Domingo, 5 de febrero de 2012 | Hoy
TELEVISION › DUSTIN HOFFMAN EN SU PRIMER PROTAGóNICO TELEVISIVO
En Luck, que hoy estrena HBO, el actor de Tootsie encarna a una leyenda de un hipódromo de Los Angeles, que vuelve con ganas de reconquistar su espacio de manos de quienes lo traicionaron y lo mandaron a la cárcel. El primer episodio lo dirigió Michael Mann.
Por Leonardo Ferri
“¡Campeón del mundo de los pesos pesado!” Así, como si se tratara de una historia sobre el mundo del boxeo, un apostador festeja el haber ganado el premio mayor en una carrera de caballos. Y aunque el grito triunfal no coincida con el deporte ni el lugar sea un hotel de Las Vegas, la metáfora es válida, porque servirá para que el televidente se encuentre con un término familiar en un ambiente que no lo es tanto. Porque Luck, la nueva producción original que HBO estrena hoy a las 21, se centra en el mundo del turf, de las apuestas, jockeys, entrenadores, trifectas, pichicatas, evasión de impuestos, purasangres y demás vicios de ese espacio que suele ser bastante desconocido, salvo por las historietas de Isidoro Cañones.
Pero sí hay un rostro bien famoso al frente de la serie: Dustin Hoffman. El actor de Kramer vs. Kramer, Tootsie y Rain Man, en su primer protagónico para televisión, encarna a Chester “Ace” Bernstein, una especie de antigua celebridad dentro del hipódromo de Santa Anita, de Los Angeles, que recupera su libertad luego de tres años en la cárcel, y que buscará también reconquistar el espacio que dejó vacante en manos de quienes lo traicionaron. Para no llamar demasiado la atención (ni quebrar su libertad condicional) Ace elige como testaferro a su chofer, Gus Demitriou (Dennis Farina) para comprar un caballo irlandés valuado en dos millones de dólares. Desde ese momento, todo será una sucesión de traiciones y amenazas, condimentadas con una decena de personajes secundarios (Nick Nolte, John Ortiz, Richard Kind, Kerry Condon, Kevin Dunn y muchos más) que, más que aportar a la historia de este primer episodio, sirven para retratar un universo que a primera vista desorienta, pero que promete.
Quienes hayan visto la serie policial NYPD Blue o el western Deadwood sabrán qué tipo de historias es capaz de escribir David Milch, pero esta vez hay que tener en cuenta que él mismo corrió carreras de caballos alguna vez. De todos modos, el gran responsable de ese estilo de relato en el que el espectador ve más de lo que entiende (pero aun así se queda pegado al sillón) es Michael Mann, director del primer capítulo, productor ejecutivo de la serie, y responsable de títulos de cine como Fuego contra fuego, Colateral, El informante y Enemigos públicos. La impronta de Mann –cámara en mano, vértigo, acción– es perceptible a cada momento, y el ahogo y desorientación sirven de gancho para querer ver más. Hoffman, por si hiciera falta, da una nueva muestra de su versatilidad, que le ha permitido ser la voz del Maestro Shifu en Kung Fu Panda, el Capitán Garfio de Hook, el padre divorciado de Kramer vs. Kramer o el adorable Bernie Focker de La familia de mi esposo. En esta ocasión, el actor deja entrever más de lo que muestra, y hay mucho espacio para la conjetura. Aunque se supone, ¿cómo es que Ace terminó en la cárcel? ¿Qué planea para su regreso y volver a ocupar su lugar?
Fiel a su estilo, Mann se ocupa de tener un buen backup musical que dé soporte a su relato. Para esta ocasión eligió a Massive Attack, que ya cuenta en su currículum con ser la banda sonora de Dr. House. Entre compás y compás, un grupo de apostadores cumplirá su sueño americano de ganar un gran premio, mientras Mann se encarga de hacerles creer a todos que Luck es una apuesta al vértigo y la emoción. Pero no, acá las historias se construyen de a poco. Y mientras la web no dé muchos resultados en la búsqueda, habrá que esperar hasta el domingo para empezar a armar el rompecabezas.
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