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SECRETOS DE ESTADO

de George Clooney. Con Ryan Gosling, G. Clooney y Philip Seymour Hoffman.
2011, 101 min.
AVH.

La cuarta película como realizador de George Clooney es como trasladar El estudiante del ámbito de la política estudiantil porteña al de la más alta política de la nación más poderosa del mundo. Como en el film de Santiago Mitre, lo que se narra aquí es la pérdida de ingenuidad por parte de un joven recién llegado a la política, que trabaja en el equipo de un candidato demócrata a la presidencia. La pérdida no es sólo de él, sino también de una voluntaria. Lo cual da a la decepción un cariz tanto político como humano, que alcanza la tragedia. Lo interesante de Secretos de Estado es que esto no es visto a través del simplismo moralizador, sino desde un realismo que pone la película más cerca de Maquiavelo que del “que se vayan todos”.

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CABALLO DE GUERRA

de Steven Spielberg. Con Jeremy Irvine, Peter Mullan y Emily Watson.

2011, 146 min.
Disney Arg.

Un Spielberg resueltamente retro, narrando la historia de amor entre un joven campesino y un potrillo, en una idealizada Irlanda de comienzos del siglo pasado. Olvídense del más mínimo componente zoofílico: Caballo de guerra le debe más a Disney que a Freud. Pero un Disney libre de falsedades y cursilerías, un Disney que realmente cree en la generosidad emocional. O sea, un Disney llamado Spielberg. Al galope, la historia pasa del bucolismo al melodrama bélico, atravesando Europa a partir del momento en que el pura sangre es martirizado como bestia de carga, al servicio de los distintos ejércitos en pugna. Como si fuera un Griffith del siglo XXI, Spielberg narra con la brillantez de costumbre, sin el menor temor por la emoción.