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Miércoles, 26 de diciembre de 2007

TELEVISION › CARLOS ASNAGHI EN EL 7

Por un deporte que no sea para pocos

El flamante gerente del canal público promueve la difusión de competencias internacionales más allá de la TV paga.

 Por Emanuel Respighi

En Argentina, según los datos que se manejan en la industria televisiva, contando las conexiones legales e ilegales, alrededor del 70 por ciento de los hogares posee TV por cable. Si bien se trata de uno de los países de la región con mayor penetración de TV paga, no es menos cierto que cerca de 14 millones de habitantes de Argentina no tienen acceso a la abundante oferta de señales de cable. Y, de alguna manera, también están privados de ver a los miles de deportistas argentinos que compiten en el exterior, ya sea en seleccionados nacionales o en clubes, debido a que el deporte fue monopolizado por la TV paga como botín de los cableoperadores para formar parte de los seis millones de hogares que mensualmente pagan su cuota dolarizada. En este escenario de exclusión deportiva televisiva, Canal 7 intenta modificar el nivel de (in)accesibilidad al deporte catódico, como para que no haya ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda en términos televisivos.

Y así fue como desde hace ya un año y medio el canal estatal mostró sobrados logros en la materia, con la transmisión para todo el país de partidos de la NBA, la Champions League, las carreras de la Fórmula 1 y los partidos del Seleccionado Nacional de Fútbol, entre otras competencias de interés mundial pero fundamentalmente nacional, dada la cantidad de deportistas argentinos que participan en ellas.

No se arriesga demasiado si se afirma que, como nunca antes, el deporte pasó a ser un pilar fundamental de la programación del canal bajo la gestión de Rosario Lufrano. Y buena parte de la responsabilidad de que la señal estatal haya incrementado su oferta deportiva, tanto en calidad de competencias como en cantidad de horas, recae en la figura de Carlos Asnaghi, el experimentado periodista deportivo que ahora ejerce el cargo de gerente de Deportes de Canal 7. Bajo la consigna de que “donde hay un deportista argentino está la TV pública” y conocedor de que a los canales privados sólo les interesa el deporte cuando es negocio seguro, Asnaghi le devolvió a la TV abierta la transmisión de competencias deportivas de alto nivel. “La realidad televisiva indica que en los canales de aire no existe la programación deportiva como eje de programación. A excepción del 13, que tiene Fútbol de Primera y algunos ciclos en América de debate y polémica sobre el fútbol y alrededor del fútbol, la TV de aire le da la espalda al deporte. El deporte televisivo pasó a ser privilegio de unos pocos. Los productos deportivos de calidad son monopolio casi exclusivamente de las señales de cable, TyC Sports, ESPN y Fox Sports, entre otros. No es posible que en un país tan deportista como Argentina, aquel que no tiene cable no puede ver las competencias deportivas de primer nivel ni a los grandes deportistas nacionales como Sebastián Ginóbili o Leo Messi”, le explica Asnaghi a Página/12.

La posibilidad de transmitir la NBA, la Champions League, la Fórmula 1, los partidos por eliminatorias del Seleccionado de fútbol (para el interior del país) y la Liga Nacional de Voley no fue tarea fácil. No sólo porque el presupuesto de la señal estatal lejos está de alcanzar los ceros de las cadenas deportivas regionales, sino porque se trata de competencias que, pese a que sólo se veían por el cable, tenían sus derechos para la TV abierta bloqueados. “Los derechos de transmisión de las federaciones, a nivel local, están prácticamente todos bloqueados”, subraya el periodista. “Las señales de cable –se explaya– compraron indiscriminadamente los derechos de transmisión, pero no sólo para el cable, sino también para la TV de aire, con la finalidad de bloquear esos derechos para todas las pantallas. Pero luego las federaciones entendieron que la difusión es importante, porque tienen sponsors que saben que cuanta más gente los ve, más posibilidades de recaudar tienen. Por eso el día que se desbloqueó la Liga Nacional de Voley la incorporamos a nuestra programación, ofreciendo nuestra pantalla y compartiendo el 50 por ciento de la recaudación publicitaria.”

–¿Y la UEFA o la NBA también tienen la misma política?

–Cuando nos reunimos con los representantes de la NBA les dijimos que éramos del canal estatal argentino y que estábamos interesados en los derechos de la NBA, no entendían nada, porque ellos creían que ESPN cubría todo el país. Claro que desconocían que el 50 por ciento de la población no tenía TV por cable. Y cuando les mostramos el mapa de cobertura de Canal 7, con una audiencia potencial de más de 35 millones de personas, inmediatamente hicieron lo imposible para que fuéramos difusores de la liga. En el mundo no se explican por qué no había en Argentina deporte en TV abierta, cuando en Brasil y México la TV abierta transmite casi todos los deportes. En otros lugares del mundo, la TV pública acompaña a los deportistas nacionales.

–Lo que ocurre es que el deporte televisado siempre fue el caballo de batalla de la TV por cable para alcanzar penetración.

–El motor para desarrollar el cable fue el deporte. Y ahora para generar dinero extra con el pay per view es también el deporte. La diferencia es que ahora las federaciones comprenden que la difusión también es importante.

–Pero los derechos de transmisión de la Champions League o la NBA no deben ser demasiado accesibles.

–Obviamente que consideran el hecho de que somos un canal estatal. Canal 7 no tiene los millones que puede pagar ESPN, Fox o TyC Sports por los derechos panregionales. El año pasado nosotros pagamos por los derechos de la temporada regular y las finales de la NBA 300 mil dólares y facturamos 320 mil. Y por la Champions, la UEFA nos pidió inicialmente 300 mil dólares. Pero cuando les mostramos nuestra penetración, nos bajaron el canon a 90 mil dólares.

–Según esos números, más allá del objetivo democratizador que persigue la gestión, el deporte casi no le genera gastos al canal estatal.

–Nuestro primer objetivo es darle a la gente que no tiene cable la posibilidad de ver eventos deportivos en los que interviene al menos un argentino. Y el segundo objetivo es autofinanciarnos. Canal 7, el año pasado, con la transmisión de la NBA ganó 20 mil dólares, que no es mucha plata, pero al menos no constituyó un gasto.

–Eso demuestra que no sólo Canal 7 debe emitir deporte, sino que también puede hacerlo.

–Exacto. El deporte no genera gasto alguno. Pero, además, el deporte es movilizador desde lo pasional y lo identitario, a la vez que calienta la pantalla del canal. El deporte le da vida a Canal 7, la llena de pasión y de pertenencia. Por ejemplo, tras la final de la NBA, el año pasado recibimos 25 mil mails de agradecimiento de todo el país.

–¿Por qué antes el canal estatal no había fijado sus ojos en el deporte con tanto énfasis?

–No sé. Ahora hay un resurgimiento de la TV pública en el mundo. Todos los Gran Hermano no sólo desatan la pasión y participación del público, sino también hastío: la gente quiere que se les entregue algo diferente y se refugian en las televisoras públicas.

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El 7 tuvo una buena cosecha con Ginóbili y la NBA.
 
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