Jue 02.08.2012
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TELEVISION › TELEFE SE IMPUSO EN EL RATING A EL TRECE POR SéPTIMO MES CONSECUTIVO

¿Es el comienzo del fin de una era?

Además del frío número de las planillas, hay indicadores de que el gusto de los espectadores cambió: Graduados supera a ShowMatch cada día, Telenoche ya no es el noticiero más visto y las ficciones de Pol-Ka no funcionan como antes.

› Por Emanuel Respighi

Una estadística, a secas, es incapaz de transmitir la magnitud de lo que representa: es falaz la expresión de que “los números hablan por sí solos”. Sin embargo, cuando a una estadística se la analiza, se la coteja con otras y se la pone en contexto, las cifras pueden llegar a describir situaciones que en soledad no se perciben. Por estos días, la televisión argentina sirve como ejemplo de lo antedicho. El dato que se leerá largo y tendido por estas horas es el que dice que Telefe se quedó en julio con el primer puesto del rating. Que el liderazgo lo mantenga por séptimo mes consecutivo es lo que termina de darle contundencia al rating parcial. Claro que las cifras de rating de julio de la TV local, analizadas en conjunto y en su progreso en el tiempo, permiten preguntar algunas otras cosas. Entre ellas, si, acaso, algo está cambiando en la industria local. ¿Por qué? Porque por primera vez en mucho tiempo se dieron, en paralelo, algunos sucesos que hacen pertinente la pregunta sobre si se está en el inicio del fin de una era televisiva o si apenas se trata de una casualidad temporal.

Los datos más superficiales señalan que con 11,7 puntos de promedio Telefe se quedó con el liderazgo de la TV argentina, extendiendo su hegemonía sobre El Trece, que se mantuvo en el segundo lugar de la tabla general. Los 10,4 puntos de la pantalla dirigida artísticamente por Adrián Suar subrayan, además, que la diferencia que los separa de lo más alto del podio no sólo no se acortó, sino que se extendió respecto del mes pasado: las 0,6 décimas que lo distanciaban de Telefe en junio ahora se incrementaron a 1,3 punto. O sea: la programación de Telefe se mantiene firme como hacía años no pasaba –por lo menos desde el fin de la gestión de Claudio Villarruel y Bernarda Llorente–, mientras que El Trece no da señales de poder revertir la tendencia. Al menos con la programación que había planificado a comienzos de año. Pero eso no es todo.

Lo más sustancioso del análisis pasa por responder al interrogante sobre si el consumo actual de la TV argentina no le está poniendo fin a una era. Las razones para darle entidad a esta inquietud son varias. Una, la más visible, es que la potencia arrolladora de ShowMatch parece estar mostrando algo más que señales de debilitamiento, al menos en el formato “Bailando por un sueño”, como excusa para presentar un circo de escándalos. Es que el ciclo conducido por Marcelo Tinelli perdió en 2012 la preeminencia por la audiencia, privilegio que ostentaba desde hace más de dos décadas. A diferencia de otros años, el programa de Ideas del Sur cedió el primer lugar en el rating de la TV argentina a manos de Graduados, la ficción de Underground con la que Telefe le gana cada vez con mayor facilidad (sea en la competencia directa o como programa más visto del día), con una trama familiar que trae de vuelta el espíritu de los ’80. Si la pérdida del liderazgo descansa principalmente en los méritos de la ficción protagonizada por Nancy Dupláa y Daniel Hendler o si en realidad responde a un cansancio de la audiencia respecto de ShowMatch, es imposible de determinar a esta altura del año. Pero la señal de alarma ya está encendida.

Otra de las tendencias históricas en el consumo de la TV local que este año chocó contra una realidad nunca antes vista tiene como protagonista a Pol-Ka. La productora más longeva e importante en materia de ficción de la TV argentina sufrió en 2012 ya no el mal paso de un programa, sino el de las tres producciones que puso en el aire de El Trece. La primera ficción de la factoría Pol-Ka a la que el público le dio la espalda fue Los únicos, cuya segunda temporada lejos estuvo de la audiencia de la primera, y a menos de tres meses de haberse estrenado fue levantada por las autoridades del canal (llegó a marcar 3,5 puntos de rating). Casi al mismo tiempo, la baja audiencia de la otra gran apuesta de ficción de El Trece, Lobo, terminó corriendo la misma suerte: ante una audiencia diaria que se ubicaba en torno de los 10 puntos en pleno prime time, la tira protagonizada por Gonzalo Heredia fue levantada tres meses después de su estreno. Pero este 2012 esquivo para Pol-Ka cuenta, además, con otro fracaso: el unitario Condicionados, que protagonizan Soledad Silveyra y Oscar Martínez, tiene un promedio cercano a los 8 puntos. La ficción sólo se sostiene al aire con la única finalidad de evitar el bochorno de “levantar” una tercera ficción en un mismo año y a la espera de Tiempos compulsivos y Sos mi hombre, los nuevos unitario y tira diaria que desde este mes intentarán torcer la preferencia de la audiencia.

El tercer indicio de que se podría estar viviendo tiempos de cambios televisivos es que otro ciclo histórico como Telenoche también cedió su liderazgo entre los noticieros argentinos. Siempre según los datos suministrados por Ibope, el noticiero central de El Trece perdió la preferencia de los televidentes. En efecto, en julio el noticiero más visto de la TV local fue Telefe noticias-Segunda edición, que en competencia directa con Telenoche promedió 13,4 puntos. La posibilidad de que el público haya cambiado la fuente o el modo por los cuales informarse en la TV abierta toma mayor certeza al corroborar que Telefe noticias-Primera edición y Diario de medianoche también cosechan más audiencia que los noticieros de El Trece. El único informativo en el que el canal del Grupo Clarín vence a Telefe es Arriba argentinos. Evidentemente, la gente actualmente prefiere informarse con un tono más relajado.

Con el errático andar de ShowMatch, las ficciones de Pol-Ka y de Telenoche, las evidencias de antaño de la televisión argentina parecen estar atravesando una crisis. El paralelismo de este derrotero, palpable desde los números, permite plantear la pregunta de si se trata de un tropiezo momentáneo y casual o si en realidad los televidentes modificaron sus gustos televisivos, en un contexto político-mediático del que es imposible saber si tiene algún tipo de influencia. Lo cierto es que la TV abierta argentina se enfrenta a un escenario nunca antes transitado, en el que El Trece deberá buscar la manera de revertir artísticamente un cruce de indicios que enfría su pantalla. Y que, entrando al octavo mes del año, amenaza con hacerle perder el liderazgo de audiencia anual que ostentaba desde 2010.

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