TELEVISION › HOY COMIENZA LA CUARTA TEMPORADA DE CONTINUARA...
El programa conducido por Juan Sasturain tendrá trece episodios que se verán por Encuentro. “Nos permitimos acercarnos al pasado remoto y al presente”, adelanta, entrevistado junto a la asesora de contenidos Daniela Blanco y el productor ejecutivo César Castellano.
› Por Andrés Valenzuela
“¿Y los tenemos que devolver?”, bromea Juan Sasturain a su asesora de contenidos, Daniela Blanco. “¿Vos también le echaste el ojo, no?”, guiña. Tiene enfrente una caja repleta de libros de historieta que se usaron en distintas etapas de la filmación de Continuará..., el ciclo del canal Encuentro que hoy a las 20.30 comienza su cuarta temporada, abordando en capítulos de media hora las infinitas facetas de la historieta argentina. Hasta el momento, el programa tiene 39 episodios en el aire (o en el cable, mejor dicho, y en la web del canal, desde donde pueden descargarse), en los que resultó fundamental el aporte de los coleccionistas privados. “Les pedís un material y te lo entregan enseguida, creo que porque confían en que ayudamos a la difusión de la historieta”, considera Blanco. Hasta el momento, gracias al ciclo hay disponibles casi veinte horas de audiovisuales en torno al noveno arte argentino. La mayoría de ellos se enfoca en un autor o en una obra particular, pero una de las novedades que trae la cuarta temporada es la incorporación de enfoques históricos, análisis temáticos y miradas regionales.
“Siempre habíamos pensado programas medio monográficos, sin criterio cronológico sino más bien con una idea bien abierta de autores y obras, que cuanto más heterogénea la cosa, mejor”, reflexiona Sasturain. “Pero esta vez nos permitimos acercarnos al pasado remoto y al presente, porque siempre nos habíamos manejado con la zona más central de la historieta argentina.” La lista de capítulos y temas le da la razón: en la temporada 2013, Continuará... hablará de los orígenes de las viñetas nacionales, de las tiras familiares de los años ’20, de las revistas infantiles y del fenómeno de los fanzines en la década del ’90. También abordará el humor cordobés. La cuestión regional, adelantan, se extenderá también en 2014, porque para la quinta temporada ya planifican excursiones comiqueras a Rosario y la Patagonia. “Queremos una cosa más federal”, destaca César Castellano, director ejecutivo de Nativa.tv, la productora del programa, que ronda el encuentro.
El capítulo que se emitirá hoy sigue esta nueva línea del programa y no se centra en una obra ni en un autor particular, sino en la Escuela Panamericana de Arte, incluyendo entrevistas a dibujantes formados en ella, análisis sobre los mecanismos publicitarios y sociales que fundamentaron su éxito y una entrevista a David Lipszyk, quien dirigió ese espacio durante años. Sucesivamente, cada envío suelta algún eje temático más sobre los que trabajaron en la temporada. Sasturain recuerda la dictadura, Castellano las adaptaciones literarias (con Ricardo Piglia hablando de La Argentina en pedazos).
El cambio de enfoque es, según el conductor del ciclo, “un quilombo”. Blanco coincide y señala que al ser temas transversales, el programa queda corto. “Son 26 minutos”, puntualiza Castellano. “Si vos tirás el tema que sea, te lo planteás desde muchos ángulos, y tenés que elegir alguno. Tenés que recortar porque no podés meter todo, y cuando usás un criterio, excluís.” Enfrente, Blanco agrega que “por eso vamos sumando temporadas, para incluir lo que nos va quedando afuera en cada programa”.
Uno de esos temas potencialmente polémicos, reconocen, es el de los fanzines. “Es una zona que desconozco bastante”, admite Sasturain y se apoya en la formación de sus compañeros. “Investigamos y tuvimos que elegir con quién nos centramos.” Finalmente, se sentaron con dos chicos de La Productora, un colectivo de enorme actividad en la década del ’90. En su representación hablaron ante las cámaras Cristian Mallea y Angel Mosquito. “Van a contar un poco la historia del grupo y cómo fue el movimiento de los ’90, cómo evolucionó la cosa –explica Sasturain–, y obviamente alguien dirá ‘falta este, aquel o aquello’.” El debate será inevitable porque, además, esa generación de fanzineros constituye hoy el núcleo duro de los historietistas de mejor actualidad, desde Liniers o Max Aguirre hasta el propio Mosquito, Salvador Sanz o Federico Reggiani (quien, anticipa el director de la Fierro, ofrece un testimonio “muy lindo” en otro capítulo, porque “no sólo es buen guionista sino que además piensa bien”).
El equipo, coinciden todos, está afianzado. Sasturain supervisa los guiones, que están a cargo de dos grupos. Uno compuesto por Judith Gociol y Diego Rosemberg, y el otro por Diego Sasturain. En la dirección sigue Mariano Mucci, lo mismo que Blanco y el propio director de la revista Fierro. “Una cosa buena de esto es la descontracturación, es evidente que trabajamos más relajados porque ya tenemos la confianza de Encuentro, no nos sentimos apretados con el formato, y esto hace que la temporada no sea tan homogénea”, analiza Sasturain.
