Moria Casán fue la invitada del lunes de Habitación 414, mezcla de reality show y entrevista a celebridades que se emite por América. Todo transcurría apaciblemente, mientras Moria recibía a la amiga, la productora, el modisto en el cuarto de hotel lujoso..., hasta que el periodista Osvaldo Bazán tocó el tema de la política y el pasado trágico, y Moria fue más explícita que nunca: “No me quiero meter con el tema de los desaparecidos, Orlando (confundiendo al cronista). Tengo muchos amigos y amigos de mi padre, que era militar, muertos por la represión. La gente de los desaparecidos piensa que sólo es un horror lo de los desaparecidos, y yo pienso que es un horror lo que pasó del otro lado”, dijo Moria Casán, luego de definirse como “una persona de derecha de toda la vida”.

“¿Cómo te sentías durante la dictadura?”, siguió el periodista. “Cómoda, muy cómoda”, respondía Moria, notoriamente inquieta, antes de arrepentirse de lo que decía y avisar que iba a pedir que no pasaran el fragmento. En verdad, estaba entregando la perla del envío de ese día a la producción (el pedido de que no lo pasaran). Poco antes de echar a Bazán del cuarto de hotel, de transmitirle que no le tenía simpatía y de reprocharle por notas críticas, Moria detallaba su posición polémica: “Es un horror de los dos lados; los señores cumplieron con lo que había que cumplir. Acá hubo una guerra...”. Como si estuviera definiendo un nicho, le siguió el anuncio de una posible nueva candidatura en la política. “Pero ya no sola –diferenció de su fracaso anterior–, sólo si un partido viene, me mima y me propone algo.” El remate fue con la estridencia que beneficia a todo reality. “No me tenés simpatía –cerró Moria–, y yo no te la tengo a vos. Te respeto pero no tengo ganas de hablar con vos”, terminó Moria, con mueca de fastidio y un movimiento de manito indicando la puerta.