La fórmula “médicos + sus vidas personales + la sala de emergencias” es un combo de eficacia comprobada. Ejemplos tan distintos entre sí como ER Emergencias, Chicago Hope, Scrubs, Dr. House, Grey’s Anatomy, General Hospital y hasta Doctora Quinn han demostrado ser historias atractivas para el público ávido de ver cómo los médicos son capaces de lidiar con sus familias, las adicciones, los problemas legales y –por supuesto– con sus propios egos. Todo eso, mientras tienen la vida de sus pacientes en las manos. Quizás en la búsqueda de alguna variante, en los últimos años el centro de la atención pasó hacia las enfermeras, en programas como Nurse Jackie y Hawthorne, la serie que estrena hoy su segunda temporada por el canal LIV.

Hawthorne es una serie sobre enfermeras o, mejor dicho, una serie sobre la vida de Christina Hawthorne, la jefa de enfermeras del Richmond Trinity Hospital, interpretada por Jada Pinkett Smith (mejor conocida por sus actuaciones en Matrix y Colateral y por ser la mujer de Will Smith). Y como detrás de toda gran enfermera hay un gran médico, ahí está el jefe de cirugía, el doctor Tom Wakefield, interpretado por Michael Vartan (visto en TV en Alias y en cine en Jamás besada). Y es el propio Vartan quien suscribe y confía en la fórmula antes expuesta: “Creo que la principal razón del éxito de los programas médicos es que tienen un trasfondo muy básico, y es que esas series tratan sobre la vida y la muerte, y que los personajes estén peleando en ese tipo de situaciones es una gran oportunidad para contar otras historias”.

Hawthorne no es un documental sobre los servicios de emergencias ni pretende serlo. La enfermera interpretada por Pinkett Smith es una mujer muy apasionada por su trabajo, donde deja las pocas energías que le quedan después de criar y padecer a su hija adolescente y de haber perdido a su marido, víctima de un cáncer. Es común verla transgredir las normas del hospital para poder atender mejor a sus pacientes, y tomar algunas decisiones que poco tienen que ver con las de una enfermera y sí mucho más con las de una médica. Christina es una heroína todopoderosa de esas que tanto se vieron ya en la televisión. Vartan reflexiona al respecto: “Creo que en Hollywood a veces sufrimos el síndrome de la copia o algo así. Si hay un programa que parece funcionar bien, enseguida surgen varios otros imitándolo, o al menos eso tratan”, explica. Según él, Hawthorne “es más realista que Nurse Jackie y trata de contar una historia desde el punto de vista de la enfermera, porque ya hay muchos programas que lo hacen desde el lugar del médico”.

Aunque pueda caer en algunos clichés argumentales (una protagonista que todo lo puede, el componente afroamericano habitual en la TV yanqui, los hospitales impecables), Hawthorne es correcta desde el punto de vista de la realización. La sangre parece sangre, los accidentes lucen como tales y los procedimientos siguen ciertos estándares que los hacen creíbles. “Tenemos un grupo de consultores que nos ayudan a diario y nos hacen parecer mucho más inteligentes de lo que realmente somos”, admite Vartan. “Por ejemplo, es bastante normal que tenga que interpretar una escena en la que estoy haciendo una cirugía o algo que en verdad no sé cómo hacer. Entonces ahí están ellos, para hacernos ver como si realmente supiéramos lo que estamos haciendo, aun en la parte más difícil, que es aprender el vocabulario médico.”

Este actor nacido en Francia disfruta tanto de sus papeles en cine y televisión como de pasar inadvertido en la calle. Aun en su momento de mayor exposición, con la serie Alias, Vartan supo arreglárselas para ser uno del montón. “Tengo suerte de poder vivir una vida normal, la gente en realidad no sabe quién soy, pero cree haberme visto en algún lado”, sintetiza. Pero no se queja y se reconoce afortunado de poder trabajar de lo que le gusta: “No estamos curando el cáncer, sólo es un programa de televisión”, dice, comparación médica mediante. Y en lo que concierne a las críticas negativas que recibió el programa en los Estados Unidos, Vartan no se preocupa ni tampoco los productores, que acaban de firmar para rodar una tercera temporada. “No leo nada, ni lo bueno ni lo malo. Estuve en films que no le gustaron a nadie, pero así y todo la gente me decía ‘me encantó esa película’. Como actor, uno no puede pensar en esas cosas, ni tampoco va a poder satisfacer a todos. Hay un viejo chiste en el ambiente que dice que uno puede estar frente a toda una sala que lo aplaude de pie, salvo por uno solo que está sentado en un rincón. Y es esa persona la que a uno lo va a volver loco por el resto de la noche.”