Martes, 1 de diciembre de 2015 | Hoy
TELEVISION › REED HASTINGS Y LAS POSIBILIDADES DE LA TV ONLINE
Para el CEO de Netflix, el futuro ya está aquí y llegó para quedarse: “Hoy podés ver el programa o la película cuando quieras. Las nuevas generaciones preguntarán cómo era eso de ver un programa siempre a las ocho de la noche”, afirma.
“En 15 a 20 años la televisión por Internet se va a posicionar por encima de la televisión lineal.” La sentencia de muerte a la TV tradicional, con una fecha que por su cercanía asusta a programadores y televidentes, resonó por un rato largo en el salón del hotel porteño en el que Reed Hastings, el CEO de Netflix, ofreció ayer una charla sobre el presente y futuro de la industria audiovisual. Al mejor estilo de las presentaciones con las que Steve Jobs supo imprimirle un sello de vanguardia a cada lanzamiento de algún producto tech de Apple, el máximo ejecutivo detrás de la exitosa plataforma de video regaló todo tipo de definiciones al puñado de periodistas (y/o cholulos) que lo escucharon y entrevistaron con la excitación propia que producen las estrellas del mundo artístico. “Así como hace 20 años los teléfonos celulares irrumpieron en nuestras vidas para volver obsoletos los teléfonos fijos, lo mismo sucederá con la televisión, donde la lineal va a ceder a la de internet”, vaticinó el hombre que en 1997 fundó la compañía que había nacido como una distribuidora de DVD junto a Marc Randolph, y que en la actualidad ofrece un amplio catálogo de películas y series por Internet en “más de 60 países”.
Reacio a dar cifras concretas sobre la cantidad de sucriptores que la compañía tiene en Argentina (según estimaciones del mercado existen en el país cerca de 700 mil abonados), Hastings prefirió mostrarse como un especialista respecto de la revolución que la banda ancha está produciendo en la manera de producir y consumir el contenido audiovisual en todo el globo. Un cambio de paradigma que, en palabras del ejecutivo estrella del momento, descansa básicamente en tres pilares. “La TV por Internet tiene tres factores que la distinguen de todo lo conocido”, afirmó Hastings. “El primero es que sea on demand (bajo demanda). Hoy podés ver el programa o la película cuando quieras. Algún día las próximas generaciones preguntarán qué era eso de que un programa se emitía al aire a las ocho de la noche. Les va a parecer raro. La segunda gran mejora es que se puede ver en cualquier pantalla: en el teléfono, en la laptop y en la televisión, que cada vez más será sólo una pantalla de Internet. El tercer cambio es la personalización, con opciones para cada espectador. Cada persona tiene gustos distintos y hay miles de títulos para ver”, analizó.
Más allá del diagnóstico actual del mercado y del pronóstico sobre el futuro de la TV, Hastings adelantó que Netflix se encuentra estudiando la posibilidad de producir contenido original en Argentina. “Mientras más crecemos, más capacidad de agregar contenido tenemos. Tenemos un interés fuerte en la Argentina. Estamos buscando proyectos locales, pero siempre tratando de hacer un lanzamiento global. Estamos buscando narradores que cuenten historias con un contenido internacional, que puedan interesar a nivel global”, explicó el ejecutivo de la compañía que ya produjo series en México y Brasil. Durante la charla, Hastings recordó que Argentina fue el tercer mercado donde se lanzó el servicio a nivel mundial y el primero en español. “Cuando llegamos, tuvimos los desafíos propios de lograr que funcione el sistema, el streaming y los subtítulos”, puntualizó.
Respecto a los vaivenes económicos que podrían acelerar o atrasar el plan de expansión de la mayor compañía de TV online del mundo, sobre todo en regiones como América latina, el ejecutivo comentó que la idea es mantener el mismo costo del abono (7,99 dólares por mes) para todo el mundo. El costo en dólares, al que en Argentina se suma la percepción del 35% impuesta a los consumos en el exterior, tiene una razón de ser muy clara. “Cuando recién desembarcamos en el mercado, la tarifa era en pesos. Pero nos dimos cuenta de que era mejor mantenerla en dólares para no tener que cambiarla. Constantemente analizamos qué hacer”, respondió, ante la posibilidad de una brusca devaluación a cargo del gobierno electo. Consultado sobre la posibilidad de que Neflix tribute algún tipo de impuesto en el país (hoy no deja un centavo a las arcas estatales), Hastigns se mostró permeable. “Estamos presentes en 60 países y en todos cumplimos las leyes. En el gran esquema de las cosas, un impuesto del 3 por ciento no es tanto”, aseguró, sin explicar si el posible impuesto sería trasladado a los usuarios.
Una de las mayores quejas de los abonados argentinos respecto del servicio que Netflix ofrece en país tiene que ver con el escaso y retrasado catálogo de su servicio. En efecto, el tiempo que transcurre entre el estreno en cine de una película y su llegada a la plataforma web sigue siendo muy amplio. Hastings reconoció esa falencia, pero apuntó al hecho de que a la compañía cada vez le resulta más complejo establecer acuerdos de derechos web de los títulos. “Nosotros vamos a las compañías más grandes de licencias de shows de televisión y nos dicen que tienen que pasar uno o dos años antes de que ese programa o película pueda ser mostrado en la Argentina o en Suecia. Aunque tratamos de explicarles que sería mejor que lo mostráramos al mismo tiempo porque es lo que la gente quiere. Además, claro, cuanto más corto es el tiempo entre una ventana y otra, mejor evitamos la piratería. Pero fracasamos en hacerles cambiar de parecer”, subrayó.
Ese fracaso no es el único que llevó a la compañía a producir sus propias series y películas. La competencia de nuevas y potentes plataformas de video también le exige desarrollar contenidos exclusivos. En esa línea, Amazon o HBO GO también comenzaron a realizar producciones en diferentes lugares del mundo, cuyos derechos no comercializan con ningún otro proveedor web. “Nos dimos cuenta de que si queremos cambiar el mundo y que haya contenido disponible en todos lados, entonces, teníamos que hacer el propio. A medida que la compañía crezca, se van a poder financiar más contenidos originales”, explicó Hastings. House of Cards, la serie protagonizada por Kevin Spacey, fue la primera producción original de Netflix, que luego desarrolló Orange Is The New Black y Sense, entre otras. El 11 de diciembre, Netflix estrenará, por ejemplo, una comedia protagonizada Adam Sandler, con quien firmaron un acuerdo para la producción de varios films. “El contenido evoluciona con la humanidad y estamos abiertos a experimentos, pero los reales desafíos son que la televisión por internet pueda ser vista dónde y cuándo quiera por el usuario, y qué éste no tenga que esperar. Pero sabemos que, siempre, en última instancia, lo que importa y atrae son las historias humanas”, concluyó.
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