Los simuladores midió casi dos puntos más que Lobo, flamante apuesta diaria de El Trece.

Hubo un tiempo en el que los canales de aire sobrevolaban la temporada estival a fuerza de una programación automática plagada de repeticiones de ciclos a los que sólo se les pedía mantener la grilla diaria ocupada hasta la llegada de los programas insignias de cada pantalla. No hace falta ser un observador perspicaz para caer en la cuenta de que esa tendencia va quedando relegada. En primer lugar, porque los canales –sobre todo los líderes– ya no esperan a marzo o abril para estrenar su programación anual: ahora las ficciones diarias del prime time se lanzan apenas comienza el año, según las necesidades de cada quien. La novedad de este verano, en todo caso, es que el recurso de meter mano en las viejas latas de archivo ya no cumple el mero rol de relleno como antaño, sino que –a la vista de los magros contenidos televisivos de hoy en día– esos viejos programas repetidos pueden transformarse en propuestas capaces de recalentar la pantalla de un canal. Basta ver lo que sucede en Telefe para comprender que no siempre una nueva propuesta para salir al paso es mejor que una vieja lata de calidad.

Después de perder el rating anual de 2011 por un largo trecho y en todas las franjas horarias en la competencia con El Trece, Telefe parecía encarar este año sin muchas posibilidades de recuperar el liderazgo. Su mayor apuesta, Gran Hermano, había dado señales de que el bastardeado (y bastardeante) formato está llegando a su fin. El segundo puesto anual en el rating por segundo año consecutivo no es un trago fácil de asimilar para un canal que en las dos décadas previas se había mantenido casi sin interrupciones en lo más alto del podio. Incluso hacia finales de año pasado circularon los rumores sobre el alejamiento de Tomás Yankelevich de la dirección artística, los cuales fueron desmentidos por la oficina de prensa del canal. Lo que trascendió el rumor y se terminó confirmando fue que el español Luis Velo Puig-Durán, CEO del Grupo Telefe y hombre fuerte de Telefónica en el canal, fue corrido de su cargo ante los malos resultados de su gestión y regresó a España con más pena que gloria. Juan Waehner, actual gerente general de Telefónica de Argentina, es quien lo reemplaza en su puesto de ahora en más.

En este contexto, sin embargo, y tras probar cambios de programación de todo tipo durante 2011, Telefe encontró en el verano la fórmula para recuperarse en el lugar menos pensado: las latas de archivo. La primera señal de que la tendencia podía cambiar la dio el ciclo de películas que desde los primeros días de enero Yankelevich hijo programó en la primera tarde, presentado por Virginia Lago. El ciclo, que pretendía hacer tiempo unas semanas hasta el estreno de la telenovela Dulce amor en ese horario, terminó dándole muy buenos resultados al canal, con un promedio de 11 puntos, que le permite imponerse en su franja horaria. Y la telenovela que había sido planificada desde un primer momento para la tarde saltó al prime time y hoy ronda los 20 puntos de promedio en la franja más competitiva de la TV. Soluciones imprevistas que, de todas maneras, encontraron en Yankelevich la voluntad de no temblarle el pulso a la hora de tomar decisiones.

Claro que las películas no fueron las únicas latas que terminaron incrementando la audiencia del canal y calentando la pantalla. Yankelevich encontró en la reposición de programas producidos y emitidos en otras gestiones las piezas necesarias para elevar el promedio general del canal. La vigésima repetición de Los simuladores, el unitario dirigido por Damián Szifrón y protagonizado por Diego Peretti, Federico De Elía, Alejandro Fiore y Martín Seefeld, se transformó en este verano en uno de los programas más vistos del canal: cosecha un promedio de 14,5 puntos de rating en sus dos ediciones semanales (martes y jueves a las 23.30). Una audiencia importante si se tiene en cuenta su condición de material de archivo, repuesto en más de seis ocasiones, y el horario en el que se emite. De hecho, mientras el martes Los simuladores midió 13,4 puntos de promedio, en El Trece Lobo –la principal y flamante apuesta diaria del canal para este año– marcó 11,6 puntos de promedio.

Como si el éxito inoxidable de las repeticiones del unitario que Telefe estrenó en dos temporadas en 2002 y 2003 no fuera suficiente espaldarazo, la reposición de Casados con hijos también suele ubicarse entre los cinco programas más vistos del día en la TV argentina. En efecto, la sitcom protagonizada por Guillermo Francella y Florencia Peña tiene un promedio de 13,2 puntos en lo que va del año, sumadas sus emisiones diarias (a las 14) y el especial de domingo que le agregó el canal esta última semana. El programa, está demostrado, también se transformó en un comodín y, lejos de perder audiencia, cada vez que el canal lo repone mantiene y mejora sus números. Pero si se hace referencia a latas sin fecha de vencimiento, no se puede dejar pasar de largo el excelente resultado que históricamente le dan al canal las repeticiones diarias y los maratones de fin de semana de Los Simpson. La serie animada creada por Matt Groening (que el domingo 26 a las 20.30 estrena en Fox su vigésimo tercera temporada) es una opción de programación que nunca desentona, ya sea haciéndoles fuerza a costosos programas de la competencia o mejorando el promedio del canal durante largas horas en los días de fin de semana.

El combo de repeticiones de buenos programas, la inédita proyección de comedias dramáticas y románticas en la primera tarde y el impensado estreno de Dulce amor en el prime time le permitió a Telefe volver a liderar el rating de la TV argentina durante enero, imponiéndose a El Trece por medio punto (promedió 9 puntos, contra los 8,5 alcanzados por el canal del Grupo Clarín). Si bien los números denotan una importante recuperación del canal, tampoco se trata de motivos suficientes para celebrar, debido a que se sabe que el verano no marca tendencia alguna. De hecho, en 2011 Telefe también comenzó ganando los primeros cuatro meses del año en materia de audiencia, pero una vez que El Trece estrenó una nueva temporada de Showmatch y sus nuevos unitarios, la tendencia no sólo se modificó a favor de este último, sino que le permitió al canal manejado artísticamente por Adrián Suar llevarse el liderazgo anual de audiencia con una holgada distancia. Tal vez por esa experiencia es que Yankelevich volvió a meter mano en el prime time: desde esta semana, las galas de Gran Hermano se desdoblan a las 21 y a las 23.30, dejando entre ambas espacio para la emisión de Minuto para ganar y de un nuevo capítulo de Dulce amor. Un rompecabezas cada vez más difícil de seguir para los televidentes.