Para que una idea sea buena quizá sea suficiente con volver a lo básico, a lo fundamental, al comienzo. La teoría básica referida a la televisión (aun con sus impredecibles cambios de lógica) dice que el éxito está asegurado cuando el producto es bueno y cuando aquello que sucede en la pantalla tiene el poder de lograr identificación con la audiencia. La apuesta de En terapia –la ficción que la TV Pública estrena hoy a las 22.30– es alejarse de la superproducción plagada de efectos especiales, y volver a la simpleza de un buen guión, junto a un grupo de actores que sepan llevar la historia adelante. Además de los ya mencionados, varios son los elementos que hacen pensar que esta versión local de Be Tipul (el formato original israelí) puede funcionar: In Treatment, la adaptación de HBO que protagoniza Gabriel Byrne, cosechó las mejores críticas durante sus tres temporadas, la gran difusión que tiene el psicoanálisis en la Argentina, y un elenco que no sólo se destaca por su cantidad, sino también por su calidad. “No sentimos la presión del rating”, coinciden casi a dúo Diego Peretti y Julieta Cardinali, en un alto de las grabaciones, cuando reciben a Página/12. “El hecho de que se grabaran todos los episodios antes de que el primero salga al aire, sin tener la posibilidad de hacer modificaciones, le da un valor extra muy positivo”, completan, de a dos.

La estructura del programa, a medio camino entre la tira diaria y el unitario, da la opción de apreciar un coro de historias, o seguir a cada paciente en particular. Otra novedad –al menos para la TV argentina, más acostumbrada a alargar que a acortar– es la duración de cada episodio: 23 minutos, sin cortes comerciales. La figura central es la del psicólogo Guillermo Montes (Peretti), que es acompañado en cada día de la semana por un paciente: los lunes con Marina (Cardinali), los martes con Gastón (Germán Palacios), los miércoles con Clara (Ailín Salas), los jueves con el matrimonio de Martín y Ana (Leonardo Sbaraglia y Dolores Fonzi) y los viernes con Lucía (Norma Aleandro), su propia terapeuta. Esa sinergia tan necesaria para poder representar una sesión de psicoanálisis y que resulte creíble –sin más elementos que los diálogos, los gestos y las historias– parece haberse trasladado a los mismos actores, que completan sus frases mutuamente sin perder el sentido de lo que quieren decir, quizá como resultado de las intensas jornadas de grabación y de la gran concentración que dicen necesitar para meterse en sus personajes. “Todo tiene que ser muy de verdad”, afirma Cardinali, “si todo es una cáscara y uno se mete de manera superficial, se nota”, cierra.

Si alguna vez alguien se atrevió a pensar que el psicoanalista era un ser elevado por sobre el resto de los humanos, En terapia se encarga de hacerlo tan mortal como cualquier hijo de vecino. “Mi personaje al principio es un analista muy riguroso y serio, pero de golpe empieza a sentir que la transferencia empieza a fallar por estar involucrado en la historia de Marina, por quien siente una gran atracción”, adelanta Peretti. “Lo que él percibe es que no puede entrar y salir de esa situación, para poder pensar desde afuera, se compromete, se quiere comprometer”, agrega, con plena conciencia de estar utilizando una terminología que ya resulta familiar. “Ya todos saben lo que es transferencia, hay un porcentaje muy alto de argentinos que hacemos terapia”, agrega ella. Aun tratándose de una adaptación, el punto de vista local está presente a lo largo de toda la historia. Así como en la versión de HBO había un ex-marine de la Guerra del Golfo, el personaje interpretado por Palacios es un policía del grupo GEOF. “Tanto los originales como la adaptación son muy buenos, y esos detalles están muy cuidados”, explica Cardinali, quien sólo conocía la serie por haber visto algunos capítulos sueltos. “No es un formato que compraron y nada más –enfatiza el actor–, sino que hay un trabajo de adaptación importante. No es una copia ni un homenaje. Más allá del nivel de penetración que tiene el psicoanális en la Argentina, está bien que el programa se haga acá. Trata temas de mucha actualidad, y por eso es bueno que la gente pueda verlo, porque puede disparar muchas cuestiones”, termina.

En tiempos en los que trabajar en tal o cual canal significa algo más que simplemente estar en la pantalla, ninguno de los entrevistados dice haber pensado de manera diferente la propuesta por el hecho de formar parte de la TV Pública. “Si esto me lo hubiera ofrecido cualquier otro canal, hubiera aceptado igual, no lo pensé ni lo tuve en cuenta”, arranca Cardinali, que junto a Peretti celebra la existencia de este tipo de ficciones en una emisora no siempre destacada por ello. Que En terapia salga al aire en un horario tan competitivo parece no preocupar a los actores, aun a sabiendas de que tendrán que vérselas con los programas de eficacia comprobada de Telefe (La Dueña, Dulce Amor, Minuto para ganar), y con Showmatch, el caballito de batalla que cada año hace que Canal 13 lidere el rating. Respecto de este último, ninguno de los dos lo toma como un incentivo para hacer mejores ficciones. Como explica Cardinali: “Si bien es cierto que el tema Tinelli ocupa una gran franja horaria, no creo que sea por eso que haya cada vez mejores alternativas. Creo que la gente que hace ficción lo hace porque tiene talento y para mejorar y generar productos que sean cada vez más interesantes”.