TELEVISION › JASON BIGGS PRESENTA LA SERIE MAD LOVE, QUE ESTRENA HOY LIV
El protagonista de American Pie encabeza una sitcom en la línea de Friends o Mad About You: personajes en sus treinta, neoyorquinos, profesionales, que se encuentran y desencuentran. “La comedia requiere más trabajo de lo que parece”, dice.
› Por Leonardo Ferri
Sacarse el mote, torcer el rumbo, cambiar de aire. Es normal observar que por más que ciertos artistas logren superarse o hacer algo distinto en sus carreras, siempre serán recordados por aquel hito fundamental que los lanzó a la fama. Le pasa a Bruce Willis con el John McClane de Duro de matar y a Daniel Radcliffe con Harry Potter. Para Jason Biggs, el protagonista de American Pie, es un hecho que aquella escena del autoerotismo con una tarta de manzanas vuelva una y otra vez a la memoria del público cada vez que lo vea, junto con el resto de los gags que hicieron de esa saga una suerte de Biblia de la comedia picaresca para la generación 2.0. Pero los años pasan y Biggs, que ya cumplió 33, está en una buena edad como para intentar algo distinto, o al menos diferente para él. Y si hay un lenguaje que la televisión estadounidense maneja a la perfección es el de la sitcom. Mad Love (desde hoy por el canal LIV) es una típica comedia de situaciones, de esas en las que los personajes secundarios marcan la diferencia, y es la primera incursión del actor como protagonista en la TV.
Aunque el asunto de la entrevista sea hablar acerca de su nuevo proyecto, Biggs tiene el suficiente oficio como para saber que hay cuestiones que no podrá evitar. Después de las preguntas de rigor y de sortear con elegancia las comparaciones de Mad Love con Friends (y de haberse mostrado dispuesto y de buen humor), este cronista no pudo dejar de hacer la pregunta básica e ineludible, con la que debería haber comenzado la conversación.
–(Silencio y luego risas.) Bueno, depende de si estoy en público o no. Si estoy solo, no pienso nada, pero si estoy en público, no puedo dejar de especular con lo que estarán pensando los que me están mirando. Pero bueno, me encanta la tarta de manzana, y no voy a dejar de comerla por eso (risas).
La trama es tan simple como eficaz: Ben (Biggs) y Kate (Sarah Chalke) se chocan, se conocen y se gustan en la terraza del Empire State, en Nueva York, y empiezan a salir. Junto a ellos siempre estarán sus mejores amigos, Larry (Tyler Labine, “el” personaje de la serie) y Connie (Judy Greer), quienes se padecerán mutuamente, sin darles un momento de privacidad a los protagonistas. Mad Love sigue la línea de comedias muy populares de las dos últimas décadas, como Friends o Mad About You: personajes en sus treinta, neoyorquinos, profesionales, lindos, que se enamoran, se encuentran y desencuentran y sufren algunos malos entendidos. Quizá sea, junto con el drama médico, la fórmula más repetida de la televisión yanqui, pero aun así entretiene durante su media hora de aire. “Ojalá tengamos un poco del éxito de Friends, y que la gente pueda disfrutar nuestra serie de la misma manera”, admite Biggs, aunque traza algunas diferencias narrativas que, desde su visión, hacen de Mad Love una comedia más ágil: “Los personajes se conocen y se enganchan enseguida, no como hacen muchos de los programas actuales, que hacen foco en otro tipo de relación, y los protagonistas se enamoran y concretan recién al final de la temporada”.
Aunque hasta el momento se haya dedicado casi con exclusividad a la comedia (incluso con Woody Allen, en Anything Else), Biggs lucha por no quedar encasillado, y destaca las virtudes de la comedia como género, para de paso destacar las suyas como actor: “La comedia es mi género favorito, y disfruto de hacer reír a la gente, sé que soy bueno en eso. El drama es todo un reto para mí, porque no estoy acostumbrado a hacerlo, pero la comedia es más difícil y requiere mucho más trabajo del que la gente piensa”.
Pero al mismo tiempo, y aunque sea la cara más popular de este nuevo proyecto, Biggs no tiene la menor intención de divorciarse del entrañable Jim Levenstein, el antihéroe que interpretó en las tres entregas de American Pie. “La verdad, no creo que alguien vaya a olvidarlo, porque la gente todavía se me acerca y me habla de eso. Pero sí espero que el público pueda empezar a verme en otros roles, aunque eso dependerá de qué tan exitosa resulte la serie”, reconoce. Por si acaso no llegara a funcionar, ya está en marcha una nueva entrega de la franquicia, que esperan poder estrenar en el próximo verano (boreal), y con la que la producción pretende reunir de nuevo al elenco original. “Sólo puedo decir que será muy divertida”, dice Biggs, sin aclarar si habrá o no tarta de manzana.
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