TELEVISION › EL REPENTINO LEVANTAMIENTO DE “DEJAMELO PENSAR”
El programa que conducían Sandra Russo y Boy Olmi salió del aire de Canal 7 sin que sus responsables recibieran previo aviso de parte de las autoridades.
› Por Emanuel Respighi
Si bien poco se sabe de la programación 2008, por lo pronto ya hay un ciclo que no continuará en la pantalla de Canal 7: Dejámelo pensar. El atípico magazine conducido por Sandra Russo, columnista de Página/12, y Boy Olmi, que se emitía de lunes a viernes a las 15, finalmente no saldrá al aire durante esta temporada, pese a que logró posicionarse como un programa que abría el debate y la reflexión en profundidad sobre situaciones cotidianas en un horario en que la TV se limita a telenovelas extranjeras, talk shows y ciclos de chimentos de dudosa veracidad. Una decisión al menos discutible, pero que además pone al descubierto una extraña situación: los conductores se enteraron de que el ciclo no seguía en la pantalla estatal en medio de sus vacaciones y haciéndose eco de rumores. Ni Rosario Lufrano, directora ejecutiva del canal, ni Martín Bonavetti, gerente artístico, les comunicaron que no contaban con Dejámelo pensar para el año que acaba de comenzar.
La no continuidad del programa que durante un año y medio se emitió por el canal estatal está teñida de confusión. Es que no suele ser habitual en el mundo de la televisión que la gerencia artística no notifique a las caras visibles si el programa que conducen seguirá en la grilla o no. Mucho menos que ni siquiera les atiendan el teléfono ni les respondan sus correos. Tampoco, desde ya, que a los conductores les “confirmen” extraoficialmente por personal de baja jerarquía que el ciclo no va a seguir al aire, ante un llamado telefónico realizado por ellos mismos...
“En este momento tengo un profundo dolor y bronca”, le cuenta Russo a Página/12. “La impotencia –explica la ideóloga y conductora del ciclo– no es porque se haya levantado el programa, sino porque sentí que nos faltaron el respeto, ya que nadie tuvo la dignidad de despedirnos cuando terminamos las grabaciones en diciembre ni de explicarnos los motivos sobre la baja del programa, que es lo menos que uno le puede pedir a un programador. Además, tengo entendido que otros programas tampoco van a continuar y, sin embargo, a ellos sí les comunicaron la decisión.” Por su parte, Olmi, coconductor del ciclo, detalló que no tiene contacto con la gerencia artística desde noviembre, cuando le informaron que “para el verano se iban a detener las grabaciones y que más adelante nos iban a llamar para ver cómo continuábamos. Pero ese llamado nunca se produjo hasta ahora”.
En medio de esta nebulosa, la sospecha de que el ciclo no iba a continuar llegó en el lugar menos pensado: a Russo alguien ligado al canal le comentó en la playa que Dejámelo pensar no estaba en la grilla de este año. “Inmediatamente –relata la periodista– llamé a Bonavetti, pero no me atendió, así que hablé con Alejandra Bochatei, la subgerente de programación, que me confirmó que el ciclo no iba a continuar. Luego le mandé un mail a Bonavetti y nunca me respondió. Evidentemente, a nadie del canal le interesó ser respetuoso conmigo.” Consultados sobre los motivos que –intuye– llevaron al levantamiento del ciclo, los conductores prefieren no aventurar hipótesis. Si bien Dejámelo pensar fue uno de los primeros ciclos diarios de la gestión de Lufrano, Russo puntualiza que en el canal nunca se sintió apoyada por las autoridades, ni siquiera cuando en septiembre pasado tuvo un inconveniente con las productoras de la planta de la emisora. “Con la producción tuvimos diferencias ideológicas, profesionales y personales irreconciliables en septiembre. Al punto de que le dije a Bonavetti que quería dejar todo en ese momento porque no podía más. Pero me pidió por favor que aguantara hasta fin de año, descansara en el verano y que en febrero regresaríamos con la preproducción del ciclo con gente nueva. Esa fue la última vez que crucé diálogo con el gerente”, subraya la conductora.
Página/12 intentó en reiteradas oportunidades hablar con Bonavetti y Lufrano, pero no respondieron a los llamados. La única respuesta de la gerencia fue a través de un vocero que negó que hubiera habido maltrato y explicaron “que la no continuidad de Dejámelo pensar se debió a una decisión artística basada en que el programa había cumplido un ciclo”. Incluso, desde el canal señalaron que le ofrecieron a Russo continuar con un programa diferente en la franja de las 20, pero que fue rechazado por la periodista. “No podía aceptar continuar en el canal sin que antes alguien me explicara las causas del levantamiento del programa que ideé y del maltrato que sufrí por la producción y las autoridades. Yo no fui a pedir trabajo al 7; Lufrano me convocó. No necesito del canal ni busco continuidad televisiva. No quiero seguir en el 7 como sea. Sólo pido respeto.”
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