TELEVISION › DIEGO GVIRTZ
El productor explica la lógica de Televisión registrada, que hoy comienza su novena temporada: “Este programa funciona por el alto nivel de desmemoria existente”, señala.
› Por Emanuel Respighi
Si desde hace un tiempo los programas de archivo son una plaga en la TV argentina, Diego Gvirtz es el principal responsable. A través de Pensado Para Televisión (PPT), el pelado fue uno de los primeros en observar en el material de archivo algo más que simples cintas que guardan algún que otro gag o blooper de ocasión; en 1999 entendió que la memoria audiovisual podía ser utilizada con un fin más periodístico que humorístico y patentó en América Televisión registrada. Hoy, a punto de estrenar la novena temporada de un ciclo que hizo de la toma de postura sobre los acontecimientos de actualidad un valor agregado, nadie duda de que TVR es uno de los ciclos que más opinión diseminan, en una TV cada vez más cercana al entretenimiento. “TVR hace periodismo subjetivo abiertamente”, subraya el productor del ciclo que esta noche, a las 22, comienza su novena temporada por la pantalla de Canal 13.
Con la conducción de Sebastián Wainraich y Gabriel Schultz, el programa de hoy tendrá informes sobre el caso García Belsunce, el maestro asesinado en Neuquén, los escándalos veraniegos del teatro, el año electoral 2007 y la contradictoria relación entre Jorge Rial y Gran Hermano, entre otros. Además, la “Canción de los parecidos”, una de las perlas del año pasado, tendrá nueva versión, a la vez que volverán “Tino y Gargamuza” y la “Cámara registro”. Como en cada apertura de año, el crítico invitado será el periodista Ernesto Tenenbaum. La mayor expectativa de TVR, entonces, radica en ver de qué forma va a encarar el año eleccionario, ante la escasez de programas periodísticos de la TV actual. “No vamos a hacer nada puntual”, aclara el también productor de Duro de domar. “Tanto TVR como Duro de domar tocan los temas del día. Si a la gente le interesa la política, o los políticos dicen alguna cosa interesante, lo que parece complicado a priori, le daremos más lugar a la política. Pero no nos atamos a ninguna estructura o imposición previa”, agrega.
–¿Cómo es el productor más temido de la TV argentina?
–Yo siempre fui el mismo. En el secundario, en la facultad o en la época que estaba enfermo, siempre peleé contra aquello que me parecía injusto. Por eso todavía no me gradué de la universidad televisiva. Y prefiero mantener mi ingenuidad respecto del funcionamiento de la industria. La zanahoria por la que trabajo es tratar de cambiar el estado de las cosas. En algún lugar, me doy cuenta de que hay cosas que no puedo cambiar. Pero no me interesa. Yo voy a seguir peleando. Aun cuando no creo que haya alguien que conozca el funcionamiento del sistema televisivo.
–Pese a todos los problemas que tuvo en estos años, con el levantamiento de Fútbol prohibido en Canal 7 y la censura en América de TVR...
–Me gusta, me llena, pelear por lo que creo justo. Y lo hago a través de los contenidos de los programas. TVR es un programa que tiene peso. Pero no se maneja con una línea editorial explícita bajada por mí. Hay muchos informes que ni miro. Trabajo con gente a la que le tengo confianza.
–Y que conocen su forma de pensar.
–La productora tiene una forma media anárquica de trabajo. Obviamente, tanto Duro de domar como TVR representan mi forma de pensar. Pero no estoy encima de todos los contenidos. Por lo general, prefiero estar en los espacios donde hay dificultad, no donde se hace la plancha. En TVR hacemos periodismo subjetivo, que no es otra cosa que lo que hace la mayoría, sólo que explícito y blanqueado. No perseguimos la verdad, sólo opinamos.
–¿Es más complicado hacer TVR luego de ocho temporadas y en un canal perteneciente a un gran multimedio, dentro de una TV granhermanizada?
–No tuve ni un sí ni un no con el canal. Nunca me dijeron lo que tenía que hacer. Tal vez porque pensamos parecido, o porque no les interesa lo que decimos. Hoy es más fácil hacer TVR porque tenemos un archivo más completo, lo que nos permite hacer informes más jugosos sobre personajes o temas. PPT saca mucha ventaja con la memoria. Cuando empecé en el medio, ya imaginaba el valor del archivo. En un mano a mano, el que tiene más memoria saca ventaja. Si esa idea la trasladás a los medios, el que tiene más archivo tiene más posibilidades de hacer bien las cosas.
–Sobre todo en un país tan desmemoriado como éste...
–Los programas de archivo funcionan tanto en Argentina por el alto nivel de desmemoria existente. Por eso un ciclo de archivo como TVR no deja de sorprender a los argentinos. Incluso, nosotros mismos nos sorprendemos de las contradicciones que aparecen. En el caso García Belsunce, que es uno de los informes del primer programa, sobran las contradicciones. Lo mismo que en al relación de Jorge Rial con Gran Hermano. Lástima que sólo tenemos dos horas de programa...
–A la hora de diseñar los informes, ¿qué pesa más: el aspecto ideológico o el periodístico?
–Es un hilo muy delgado. Lo ideológico está atado a lo periodístico. En nuestro caso, lo periodístico y lo ideológico van de la mano, son imposibles de escindir. En todo caso, lo que sí puede influir es lo afectivo. Pero tratamos de no dejarnos llevar por los afectos.
–Una libertad cada vez más difícil, después de tantos años.
–La gente del medio comprendió que no estamos casados con nadie. Nuestro único interés es tener productos sólidos y creíbles. No tengo duda de que con el tiempo sólo van a subsistir los medios periodísticos creíbles. Y creo que TVR y Duro... tienen un gran espíritu autocrítico, que es un valor del que carece la TV. La coherencia durante tanto tiempo y la autocrítica con la que nos manejamos nos hacen creíbles.
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