A poco más de un mes de asumir como jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri mantiene su habitual hermetismo. Más allá de la mala elección del PRO del domingo, el silencio de Macri en el área cultural de la ciudad toma aún mayor insonorización, teniendo en cuenta que Buenos Aires se caracteriza por su rica actividad artística apoyada y/ o incentivada desde el Estado. En efecto, luego de presentar su “proyecto” públicamente en algunos medios como futuro ministro de cultura del PRO, Luis Rodríguez Felder finalmente fue desechado para ocupar el área. En ese contexto, el silenzo stampa de Macri no hace más que generar incertidumbre sobre el futuro de la cultura en la ciudad y, en especial, de Ciudad Abierta, el canal dependiente de la Secretaría de Prensa y Medios del gobierno porteño, cuya suerte parece –según los dichos del ex dirigente de Boca apenas se impuso en las elecciones– tener un único destino: el cierre.

La posibilidad de que el canal creado en 2003 sea cerrado sin otros argumentos que el “dineral que gasta” y que “no lo ve nadie” tomó fuerza en los últimos días. Por eso, circula actualmente en Internet una cadena de mails en defensa de Ciudad Abierta, en la que se refutan los endebles motivos esgrimidos por Macri para dejar sin ese valioso espacio de comunicación ganado por los porteños. “¿Existiría la Buenos Aires culta que disfrutamos con un ‘impulsor’ como Mauricio Macri? ¿Se hubiera creado el teatro y el Complejo Cultural General San Martín aplicando criterios de rating y rentabilidad? ¿Cuántas de las 180 puestas teatrales que pueden verse semanalmente en Buenos Aires –cifra única en el mundo–, y sus miles de actores, habrían llegado a un escenario si el conjunto de los porteños compartieran la visión estrecha de quien confesó a un diario que ‘antes de meterme en la política sólo leía la sección Deportes de los diarios’?”: así comienza el petitorio que junta firmas para impedir la consumación de la arbitraria medida que se cocina en el seno del PRO.

Sin embargo, Cecilia Hecht, directora artística de Ciudad Abierta, consultada por Página/12 sobre la situación actual del canal que dirige, se limitó a decir que “se sigue trabajando como siempre porque en esta transición todavía no se acercó nadie a hablar conmigo: no hubo ninguna confirmación oficial ni del cierre ni de la continuidad del canal, por lo que continuamos produciendo con nuestro equipo técnico y humano”.

–Pero en el tiempo que transcurrió desde la elección de Macri como jefe de Gobierno hasta hoy, ¿nadie del PRO se acercó para hablar con usted o interiorizarse del trabajo que realiza el canal como usina productiva y archivo audiovisual de la ciudad?

–Ni durante la transición, ni antes, nadie del PRO vino al canal ni se reunió conmigo para analizar el proyecto ni para contarme sus planes respecto de Ciudad Abierta. Mi posición es seguir trabajando sin poner fechas límite... Cuando tenga que venir la decisión, confiamos en que sea la mejor. En la medida en que no haya una noticia formal, quiero creer que la idea es que el canal continúe.

Así las cosas, sin ningún vocero en el PRO capacitado para hablar del tema, por el momento el canal sigue funcionando. Aunque con un presupuesto que sufrió una reciente (y abrupta) modificación: de los casi 12 millones de pesos sancionados por la Legislatura a comienzos de año, finalmente el presupuesto asignado para 2007 es de 7.786.968 pesos. Un dinero que sirve para mantener al aire el canal, aunque ya sin las ambiciosas ficciones (9mm, Mi mujer es una espía) con las que Hecht había encarado un 2007 que nadie sabe –al parecer ni siquiera el mismísimo Macri– cómo finalizará para la primera y única ventana audiovisual porteña.