Vie 22.04.2011
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TELEVISION › EL CONFLICTO POR LA TERCERIZACION EN TELEFE

Tregua durante dos meses

A una “reestructuración” que implicó más de un centenar de empleados fuera de la compañía de Telefónica, le siguió la anulación de horas extra para el personal técnico y artístico. Los trabajadores anunciaron un paro, pero se levantó gracias a una gestión de último momento.

› Por Emanuel Respighi

Hace dos semanas, los empleados le tiraron huevazos a la fachada de Telefe.
Imagen: Jorge Larrosa.

Desde un tiempo a esta parte, más concretamente desde que Claudio Villarruel y Bernarda Llorente abandonaron la dirección artística del canal –hace casi un año y medio–, las novedades en Telefe no pasan únicamente por las modificaciones en su programación ni por la áspera competencia en el rating con El Trece, que en estos primeros cuatro meses de 2011 lo dan como vencedor. Paralelamente a lo que sucede en la pantalla, el canal entró en un espiral de movimientos internos que trastrocó el clima entre sus empleados, con ejecutivos históricos desvinculados de la noche a la mañana, trabajadores cesanteados y otros que acataron el retiro voluntario, sumando más de un centenar de empleados que ya no forman parte de la compañía de Telefónica. El último capítulo de esa “reestructuración” –que incluyó una auditoría interna– se dio esta semana, cuando los trabajadores anunciaron un paro para el miércoles pasado en repudio a que el canal les haya quitado las horas extra con las que el personal técnico y artístico completaba su sueldo desde hacía más de una década. Finalmente, gracias a una gestión de la plana mayor del canal a última hora del martes, la huelga sorpresiva no se llevó a cabo, y el conflicto entró en stand by por sesenta días.

Más allá de los retiros e incorporaciones de directores, gerentes y asesores que ocurre desde hace varios meses, lo que puso en estado de alerta y movilización a los trabajadores del canal fue la decisión de las autoridades de eliminar desde este año las horas extra. Desde enero, alrededor de setecientos trabajadores fueron afectados por esa medida, ya que el personal técnico y artístico que trabaja en las producciones contempla desde hace años esos “adicionales” como parte (importante) de sus ingresos. Según explicaron fuentes de la compañía (Página/12 intentó comunicarse con algún ejecutivo, pero desde la oficina de prensa respondieron que nadie iba a hacer comentarios sobre el tema), la medida tiene como finalidad bajar el gasto operativo del canal y acomodar sus finanzas. Sin embargo, los trabajadores dudan de ese argumento, porque paralelamente las autoridades de Telefe contrataron a casi doscientas personas para que ocupen las horas que por decisión empresarial los trabajadores de planta dejaron de realizar.

“El problema principal no pasa por las horas extra, sino por el profundo proceso de tercerización que comenzó la empresa desde el año pasado”, le dijo a Página/12 Gerardo González, secretario de relaciones institucionales del Satsaid (Sindicato Argentino de Televisión, Servicios Audiovisuales, Interactivos y de Datos). “Desde hace seis meses se puso en marcha una tercerización feroz, que hace que gente de afuera, contratada, deje sin trabajo a los empleados del canal, cambiando las históricas reglas del juego. Nos dicen que es para achicar gastos, pero dejan a personal propio ocioso y contratan a otros profesionales, pagándole el doble. La única explicación posible es que algo raro hay en este nuevo esquema que les mete la mano en el bolsillo a los trabajadores”, señala González. El malestar en el canal es tal que, ante la negativa de la empresa de volver al viejo esquema, hace dos semanas los trabajadores hicieron una suerte de escrache simbólico, tirándole huevazos al frente del edificio de la emisora.

Según cuenta el representante de Satsaid, desde comienzos de año, el canal implementó un esquema de producción de dos equipos, de seis horas cada uno. De esta manera, Telefe eliminó las horas extra que antes les pagaba a sus empleados a partir de la séptima hora de trabajo, pero las reemplazó por nuevos contratados. “Ese esquema no funciona en ningún lugar del mundo, ni en la competencia, porque las ficciones necesitan trabajar siempre con el mismo equipo para mantener la calidad y el ritmo de la jornada laboral. En el país es una práctica habitual que las jornadas de trabajo en una ficción sean de alrededor de diez horas. Si lo que quieren es bajar costos, la empresa debe preocuparse por ser más eficiente y no meterles la mano en el bolsillo a los trabajadores”, agrega el gremialista. Para argumentar sus dichos, González señala que en el nuevo esquema de producción de dos equipos de seis horas se estaba “metiendo” un promedio diario del 70 por ciento de un capítulo, por debajo del ciento por ciento que un único equipo grababa en jornadas de diez a doce horas, de lunes a viernes.

La modificación del esquema de producción, dicen los trabajadores de Telefe, además de ser ineficiente y reducir los ingresos del personal abocado a las ficciones, responde a una lógica que no es la que un canal líder y generador de contenido como Telefe puede llevar adelante para mantener su posicionamiento en el mercado. “Casualmente, este esquema se empezó a implementar desde que Luis Velo, CEO de Telefe, incorporó a la compañía a Enrique Taboada (gerente de operaciones), que trajo el mismo plan que llevó adelante en Canal 9”, cuenta González. “El problema es que se trata de canales completamente diferentes: mientras Telefe es líder sobre la base de una producción importante de ficción (propia o asociada), el 9 es un canal que se mantiene a fuerza de latas centroamericanas y de periodísticos. Es imposible clonar el plan de producción del 9 a Telefe.” En Pol-ka, sin ir más lejos, el plan diario de grabación para una ficción suele ser de entre 10 y 12 horas, de lunes a viernes.

Aunque el malestar continúa, el acuerdo de palabra que el martes por la noche fijaron los representantes del canal y los trabajadores hizo levantar la huelga prevista para el día siguiente. Si bien no se volvió al esquema de producción anterior, como desean los trabajadores de planta, el acuerdo establece una impa-sse de 60 días “en la que se discutirá sector por sector la manera en que la tercerización afecta al trabajo y a los ingresos de los distintos profesionales”. A cambio, el canal se comprometió a que en esos dos meses todos los trabajadores tengan asegurado el cobro de 40 horas semanales como mínimo y a rever el esquema de producción de dos equipos diarios de seis horas cada uno. “En la medida en que la mesa de negociación avance y que cumplan con lo estipulado –afirma el representante del Satsaid–, descartamos medida de fuerza alguna.” Habrá que esperar, entonces, a que las dos partes se pongan de acuerdo para evitar que el conflicto interno se refleje en la pantalla.

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