–¿Eso es malo?
Juan Sasturain: –No sé, vamos a ver los resultados, por ahí a veces te vas a la mierda.
–Pero si algo caracteriza a la historieta argentina es su heterogeneidad, su cantidad de estilos.
J. S.: –Sí, claro. Bueno, esa variedad se ve en las introducciones de ficción que hacemos, algunas son muy formales y otras absolutamente teatrales, con una puesta en escena.
Daniela Blanco: –Las ficciones siempre las pensamos con eje en el contenido, con una relación íntima con el tema que toca tratar. Si es más formal, seguramente sea una ficción más seria, si estamos hablando de personajes fuera del canon, como Lupin, va a ser mucho más distendida.
J. S.: –Ese es un buen ejemplo.
D. B.: –Claro, porque la fuimos a grabar al aeródromo de Morón.
J. S.: –Fijate cómo laburamos, el caso de Lupin y otros personajes fuera del canon es que fueron personajes muy populares, pero que desde la perspectiva de la crítica, de la historia de la historieta, no necesariamente tienen resonancia o repercusión. La idea original de Diego era llevar a un Juan como niño pequeño, niño fijado en la infancia, a una casa de aeromodelismo. Entonces vino Mariano Mucci, el director, tipo apasionado y muy comprometido con el programa y nos dice “vamos a El Palomar, si ahí está el avión de Lupin en el museo de historia”. Así que me subí al avioncito y lo subimos al personaje también. Esas son cosas que nos permitimos después de tres años.
César Castellano: –En eso también hay una cuestión de jugar mucho con el humor que acompaña muy bien la serie. Pero lo que te marca esto es que no nos planchamos en la cuarta temporada, sino que seguimos buscando cosas y probando, e incluso ya nos estamos quemando la cabeza para buscarle más vueltas para el año que viene.
–Ustedes llevan cuatro años de trabajo en esto y en ese tiempo surgieron congresos dedicados al tema y muchas publicaciones teóricas. En la Argentina parece haber un auge de la investigación y la crítica de historieta. ¿Coinciden?
J. S.: –Totalmente, es extraordinario. El salto de los últimos años es bárbaro. Esto no significa que haya pasado a un lugar de preeminencia, pero sí se nota la mayor atención. Por ejemplo, la atención académica, que antes existía, pero no en la dimensión que tiene ahora. Eso además de la mayor producción, de los eventos sociales vinculados con la historieta, que pueden ser académicos, de fans o comerciales, pero hay muchos al año. Todo esto de algún modo se refleja en el programa. Te doy un ejemplo: hay cosas de las que no sé un soto, pero nada de nada, ¿eh? Cosas que no estudié nunca. Y el trabajo que hicimos sobre orígenes de la historieta está sostenido en el laburo de (José María) Gutiérrez. Gutiérrez es el tipo de gente que ha ensanchado los espacios y niveles de investigación, de verificación de las afirmaciones. Ese programa va a resultar revelador para el conocimiento común que hay sobre el tema. Que podamos iluminar estos temas ahora es producto de esa investigación académica, la de Gutiérrez, la de Laurita Vázquez, la de Judith, y tanta otra gente.
D. B.: –De hecho, la mayoría de los entrevistados de este año no fueron dibujantes. Esta temporada está mucho más atravesada por críticos, historiadores e investigadores.
–En eso hay un contraste con la primera temporada, que buscaba mostrar el oficio del dibujante.
C. C.: –Sí, aunque algo de eso recuperaremos en la quinta temporada.
–¿Ya está en producción la quinta temporada, entonces? ¿Qué tienen en mente?
D. B.: –En principio, vamos a recuperar ese guiño para la gente que gusta del dibujo, mostrar el oficio y poner a los entrevistados a dibujar. Y la temática sí, la mantendremos variada.
J. S.: –Habrá un homenaje a (Carlos) Trillo.
C. C.: –Y un programa dedicado a Alberto Breccia, fundamental.
J. S.: –¡Otro sobre el Loco Barreiro! También saldaremos una deuda con la gauchesca, hablaremos de Rapella, Roume, Arancio y tantos más. Esa es linda porque era una historieta que en su momento era muy popular, con muchísimo arraigo, pero que, por lo que sea, ya intentaremos descularlo, quedó como un género fuera de moda.
En este punto los entrevistados empiezan a frenarse mutuamente. “Pará, que primero tenemos que vender la cuarta”, se ríe alguno. Los trece capítulos que empiezan hoy ya están filmados. En la caja de libros con la que Sasturain coquetea están encerradas algunas ideas de la siguiente. Y en una computadora, dos habitaciones más allá, continúa la edición de un capítulo. En la pantalla, se advierte al espectador, Continuará...
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