TELEVISION › ELEONORA WEXLER Y LA NUEVA FICCIóN VECINOS EN GUERRA
Desde esta noche, Telefe buscará recuperar el terreno perdido ante Solamente vos, con una tira que, según la actriz, “tiene el sello de Underground, pero diferentes a las que ya hizo”. En la trama habrá incluso giros policiales y de misterio.
› Por Emanuel Respighi
¿Hay vida después de Graduados? Esa fue la pregunta que muchos televidentes se hicieron luego del final de la tira diaria que atrajo a la mayor parte de la audiencia durante el año pasado, proclamándose como el programa más visto de 2012. Y también fue el interrogante que se les cruzó por la cabeza a Sebastián Ortega y Pablo Culell, los dueños de Underground, apenas se pusieron a pensar en una nueva historia para reemplazar al éxito. Y aunque muchos pensaron que tal vez era posible una segunda temporada de la comedia que protagonizaron Nancy Dupláa y Daniel Hendler, nada de eso ocurrió. O, mejor dicho, está por ocurrir, cuando esta noche, a las 21.30, aterrice en la pantalla de Telefe Vecinos en guerra, que contará con los protagónicos de Diego Torres, Eleonora Wexler y Mike Amigorena. “Es una historia que tiene el sello de Underground, pero diferentes de las que ya hizo”, le cuenta la actriz a Página/12.
Asumiendo riesgos estéticos, tal es su sello distintivo, Underground intentará recuperar el camino perdido por Telefe en el prime time del primer trimestre del año, donde Solamente vos en El Trece se acomodó al gusto de los televidentes. La trama pergeñada por Ernesto Korovsky, Silvina Frejdkes y Alejandro Quesada cuenta la historia de un grupo de cuatro familias que comparten el colegio de sus hijos, el barrio y una amistad que incluye a adultos y a adolescentes. Pero lo que parecía la “vida perfecta” de pronto se viene a pique cuando una de las familias se muda imprevistamente y una nueva se instala en su casa, movilizando –por diferentes motivos– el cuadro de relaciones idílico que hasta ese momento imperaba. Los secretos detrás de la apariencia saldrán a la luz, dando pie a una larga lista de enredos. El elenco de Vecinos en guerra se completa con Luis Ziembrosky, Marcela Kloosterboer, Mirta Busnelli, Carlos Portaluppi, Carola Reyna, Jorgelina Aruzzi y Hugo Arana, entre otras figuras.
En la comedia para toda la familia, Wexler interpreta a Mecha Lagos, el personaje a través del cual se dispara la historia. “Es una mujer feliz, casada con Rafa (Diego Torres) y madre de tres hijos de 18 años, 11 y una beba de 7 meses. Ella está felizmente casada y disfruta de ser ama de casa. Todo funciona maravillosamente hasta que los vecinos de enfrente de su casa huyen del barrio sin dar más detalles y mi personaje sufre una serie de extraños sucesos, como encontrar un micrófono en el sonajero del bebé”, relata el comienzo de la trama Wexler. “Los nuevos vecinos cambian la vida de todos. En mi caso porque se instala Axel (Mike Amigorena), mi amor de toda la vida y a quien yo creía muerto cuando, veinte años atrás, éramos ladrones de guante blanco, algo que –por supuesto– en el barrio nadie sabe”, cuenta la protagonista en la nota con Página/12.
–¿Por qué lo creyó muerto?
–En uno de los tantos robos, algo salió mal y uno de nuestros secuaces terminó preso. Con Axel quedamos en encontrarnos en un lugar y a una hora, pero cuando fui a su encuentro nunca vino y escuché unos disparos. Lo di por muerto. En esa misma persecución mi personaje se topa con Rafa, quien me ayuda y nos enamoramos. Esa historia que parecía enterrada para siempre se reflota porque la llegada de Axel al barrio no sólo tiene que ver con recuperar aquel viejo amor sino con protegerme, ya que nuestro viejo compañero de robos salió de la cárcel y busca vengarse. De hecho, toda la familia con la que se instala Axel en el barrio es ficticia, no es real.
–¿Cuál es el conflicto por el que los vecinos entran en “guerra”?
–No es que son vecinos en guerra y que se pelean a muerte, nada de eso. Lo que sucede es que los vecinos se empiezan a relacionar con esta familia falsa y les empiezan a pasar cosas tan extrañas como disparatadas. Esta nueva situación descoloca a cada personaje, haciendo que cada uno entre en guerra consigo mismo. El conflicto tiene que ver con que la llegada de esta nueva familia rompe con la habitual armonía. Es una comedia en la que siempre pasa algo, que no da respiro.
–¿Cuál será el tono?
–Es un tono particular, como el que tiene cada producción de Underground. Es diferente de Graduados, y tiene cierto aire a Los exitosos Pell$. La gente se va a reír de situaciones disparatadas. No salimos con el chiste tonto y fácil. Son las diferentes situaciones, en complicidad con lo que el público sabe y los personajes no, las que invitan a la risa. Es un humor de situaciones. Y si bien está concebida para toda la familia, no es una comedia blanca. Todos los personajes tienen sus miserias y esconden algún secreto. Está bueno que Sebastián (Ortega) y Pablo (Culell) se hayan animado con esta puesta después de Graduados, que es una historia absolutamente diferente. Eso habla de un riesgo, de un compromiso por querer contar siempre otra historia.
–Si bien la finalidad de Vecinos en guerra es hacer, ¿se puede decir que la trama esconde una mirada crítica al mundo de las apariencias?
–¿Por qué no? La ficción refleja, en ese sentido, la propia vida: cuando uno empieza a rascar un poco encuentra que no todo es tan divino como se cree a simple vista. No existe la vida perfecta. El programa busca que la gente la pase bien y que le pasen cosas, porque además de comedia tiene intriga y emoción. Es una historia coral. Más allá de que la trama se abra a partir de mi pasado, todos los personajes tienen una historia interesante dramáticamente para contar. Me parece que ya no se puede concebir una ficción focalizada en dos personajes únicamente. Sobre todo en el horario central.
–Graduados coquetéo a lo largo de su trama con la década del ochenta. En el primer episodio de Vecinos en guerra, hay un flashback a 1993, momento en el que el robo sale mal y su personaje se encuentra con su actual marido. ¿El programa tendrá un ida y vuelta permanente con los noventa?
–En principio, no. La idea no es repetir la estructura que tuvo Graduados. Pero también debo decir que es televisión y todo puede pasar. Si ese flashback al pasado tiene buena repercusión, no descartaría que hubiera otros. Así es la tele. La verdad es que quedó muy buena esa escena, porque transcurre en 1993, el mismo año en que con Diego (Torres) hacíamos de novios en La banda del Golden Rocket, justamente el último trabajo televisivo de él. Es muy graciosa, porque Diego se puso la misma peluca que llevaba entonces... pero que entonces era su pelo real. Es una de esas extrañas coincidencias, pequeños guiños, que los televidentes también festejan.
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