Que un programa intente estimular la reflexión de los espectadores es un objetivo extraño para la TV actual, más proclive al pasatiempo frívolo que a cualquier otra función. Que, además, ese ciclo pueda disparar ideas en los televidentes en medio de un formato dinámico y divertido, sin derrapar hacia ninguno de los dos márgenes, es casi una utopía. Tras esa utopía se embarca, entonces, Dejámelo pensar, el nuevo ciclo diario que Canal 7 estrena mañana a las 16. Conducido por el actor Boy Olmi y la periodista Sandra Russo, el programa intentará posicionarse como una propuesta interesante y alternativa a la hora en que las telenovelas, los chimentos y la autoayuda se hacen presentes en la TV. “No hay pretensión de hacer un programa culturoso, sino simplemente de abrir en la TV un espacio propicio para pensar distintos temas de la vida cotidiana”, le explica Russo a Página/12, con la venia de su coequiper.

Contando con la participación de un historiador y un psicoanalista, a quienes se suma un invitado en cada episodio, Dejámelo pensar espera conformar un programa que escape al estático concepto de magazine, por lo general utilizado para describir los numerosos programas que no se sabe bien de qué tratan. Abordando un tema diferente por envío, el ciclo espera poder abrir dentro del universo catódico una grieta en la que el debate y el análisis ingresen naturalmente, escapando del escándalo y la frivolidad. “Por eso, incluimos en el ciclo la figura de ‘cronistas crónicos’, en el que mismas personalidades opinan sobre los diferentes temas de cada día durante una semana”, detalla Olmi. “La idea es que gente que piensa diferente a nosotros pueda opinar sobre temáticas tan disímiles como ‘la familia’ y ‘las tetas’, por ejemplo, como para conocer mejor a esas personas y pluralizar un poco el espacio”, agrega Russo.

–¿Cómo piensan abordar las diferentes problemáticas que impone la vida cotidiana en un medio tan poco afecto al diálogo?

Boy Olmi: –Dejámelo... es un programa de contenidos, de opinión, que propone algo distinto al resto. La TV tiene un vértigo que con toda su sobreinformación impide que uno razone y piense. Desde el título, lo que proponemos es una participación activa del espectador, que el que está del otro lado tenga su lugar para procesar el material que le damos y saque sus conclusiones sobre el tema del día. Es un programa que pone en juego el intelecto, algo desatendido en la TV.

Sandra Russo: –Si bien el título remite al pensamiento, la idea no es dar conclusiones sino plantear interrogantes. No cerramos cada episodio con conclusiones. Lo que hacemos es charlar, debatir sobre determinados temas que nos afectan en la vida cotidiana. Sin guiones. Va a estar nuestra forma de pensar, sin filtros. Está bueno poder opinar sin filtros. Tratando de hacer un programa entretenido, pero que a la vez sirva como disparador de ideas.

–¿Y es posible conseguir ese objetivo en un medio tan efímero?

S. R.: –No vamos a hablar de Nazarena Vélez, por más que vaya a la tarde. Dejámelo... no es un magazine ni un talk show, aun cuando vamos a estar nosotros y el invitado debatiendo sobre algún tema, con los aportes de distintas personalidades y profesionales. No tocamos temas específicos, sino universales: desde qué es ser sexy hasta “los nuevos padres”, pasando por la pareja, terapia intensiva... No es un show para divertirse, es un ciclo para pensar y entretenerse.

B. O.: –La TV se queda en el escándalo y no en el debate. En la TV tienen que convivir distintas propuestas por su alcance masivo. Tiene que haber espacio para todo. El problema es que en ese todo muchas veces se excluye la reflexión. Casi no hay un espacio diferente a eso que se consume cotidianamente, como es el entretenimiento y un tipo de información más frívola. Por eso creo que está bueno que esta propuesta se origine en el canal estatal.

–¿Va a haber un juego de opuestos constante entre ustedes dos?

S. R.: –Vamos a abordar los temas desde la diversidad de miradas y opiniones. No buscamos sumar puntos de rating con la inclusión de figuritas mediáticas. Lo que el ciclo busca es reunir a personas que contribuyan al debate de un tema, más que a figuras mediáticas obvias. Si hablamos sobre “qué es ser sexy”, no vamos con una cámara a un espectáculo de teatro-revista y le preguntamos a Jessica Cirio. Preferimos abrir el panorama y consultarles a otros interlocutores, desde el padre Farinello hasta Gaby Alvarez, pasando por Horacio González y Jorge Dorio, por ejemplo.

B. O.: –Lo interesante del ciclo es que ya están preproducidos y pautados los temas para todo el año, lo que es una rareza para el canal estatal, acostumbrado a poner ciclos al aire a los ponchazos. Esta nueva gestión intenta escapar a la lógica que signa a los programas de TV por cable, hechos así nomás. Creo que Dejámelo... forma parte de la propuesta del canal de incorporar figuras de otro costal, enriquecer la programación y privilegiar los contenidos. Esperemos poder demostrar que es posible hacer un ciclo entretenido, inteligente y producido en la esfera estatal.