La ceremonia de los Oscar del domingo fue la edición de menor audiencia de la historia de los galardones de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de EE. UU. Transmitida en vivo por ABC, la ceremonia que celebró el 80º aniversario de los premios fue seguida por un promedio de 32 millones de televidentes. Según los datos brindados por Nielsen Media Research, a lo largo de sus tres horas y veinte minutos el especial televisivo fue visto por un millón de personas menos que su anterior record más bajo, ocurrido en 2003, cuando la ceremonia en la que Chicago fue elegida como mejor película se transmitió inmediatamente después de que Estados Unidos iniciara la invasión a Irak. Los 32 millones de espectadores que siguieron la gala por ABC representan una caída en la audiencia de cerca del 25 por ciento, en comparación con los más de 40 millones que la siguieron el año pasado.

Según indicaron algunos analistas, el bajo rating puede entenderse a partir de que la mayoría de las películas nominadas no fueron de las más taquilleras, lo que pudo haber influido en el poco interés por la ceremonia mostrado por los estadounidenses. Un dato que corroboraría este análisis es que la edición de los Oscar más vista desde 1974 –año en que comenzaron las mediciones– fue la de 1998, cuando 55,25 millones de espectadores presenciaron el triunfo de la superproducción de James Cameron Titanic, que recaudó 600 millones de dólares y esa noche se alzó con once estatuillas. Por su parte, otros críticos señalaron que la fuerte presencia de estrellas europeas tampoco ayudó a que los norteamericanos depositaran en la ceremonia altas expectativas. La escasa producción vista en los temas musicales nominados que se interpretaron sobre el Kodak Theatre y en los videoclips que se mecharon entre los premios, producidos a las corridas por los organizadores dado que la huelga de guionistas recién se levantó el 13 de febrero, pudo haber sido otro de los factores que explican la baja en el rating de la premiación.