TELEVISION › BIENVENIDO LEON, DOCUMENTALISTA
El español, director y especialista en temas científicos, vino a la Argentina para dictar un taller y participar del festival Cinecien. Y habla sobre la inserción del tema en la TV mundial.
› Por Emanuel Respighi
Hablar de divulgación científica en la televisión argentina parece absurdo, considerando que del total del presupuesto nacional, apenas el 0,5 por ciento del PBI se destina a Ciencia y Tecnología. Mucho más ingenuo pareciera ser en el marco de una pantalla chica cada vez más obsesionada por el rating. Sin embargo, no por estas contingencias coyunturales que atraviesan la política y los medios es imposible pensar la manera en que la ciencia y la TV puedan llegar a afianzar una relación siempre distante, apenas “reconciliada” en este último tiempo por Científicos, industria argentina, el programa de Adrián Paenza que hasta el año pasado emitió Telefé y que en la actualidad ocupa el espacio de los lunes a las 20 de Canal 7. “No tengo dudas que los documentales científicos actuales son más interesantes que los reality shows: el problema es que los programadores no le dan a la ciencia ni el espacio ni el tiempo ni el dinero que invierten en el resto de los géneros”, subraya el español Bienvenido León, autor, director y especialista en documentales científicos.
Invitado al país por la Secretaría de Ciencia y Tecnología para dictar un “Taller de guión y desarrollo de documentales científicos” en el microcine del canal estatal, el catedrático de la Universidad de Navarra es uno de los propulsores del movimiento “Otra TV es posible”, que ya se hace escuchar en Europa con sus propuestas de sumar al mundo televisivo el género documental y la ciencia como ejes de programación. “Se trata de un movimiento que hemos comenzado hace algún tiempo y que se propone transformar la TV actual y sus parámetros. Y por suerte esta iniciativa ‘loca’ la pudimos cuajar ahora en un foro de debate organizado en el Festival Urban TV organizado por La Casa Encendida, una institución muy importante de Madrid. Allí se reunieron profesionales de la TV y académicos para aunar diagnóstico de la TV actual y congeniar soluciones para acabar con el entretenimiento monocorde”, detalla León, que además aprovecha su estadía en el país para ser jurado del festival de cine y video científico Cinecien 07, que finalizará hoy en la Biblioteca Nacional.
–¿Cuáles son en su opinión las estrategias, técnicas y recursos que vuelven eficaz la comunicación científica en TV?
–Hay bastantes técnicas que se pueden implementar. La ciencia no es un compartimento estanco para unos viejos locos y pelados. Lo que hago en el seminario que dicto en todo el mundo es entender y estudiar a los buenos divulgadores, que en definitiva son aquellos que llegan a la gente. Hay técnicas narrativas, dramáticas y retóricas, que en su complementación convierten a un tema tan tedioso como la ciencia en entretenimiento. La simplificación de los contenidos científicos, al punto de que la gente los pueda entender, es la técnica que debe atravesar todo trabajo de divulgación científica. Otro recurso es contar la ciencia a través de una historia, semejante a las de las películas de ficción, con personajes y conflictos en las relaciones que sirven para aplicar conocimientos científicos.
–¿Qué rol cumple el entretenimiento en la divulgación científica masiva?
–El recurso del entretenimiento es fundamental. La TV de hoy en día es básicamente entretenimiento. Si se quiere masificar la ciencia, uno no puede obviar este detalle. No se puede ubicar un documental en medio de reality shows, debe haber una coherencia de programación. Introducir anécdotas e historias y recursos no tan habituales para el lenguaje científico atraen al público. Otro recurso importante es que las imágenes en sí mismas mantengan el interés, que sean impactantes. Hay que tratar de que, sea el tema que fuere, el documental llegue a la cabeza y al corazón de la gente, que despierte sus sentimientos.
–¿Qué espacio tiene la ciencia en la TV europea? Aquí los documentales no tienen lugar en la TV abierta y quedan relegados a las señales especializadas del cable.
–En Europa la situación es bastante desigual. Algunos canales públicos sí supieron diseñar bloques de programación científica reconocidos y muy vistos. La RAI, la BBC, la ARF han podido establecer franjas de divulgación científica con buena audiencia en horarios de alto encendido televisivo. En España estamos lejos de conseguir eso. Pero es la TV pública la que tiene que tirar del carro para que la ciencia sea tema de interés. Las televisoras públicas deben plantar la primera semilla y contagiar a las privadas. Hay que darle tiempo a que la gente se familiarice con aquellos contenidos que no están acostumbrados a ver.
–El hecho de que tanto en España como aquí no se haya logrado conformar espacios para la divulgación científica en la TV privada, ¿se debe a un desinterés de parte de los televidentes o a la desidia de los programadores?
–La ciencia interesa, pero hay que encontrar la manera adecuada de divulgarla. Si se hace de manera atractiva y se le da tiempo, el documental científico puede ser más entretenido que cualquier reality en términos televisivos. Entender cómo funciona la vida es entender cómo funciona el mundo. La BBC de Inglaterra es un ejemplo a seguir, cuyas produccciones hoy se pueden ver y son reconocidas en todo el mundo porque han apostado al documental desde hace décadas. Hay que darle tiempo al tiempo. A los niños les encanta la TV, pero la gran mayoría el día que se topa con un buen libro se da cuenta que el placer de la lectura es único e incomparable. Creo que lo mismo sucede con los documentales científicos. Pero la aceptación de la audiencia no se logra de un día para otro o forzando las relaciones: la audiencia de los documentales no se logra poniendo un trabajo de baja calidad en el prime time y listo.
–¿Cuál es el estado de la TV en España y Europa, tanto pública como privada?
–La TV está cada vez más crítica, tanto en España como en el mundo entero. La competencia es tan feroz, el índice de audiencia tiene tanto poder, que esos parámetros se expresan en un evidente deterioro de la calidad televisiva y la ética profesional. El morbo es hoy un género en sí mismo, probablemente el más importante. La TV dejó de cumplir la función social de ayudar a que la gente entienda mejor el mundo. No en vano hay realities a toda hora.
–¿Cómo evalúa la difusión de los canales de documentales específicos de la TV paga, como Discovery Channel, National Geographic o Animal Planet?
–Aun cuando son programas de un nivel científico básico, también hay que reconcerles que poseen muchos ciclos entretenidos. No sé si deben ser el modelo a seguir, pero vale la pena que existan. El éxito de Discovery, que posee diez canales en todo el mundo, demuestra que a la gente le interesa la ciencia. Pero deben existir también otros programas y canales con un poquito más de contenido.
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