Marcelo Tinelli hace y deshace todo el tiempo. A su antojo. Desde hace años, demuestra en ShowMatch que no tiene ningún prurito a la hora de dar brutales golpes de timón al contenido, y que no les presta oídos a las críticas por lo que hace y deja hacer al aire según su conveniencia, generalmente ligada a mantenerse en el pedestal más alto de audiencia de la TV argentina. Esa actitud, parece, es la misma que pone en práctica a la hora de tomar decisiones contractuales de peso. En 2005, por de-savenencias artísticas y financieras con Telefe, el conductor y empresario se fue de la emisora en la que nació para recalar con su ciclo en Canal 9, por entonces propiedad de Daniel Hadad. Al año siguiente, tampoco tuvo problemas en abandonar la pantalla que le había dado espacio para pasar a formar parte de El Trece. Y ahora, en plenas negociaciones sobre su futuro, decidió irse del canal del Grupo Clarín y rechazar –al mismo tiempo– la oferta que le había acercado Telefe. Una vez más pateó el tablero.

En medio de especulaciones de todo tipo, de idas y vueltas, y de calientes acusaciones públicas cruzadas entre el protagonista y terceros, finalmente Tinelli decidió poner la negociación sobre el futuro de ShowMatch y de su productora Ideas del Sur en stand by. Tras finalizar la negociación que desde fines del año pasado llevaba con las autoridades del Grupo Clarín para renovar su contrato con El Trece, el camino para vender su productora al Grupo Indalo, de Cristóbal López, y desembarcar en Telefe parecía allanado. Sin embargo, según trascendió, algunas cláusulas en el contrato que el canal habría puesto como condiciones para su desembarco molestaron a Tinelli. Por ejemplo, las que señalaban que a la emisora únicamente le interesaba ShowMatch y no el resto de los ciclos de Ideas del Sur, otra que estipulaba que el canal tendría control absoluto de todos sus programas (decidiendo qué se emitía al aire y qué no) y una tercera que lo obligaba a que cada envío tuviera cuatro cortes, dos de ellos antes de la medianoche.

Al no poder modificar estas condiciones impuestas por la emisora, en un contexto político-mediático de fuerte presión por quienes sostienen que el pase trasciende las cuestiones televisivas, Tinelli prefirió, entonces, rechazar la propuesta existente y tomarse un tiempo para analizar su futuro. Así, las cosas, el empresario y conductor habría dejado las negociaciones en manos de sus abogados para partir en los próximos días a Europa y decidir con mayor claridad, alejado de la puja discursiva argentina, su futuro cercano. Por el momento, ni Tinelli ni Ideas del Sur tienen contrato vigente con ningún canal. Si bien la posibilidad más firme sigue siendo que pase a Telefe, tampoco hay que descartar a Canal 9 o a América como posibles pantallas de emisión para el 2013. Incluso, hay quienes se arriesgan a decir que Tinelli podría tomarse el año sabático. Algo improbable, teniendo en cuenta que desde 1990 trabaja ininterrumpidamente en la TV, que Ideas del Sur cuenta con más de 300 empleados y que el financiamiento de semejante estructura proviene casi exclusivamente de la facturación de ShowMatch.

Entre tantas dudas, la única certeza es que Tinelli no continuará en El Trece, lo cual es una pésima noticia para el canal perteneciente al Grupo Clarín. Es que, a punto de lanzarse la temporada fuerte televisiva, la pantalla dirigida artísticamente por Adrián Suar se queda sin su principal figura (Tinelli), sin su programa más visto en los últimos siete años (ShowMatch) y con un hueco de alrededor de 40 horas semanales en la grilla de programación, tal el espacio que el año pasado ocupaban ciclos producidos por Ideas del Sur (Dale! La tarde y Soñando por cantar, que tienen los días contados en El Trece). En un contexto en el que el resto de los canales ya tiene cerradas todas sus programaciones, y sin haber pensado un “plan B” hasta hace algunos días, El Trece deberá actuar con rápidos reflejos para conformar una programación que pueda competir cabeza a cabeza con Telefe por el liderazgo del rating. ¿Con qué programas Suar, entonces, llenará el espacio que quedó vacante con la partida desde hasta hace poco el “ancho de espadas” de la pantalla?

Si bien la salida de Tinelli sorprendió a las autoridades de El Trece, una vez que la posibilidad de la partida tomó estado público, Suar, Pablo Codevilla (director de programación) y Coco Fernández (director de producción) comenzaron a pensar en nombres y programas para resolver el problema. Según pudo saber Página/12, es muy probable que Mariana Fabbiani –conductora del olvidable El artista del año– pase a tener un programa diario de entretenimientos para emitirse durante la primera tarde. También barajan el regreso de Julián Weich a la pantalla de El Trece, con la intención de que el conductor encabece un ciclo para toda la familia. Aunque en algún momento tuvo algún chispazo con Suar, Weich estaría cerca de retornar al canal, sobre todo a partir de que su productora Win TV se fusionara recientemente con Mandarina, la empresa de Mariano Chihade.

Además de esos nombres, pensados inicialmente para la tarde, los directores de El Trece tienen entre manos otros dos movimientos para la franja nocturna. Hasta el momento, la posibilidad más firme es que el horario que deja vacante ShowMatch sea reemplazado por otra ficción de Pol-ka. Por un lado, Suar acelerará el comienzo de las grabaciones de una nueva tira diaria protagonizada por Nicolás Cabré, Gonzalo Heredia, Nicolás Vázquez y posiblemente Joaquín Furriel, que en principio estaba pensada para aterrizar en el segundo semestre, pero cuyas grabaciones pueden adelantarse. La otra alternativa es que el unitario Farsantes, que contará la historia de vínculos, amores y engaños en un buffet de abogados, se transforme en una tira diaria. Bajo esa idea, el director de El Trece está pensando nombres de peso para que se sumen al elenco original encabezado por Julio Chávez, y que ya tiene confirmados a Leonor Manso, Griselda Siciliani y Benjamín Vicuña. Y en este juego, claro, no hay que descartar movimientos con más contenido político que artístico, correspondientes con un año electoral en el que además puede definirse la suerte de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.

Tinelli hizo su jugada y la TV argentina, una vez más, parece moverse a su ritmo y bajo su sombra.