Por ahora parecen ser sólo los primeros síntomas. Pero no dejan de llamar la atención de un medio que durante más de dos décadas gira en torno de lo que allí sucede. Los datos no son determinantes, pero hablan de que las fórmulas del éxito no son eternas: desde el debut el 11 de junio pasado a la emisión del lunes último, ShowMatch perdió 14 puntos de rating. De los 38,8 puntos que promedió el primer envío de la temporada 2012, el programa de Marcelo Tinelli cayó en la emisión de anteanoche a los 24,8, y por primera vez en la temporada no fue el programa más visto de la jornada. Si bien en sus primeras siete emisiones el ciclo sigue siendo el de mayor audiencia de la TV argentina, parecería que su influencia televisiva ya no es lo que era, teniendo en cuenta que ni siquiera con su valioso aporte El Trece logra ganar el prime time, históricamente suyo desde el arribo de ShowMatch al canal. Por el contrario, por primera vez en muchos años las ficciones de Telefe no sólo le dan batalla, sino que muchas veces le ganan en la competencia directa.

En una temporada que intentó imprimirle al Bailando por un sueño un tono preferencial a la emotividad y la inclusión (según el Manual tinelliano), ShowMatch se topó más temprano que tarde con una respuesta más bien fría de parte de los televidentes. En un año en el que El Trece apuesta todas sus fichas al circo romano disfrazado de show, tras el fracaso de Lobo, Condicionados y la segunda temporada de Los únicos, el ciclo de Tinelli está dando señales de que no marca el pulso de la televisión como antaño. Ni tampoco forma parte inevitable de la agenda mediática. De hecho, el viernes pasado el programa alcanzó su cifra más baja, con un promedio de 21,5 puntos.

Esta audiencia cautiva, pero que fluctúa según los días entre los 21 puntos y los 27, parece ya no alcanzarle a El Trece para imponerse ni en el prime time (la franja horaria que va de 20 a 24) ni en la general a Telefe. La pantalla comandada artísticamente por Tomás Yankelevich ganó los primeros cinco meses del año, se apresta a hacer lo mismo en junio (gana el parcial 11,7 contra 10,8), y sorteó el huracán Tinelli a fuerza de un extraño combo de ficciones blancas: la audiencia de Graduados va sumando audiencia (el lunes midió 26,6 y fue el ciclo más visto) y Dulce amor pelea mano a mano con ShowMatch en la competencia directa. Incluso, en las últimas emisiones en las que compartieron horario, Dulce amor se impone al programa de El Trece. Con estas dos propuestas, más el tropezón de las historias de Pol-Ka, por primera vez en mucho tiempo Telefe pudo conformar un bloque de ficción capaz de quebrar el liderazgo de Tinelli. Habrá que ver si se trata de un momento o si evidentemente algo está cambiando en la TV argentina.

El indicio más claro de que así las cosas Telefe se quedará con el rating anual en sus manos fue la repentina movida que Tinelli y Adrián Suar, director de programación de El Trece, realizaron esta semana. Ante la tendencia en baja del principal caballito de batalla del canal, y la incorporación de Los Simpson a las 21.15 en Telefe, los productores acordaron que la emisión de ayer de ShowMatch adelantara su horario de emisión: pasó del habitual 22.30 al de las 21.45, con la idea de estirar por más tiempo al aire el programa en el prime time y ver si de esa manera engorda su audiencia nocturna. El principal perjudicado de ese movimiento de programación es, casualmente, otro programa de Ideas del Sur: Soñando por cantar pasó a durar 45 minutos.

Ese no fue el único cambio que desde esta semana ShowMatch puso en marcha: tal vez leyendo que la emotividad y la inclusión ya estaban cubiertas por Soñando por cantar, Tinelli decidió dar un giro al tono de su programa hacia el humor. Para ello, el hombre al que no le tiembla el pulso para dar el volantazo con tal de mantenerse en la cima del rating, determinó que era hora de que Antonio Gasalla interprete al personaje de la Nona, y que Martín Bossi pase por el estudio para imitar a Mariano Iúdica. El rating manda: el camaleón televisivo empezó a mutar.