TELEVISION › LAS AMAS DE CASA DE LA TV ASUMEN UN PERFIL MENOS CONVENCIONAL
Punks, gays y Nazarena Vélez en Utilísima, casadas infieles o erotizadas en “Desperate Housewives” y sexólogas “contra el dolor de cabeza” transforman el estereotipo hogareño que imperaba en la TV y la publicidad. Los raros del canal para mujeres analizan el fenómeno: la nueva de ama de casa, ¿sexuada y abierta a minorías?
› Por Julián Gorodischer
Amante latina, dominatrix experta en técnicas para obtener o dar placer, abierta a las minorías: la TV y la publicidad refundaron al ama de casa de la mano de Gabrielle (Eva Longoria, en “Desperate Housewives”), y el fenómeno llega a su esplendor en el canal Utilísima. Cambian las imágenes para venderles cosas: donde abundaba la higiene perfecta y lo desinfectado, allí donde la oferta de alimentos y productos se basaba en las superficies brillantes, ahora Nazarena Vélez enseña a hacerse la propia lencería erótica y las punks de “Cosmo urbano” aplican la didáctica de la ecónoma a la construcción de un porta CD con forma de mano amputada. Algo se enrarece en el estudio-cocina, de luces dicroicas y colores pastel, en el que la punkie adapta una vieja operación pedagógica a sus chucherías.
Un ama de casa renovada, según la TV, ahora es receptiva a la cocina de los gays de “Amigos in house”, o espectadora asidua de los consejos de la multitud de sexólogas (en el “Conociéndonos” de Utilísima, en el canal Discovery Home & Health o en el consultorio de Alessandra Rampolla), a quienes escucha oscilar entre la jerga médica y la verba procaz. Pero al desenfado de algunas se contrapone el escepticismo de Irene Meler, coordinadora del Foro de Psicoanálisis y Género de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires (APBA), que fue convocada a opinar en Utilísima pero –poco después– fue repentinamente descartada. “Yo transgredí, sin saberlo –explica–, los códigos. Me es imposible usar un lenguaje desenfadado y no hablar de los efectos nocivos de la subordinación económica, la maternidad exclusiva, la domesticidad femenina, pero ésos eran aspectos intocables del contrato implícito. Que una sexóloga asesore a las mujeres para que hagan más felices a sus maridos no me parece una revolución muy grande.”
En cambio, los raros que invaden las horas del canal clásico del ama de casa (reunidos por Página/12 para hacer un análisis de la nueva programación femenina) celebran el cambio de modelo: la liberalidad de Utilísima responde a la consigna de “abrirse a tribus”, diseminados en la grilla como compartimentos estancos, pero muy visibles: dan que hablar. Según registros del canal, los programas de nicho (gays, vedettes, punks) tienen un 80 por ciento de audiencia tradicional de mujeres mayores de 35 años, aceptación que apoyaría la inclusión de nuevas tribus en el 2007. Menos dramática que el resto (sin coming out a la vista), disonante en su extravagancia, la decoradora y artista plástica María Ibáñez chasquea los dedos para producir cambios de decoración en las casas de “Escenográfico”, remitiendo a primera vista a la “Hechizada” de los ’50 que hace aparecer y desaparecer objetos. Pero asegura que lo suyo no es un salto al pasado. “Al hacer un cambio mágico, no muestro el paso a paso: voy a la transformación creativa o de pensamiento. Ahí hay una ruptura con el modelo tradicional, que explicaba todo para el ama de casa que no entiende nada. Ahora estoy valorando más a la espectadora.”
La ecónoma era afín a la estampa de una monja laica (aceptando entre sus huestes a la monja verdadera Hermana Bernarda, de Gourmet.com), pero de ésas quedan pocas. El fetiche del Discovery Health & Home es la sexóloga bajo el formato de reality de participación directa o consulta en vivo. El argot de Alessandra Rampolla –antes en Cosmopolitan, ahora en Fox– es el de la confidente algo zarpada que ilustra con su bamba-vagina de peluche y alienta la parodia. Pero la sexóloga de “Conociéndonos” de Utilísima no se corre de la pauta clínica, algo remisa a bajar de la teoría al caso. “La diferencia con Alessandra –dice la productora Verónica Rondinoni– es que ella se ubica en el terreno de los casos y los testimonios. Acá siempre está la cosa médica en el medio, que habilita a hablar.”
