VIDEO
EL JUEGO DE LA FORTUNA
de Bennett Miller.
Con Brad Pitt, Jonah Hill y Philip S. Hoffman. 2012, 133 min. Sony Video.
Steven Zaillan y Aaron Sorkin reescriben, desde un ángulo nuevo, uno de los mitos más gastados de Hollywood: el del equipo (de béisbol, en este caso) que cae hasta lo más bajo, para escalar luego hasta lo más alto. La novedad es que en lugar de tratarse de la remanida épica de fe y de coraje, el resurgimiento que los Oakland Athletics experimentaron una década atrás se apoyó sobre un simple cálculo estadístico. Tal vez con algunos minutos de más, El juego de la fortuna cultiva un medio tono que rehúye de toda grandilocuencia. Tono al que un Brad Pitt introspectivo sirve a la perfección, en el papel de manager de los OA. Tanto como Jonah Hill, en el papel del anticarismático geniecillo estadístico que deviene su brazo derecho.
ASESINOS DE ELITE
de G. McKendry.
Con Jason Statham, Robert DeNiro y Clive Owen. 2011, 116 min. Transeuropa.
Una fascinante historia de espionaje reconvertida en film de acción, al servicio de Jason Statham. La historia real es la de un grupo paramilitar que en los años ’70 emprendió, con la venia de los servicios secretos de Su Majestad, una serie de acciones encubiertas en la zona de Omán. La película presenta a Statham como asesino a sueldo retirado, obligado a volver a la acción cuando el sheik de ese país árabe secuestra a su mentor (Robert DeNiro). Para liberarlo, Statham deberá ejecutar uno por uno a los miembros de aquel grupo, que tiempo atrás asesinaron a los cuatro hijos del sheik. La muy británica sequedad y renuencia al glamour aproximan a Asesinos de elite al modelo de la serie Los profesionales, lo cual no está nada mal.
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