor de verdad, será un cóctel, porque en el Colón está prohibido cocinar y calentar comida– de esta tarde que se suma al debate es que la diva estará acompañada por una mesa conformada por el jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri; el ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi; el director del Teatro Colón, Pedro Pablo García Caffi; y el ministro de Desarrollo Urbano de la Ciudad, Daniel Chain. “Lo que pasa es que Mirtha quiere mostrar cómo quedó restaurado el teatro y nadie mejor que los funcionarios para contarlo”, le explicó a Página/12 uno de los máximos gerentes operativos de América, que prefirió el anonimato. En este contexto, las sospechas de marketing político de la iniciativa no resultan descabelladas.

Consultado por este cronista, desde el gobierno porteño el único que aceptó referirse a la cuestión fue Iván Pavlovsky, vocero de Macri. “Mirtha es una de las dos grandes divas en vida que tiene la Argentina, tiene un palco en el teatro y como creemos que el aniversario de su programa en el año del Bicentenario es una causa importante, nos pareció atinado acceder al pedido”, argumentó Pavlovsky. Según el vocero del jefe de Gobierno, no hubo un pedido formal ni tampoco se le exigió a la producción nada a cambio. “Las charlas comenzaron con la reinauguración del teatro y después de tomar los recaudos necesarios decidimos prestarle el Salón Dorado de manera gratuita, de la misma manera que otros programas han entrado al Colón, como alguno de El Trece y el ciclo radial de Oscar González Oro”, especificó. La diferencia con otros programas es que en este caso todos los invitados son funcionarios del gobierno. “No buscamos ningún rédito personal, porque tengo entendido que los productores intentaron invitar a personas vinculadas con la cultura y una estaba de viaje y otra tenía un problema que le hacía imposible concurrir”, señaló Pavlovsky. A diferencia de cuando el gobierno porteño alquiló el Teatro San Martín, esta vez no hubo pago alguno de parte del canal o la producción del programa para transmitir desde el Colón. El acontecimiento televisivo tampoco demandó levantar funciones ni, dicen, afectará a la actividad cotidiana y programada del teatro. Para Carlos Rottemberg, el histórico productor ejecutivo del programa, éste no es un dato menor. “Mostrar el Colón por dentro al público masivo, al margen de cualquier connotación política, es fantástico”, contó el productor y dueño del Multiteatro a Página/12.

“Que ellos mismos sean los invitados es significativo...”, plantea Máximo Parpagnoli, delegado de ATE y fotógrafo del teatro. “Bah, en realidad ellos se están autoinvitando, si consideramos la línea de mando que tiene el Ente Autárquico del Colón. Es un caso de marketing mediático y un abuso de la institución. Debería investigarse, desde el punto de vista administrativo y jurídico, cuál es la legalidad que tiene este tipo de uso.” Parpagnoli aclara que el repudio “no recae sobre Mirtha Legrand o el ciclo”. “Aunque no vemos de qué forma se encuadra transmitir el programa, por más que sea el aniversario, no vamos a emitir opinión sobre eso. Sí repudiamos la actitud de los directores del Ente Autárquico del Teatro Colón, de Mauricio Macri y de Hernán Lombardi, por la utilización indebida de un edificio que es público”. En su comunicado, ATE Colón indica que “ya en el pasado, los ciudadanos se han expresado claramente en contra de la utilización del Teatro Colón con fines espurios y, en muchas de estas ocasiones, se pudo verificar daño patrimonial producido al edificio por terceros que hicieron mal uso de las instalaciones”. Aunque no lo especifican, quizá se refieran a la controvertida utilización del Centro de Experimentación para la fiesta de otro aniversario, el del centenario de la marca Converse, a cambio de 120 joggings para el Cuerpo Estable del Ballet.

Daniel Filmus, senador del Frente para la Victoria, hace una doble lectura del hecho: por un lado está lo legal y por otro, lo político. “Hay que ver qué tipo de programa será: si es uno para levantar el Colón y mostrar lo que se hizo, no hace falta ningún marco legal”, explica. “Debe hacerse y se ha hecho. No creo que sea ilegal y no le va a traer ningún inconveniente. El tema es utilizar políticamente el Colón para levantar su figura. Lo que Macri hace permanentemente es la utilización privada de los recursos públicos y la utilización de lo público para un fin personal. Eso es grave. El otro día decía que cualquier día nos va a alquilar el Obelisco o las escuelas para hacer cumpleaños de quince...”

Producción: María Daniela Yaccar.