Uno de los “Amigos in house”, Diego Touceda, se ocupa de las entradas. Para la foto, alguien del canal le pide que se saque la muñequera blanca.Luego, el apuntador vacila: “Si da gay, dejátela”. ¿Qué es este repentino interés por asociarse a la minoría sexual? Diego interpreta desde la autobiografía: “Hay cosas de las cuales mi mamá prefería no hablar, como el tabú del sexo, o un tipo de conversaciones con un cariz sexual donde interviene el chiste o la comedia. Ahora estoy con mis amigos, ella pasa, escucha, hace un comentario gracioso y trata de entender de lo que se está hablando; no se aparta”. Cuando el modelo aspiracional pasa a ser Gabrielle, la simbología del ama de casa se corre al pilates, la trampa y el botox en vez del plumero y el palo de amasar, anunciando un descenso notorio en la edad de la casada publicitaria. A algunas de las madrecitas de los avisos todavía no les salieron tetas; a otras se les ve el acné. Florencia Dagostino, la punkie que conduce “Cosmo urbano”, también se prueba en castings y notó “la baja de edad en la mamá joven; cambió mucho la imagen”. El cuerpo anterior de la madraza de Choly Berreteaga –que sigue programada– da paso al modelo aspiracional de Nazarena lista para desfilar lencería erótica en la trasnoche de Utilísima. “En colores negros, rojos, bombacha colaless, transparencia, portaligas, corset –enumera su productora Victoria Cecchi–. Una cosa más jugada. Pero sin objetos sexuales. Tenía que hacerlo más fino, saliendo de lo chabacano. Si la veo en un Rial, con la polémica, el lenguaje vulgar, ahí es chabacano. Acá se adaptó a que la vistiéramos nosotros; se amoldó a lo neutro.”
Si ‘Hechizada’ hegemonizó, en TV, cinco décadas de amas de casa cuyo súmum era la rapidez en la puesta en orden, la nueva agrega, pero no quita. “Antes, la que tenía que ver Utilísima era la que tenía la tarde libre –recuerda la periodista Luciana Peker– y se quedaba anotando recetas. Pero ahora se supone que a las once de la noche podés anotar una receta de marquisse de chocolate, aunque hayas estado doce horas en la oficina.” Entre los raros, la incorporación del punk y el gótico a la señal femenina es de las más forzadas pero, a la vez, con mayor impacto. Florencia Dagostino, la chica de tapa, se recuesta, provocadora, junto a la fila de cuchillos. La tele acostumbró recientemente a esa postal en “Mujeres asesinas”, donde la mayoría mata con tramontinas y navajas, es decir, lo que se tiene a mano. Florencia pone las manos sobre las hornallas, se recuesta sexy entre las copas. Antes, en pantalla, propuso hacer a mano un Jack como el del film de Tim Burton, unas velas con cadenas, un porta CD-sarcófago. “Soy muy abierta –dice–. Para mí está todo bien si dos chicos se dan un beso. Puedo estar tranqui con un grupo de punks hablando. Tratamos de que los chicos se puedan hacer su propia ropa. La primera reacción de la señora es alejarse del gótico, pero la intención es contarles quiénes somos.”
Si en la tanda no se ven amas de casa mayores de 30 y a una actriz de 25 la vieron vieja para el papel, y si la nueva chica Utilísima es la gótica que sale de compras a la Bond Street, se deduce un giro en la eficacia para la venta. “No se redujeron sino que se ampliaron los mandatos –sigue Peker–. No basta con tener listas las milanesas y esperar a tu marido para la cena sino que hay que sorprenderlo con sushi y el corpiño rojo, como te enseñó Nazarena. Si sos convencional, sos aburrida... Pero si el placard no está ordenado, sos un desastre. No tenés que dejar de hacer nada de lo que hacía tu mamá y tenés que hacer todo lo que tu mamá no se hubiera atrevido a hacer.”
A la supuesta transgresión de las amas de casa desesperadas (la sexualización de la especie) ella responde con sarcasmo. ¿Acaso hay una breve revolución allí donde se hermanan las solteras de “Sex & the City” con las suburbanas de “Desperate...”? “Les dan algunos toques de sexo crudo, de diversidad sexual, de agresión no tramitada, métase en el horno a baño de María y sírvase... En ‘Desperate...’, Gabrielle es una mujer que no hace nada en todo el día y que puede dar alguna batalla, pero básicamente es un ama de casa inactiva que depende económicamente del marido: una lady en el salón y una puta en la cama. La rubia es una estúpida; la otra es medio melancólica; la pelirroja es dependiente con adicción al vínculo.” Y sobre la ruptura que implicaría la horda de sexólogos a toda hora: “La autonomía de las mujeres –sentencia– pasa por el trabajo, no por la sexualidad”.
La irrupción del chef (palermitano) en reemplazo de la ecónoma y la pura onda light se sienten en “nuevos materiales –dice Diego Touceda, de ‘Amigos in house’–, mariscos, pescados, entremeses, tapeo, gastronomía étnica. Pero no hay rivalidad entre el chef y la ecónoma. Aprendí de la ecónoma la satisfacción de explicar ciertas cosas, de enseñar y obtener una respuesta positiva del otro lado. Y me di cuenta de que podía llegar a mejorar platos muy clásicos”. María Ibáñez, de “Escenográfico”, detecta el cambio de la venta en el terreno menos pensado: “La novedad es la publicidad gráfica con modelos de piernas abiertas. Es el último grito de la moda para sentarse frente a una cámara. No es de mi generación; yo no me puedo sentar así. El ama de casa puede reconocer un deseo propio y una existencia en general”. En suma, los raros de Utilísima, en cambio, quedan satisfechos con pequeñas variaciones. A saber: que el programa de cocina haya extinguido a la ayudanta. “Nos ayudamos entre nosotros; nos damos una mano para una guarnición –dice Diego Touceda–. ¡No más Juanitas!”
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