Jue 09.01.2014
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TELEVISION › TED DANSON PROTAGONIZA C.S.I., LOS MARTES POR AXN

“Esta serie continúa porque se mantuvo en sus trece”

El actor llegó a la serie creada por Anthony E. Zuiker para ocupar el difícil puesto de William Petersen, que Lawrence Fishburne no había podido llenar durante dos temporadas. “Hasta ahora, sólo he recibido apoyo del público”, afirma.

› Por Roque Casciero

Desde Los Angeles

Entre tantos cadáveres desparramados por las calles de Las Vegas, quizá quienes hacen la serie C.S.I. no cayeron en la cuenta de que la serie moría un poco con la partida de William Petersen, quien durante nueve años encarnara al inimitable Gil Grissom. No fue que su reemplazo, Lawrence Fishburne, no hiciera buen trabajo; simplemente no logró encajar del todo entre ese grupo de investigadores forenses capaces de lograr que ningún crimen sea perfecto. Por eso, la llegada de Ted Danson hace un par de temporadas fue como si algún paramédico sacara las paletas, cargara la electricidad y gritara “¡Clear!”. Buena parte del magnetismo perdido por C.S.I. –que puede verse por AXN, los martes a las 21– revivió cuando apareció en pantalla la larga y esbelta figura de este actor de 65 años. D.B. Russell, su personaje, es un jefe (un poco) menos retorcido que los anteriores, tanto en la calle como en el laboratorio.

Y todo esto gracias a los ángeles. O al menos es lo que piensa el propio Danson, quien ante un salón colmado de periodistas de buena parte del planeta, les adjudicó a esos seres alados su llegada a la exitosa y longeva serie creada por Anthony E. Zuiker y producida por Jerry Bruckheimer. “Tengo buenos agentes, pero creo que esto fue obra de los ángeles”, aseveró el actor. “Hacía tres o cuatro años que no trabajaba en una serie de una cadena. Había estado haciendo cosas para el cable, que no te paga tan bien, así que estábamos pensando en vender una adorable casa que tenemos en Martha’s Vineyard e irnos... quién sabe adónde. En una cena con amigos, les conté esta situación y les dije que confiaba en que algo iba a pasar. Después nos fuimos al cine y mientras bajaban las luces me llamó mi manager, así que saqué mi teléfono avergonzado y sólo dije ‘Hola’. ‘Hola, ¿querés hacer C.S.I.?’, me preguntó. ‘Sí’, contesté. Y ése fue todo mi proceso de decisión. A veces uno se equivoca, pero hay que tener fe.”

Su llegada a la serie fue aprovechada por los guionistas de un modo que Danson califica como “muy inteligente”. “Hicieron que los demás personajes se plantearan quién era ese tal D.B. Russell y si de verdad les caía bien. Así, el público pudo compartir los mismos sentimientos. ‘Pará un minuto, ¿qué hace Ted Danson en C.S.I.? No sabemos si nos gusta’. Entonces, hicieron que a los demás personajes empezara a caerles mejor y permitieron que al público le pasara lo mismo. Porque hasta ahora he recibido sólo apoyo de la gente, por más que todos amen a Billy Petersen.”

Además de la decimocuarta temporada en curso (de la cual AXN emitirá un maratón el 26 de enero desde las 13), Danson tiene contrato por un año más, pero le dijo a Página/12 que no tiene ningún interés en abandonar la serie: “Este es un trabajo maravilloso y me pagan muy bien. Soy un señor de 65 años muy afortunado. Así que no tengo intenciones de irme hasta que nos echen del estudio o algo así. En serio, disfruto mucho de este trabajo”. Lo que no le gusta mucho al actor es mirar hacia atrás en su carrera, aunque no sólo eso... “Aunque siento mucha gratitud por todo lo que me sucede, mi modo de ver mi trayectoria es de costado, porque una parte de mí siempre siente que todavía no he logrado eso que quiero”, explicó. “Y también tengo problemas para ver cualquier cosa en la que salga, por lo menos hasta diez años después. ¡Ahora me estoy poniendo al día con los episodios de Cheers!”

–¿O sea que no ve C.S.I.?

–Lo que veo es cuando tenemos que regrabar el sonido de alguna escena porque el audio no quedó bien, entonces me la pasan dos o tres veces. Eso me resulta perfecto porque la primera vez que me veo, pienso “Mi dios, mirá mi nariz”, o mis orejas o lo que sea en lo que fijo mi atención. La segunda vez digo: “Bueno, supongo que no está tan mal”. Y la tercera: “Uh, mirá, había otro actor en la escena”. Soy tan egocéntrico que me lleva un tiempo poder ver todo. Así que voy a ver C.S.I. si me dan un par de años... La razón por la que hago esto es porque, cuando trabajo, siento que no puedo equivocarme, no me juzgo a mí mismo, lo paso bárbaro. Pero cuando me veo, me convierto en un crítico horrible. Entonces no me gusta ir a trabajar al otro día y tener que hacer un papel al que despedacé la noche anterior. Me funciona mejor no verme.

Pese a que pidió en broma que todos tomaran nota cuando alguien le habló de lo bien que le hizo su aporte a C.S.I., Danson cree que la razón de la permanencia de la serie –que ya sobrepasó la marca de los 300 episodios– tiene que ver con que “se mantuvo en sus trece”. “Está muy bien filmada. Jerry Bruckheimer quiso que la televisión se viera como las películas, así que contrató a Billy Petersen, a Marg (Helgenberger) y a Paul Guilfoyle (que encarna al capitán Jim Brass), que venían del cine. E hicieron una buena serie, semana a semana. El público se mantuvo increíblemente fiel, no sé bien por qué pero ahí está siempre, así que se lo agradezco. Y, claro, los guiones: Carol Mendelsohn ha estado desde el primer día, entonces los guiones siempre han tenido una constante. Es un esfuerzo de cada semana, pero logran que sean siempre buenos”, aseguró el actor.

Danson reconoció que una de las enseñanzas que obtuvo de trabajar en la C.S.I. fue el respeto que les tiene ahora a los verdaderos investigadores forenses. “Son personas a las que contratamos (como sociedad) para lidiar con ese lado de la vida en esos trabajos”, dijo. “Durante uno de mis primeros días en la serie conocí a un hombre llamado Larry Mitchell, que es un verdadero investigador forense y que es uno de los tres consultores en escena con los que contamos. Le pregunté cómo podía identificarme con esta clase de trabajo, con este personaje, y me contestó que él había visto tanta muerte que se dio cuenta de lo delicada que era la vida y cuán fácilmente podía quebrarse el hilo de la vida. Nadie se despierta pensando ‘oh, hoy voy a ser la víctima, voy a morir’. Entonces, me dijo que eso le había enseñado a valorar cada segundo, a levantarse a llevar a su hijo a la práctica de béisbol aunque estuviera agotado. Aprendió a amar tanto la vida de un modo muy real que yo pude encontrar en eso algo interesante para actuar.” Eso sí, Danson aclaró que no por ello se siente más cómodo alrededor de cadáveres. “Y espero que no me pongan a prueba demasiado rápido”, cerró.

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