VIDEO
Monster House,
la casa de los sustos,
de G. Kenan.
Voces de Steve Buscemi, M. Gylenhaal y Kathleen Turner.
2006, 91 min.
AVH.
Hete aquí, seguramente, el mejor largo animado del año, en el que Steven Spielberg y Robert Zemeckis parecen recuperar lo mejor de sí mismos, esta vez en el rol de productores. Viniendo de los creadores de E.T. y Volver al futuro, qué fórmula podría representarlo mejor que no fuera la operación chicos + terror, con esta historia de una casa embrujada que altera la calma de un barrio residencial. La casa está habitada por un tipo desagradable y además tiene vida propia, dedicándose a asesinar a los visitantes indeseados. Pero un chico aventurero, su amigo torpe y una linda vecinita terminarán descubriendo que detrás de todo eso hay una conmovedora historia de amor loco, macabro y freak. Arranque con el pie derecho del director, el debutante Gil Kenan.
Transamérica
de Duncan Tucker.
Con Felicity Huffman, Kevin Zegers y Fionulla Flanagan.
2005, 103 min.
Transeuropa.
Una película “de diferentes” diferente a las películas de diferentes. Por suerte. Una semana antes de hacerse la operación de cambio de sexo, un señor que está por volverse mujer (Felicity Huffman, una de las Amas de casas desesperadas, en titánica composición) descubre que alguna vez tuvo un hijo, y que como el chico está en problemas ahora debe ir en su rescate. Por suerte, el reencuentro entre ambos no conduce a la redención mutua ni al arrepentimiento ni a ninguna otra de las coartadas de la moralina cinematográfica hollywoodense. Tampoco es la inminente transexual un modelo ni ejemplo de nada, sólo una persona que quiere consumar su deseo. Una road movie bastante marginal, en definitiva. Marginal al sistema hollywoodense, se entiende.
Piratas del Caribe 2
El cofre de la muerte
de G. Verbinsky.
Con J. Depp, O. Bloom y K. Knightley.
2006, 150 min.
Disney Argentina.
La 2, mejor que la 1. Así lo entiende al menos esta sección, considerando que la primera parte de Piratas del Caribe no lograba despegar, y ésta sí lo hace. El afiatamiento del director, Gore Verbinsky, la desorbitada acumulación de peripecias y la decisión de arrojarse sin frenos en brazos del disparate son algunas razones para esa mejoría. Debe reconocerse, de todos modos, que le sobra una buena media hora a este banquete de tesoros escondidos, brujas vudú, caníbales sacrificiales, tripulaciones mutantes y pulpos gigantes. Reina por sobre todos, claro, el capitán Sparrow, al que un Johnny Depp con vía libre empuja un poco más al ridículo y la parodia. Si le suma el huesudo sex appeal de Keira Knightley, da para esperar la tercera parte con ganas.
Dear Wendy
de Thomas Vinterberg.
Con Jamie Bell, Bill Pullman y Michael Angarano.
2005, 102 min.
AVH.
Aunque el director sea Thomas Vinterberg (el danés de La celebración), si una mano se hace notar aquí es la de su productor y guionista, Lars von Trier. Como si fuera una cuarta pata de la “trilogía de los Estados Unidos”, iniciada con Dogville y Manderlay, Von Trier y Vinterberg narran aquí otra fábula de violencia y pasión por las armas, en un nuevo pueblito mítico americano, en el que un grupo de chicos forma una secta de adoradores de las armas. La Dear Wendy del título es, de hecho, la pistola del protagonista, a la que éste le escribe cartas de amor. Los chicos se proclaman pacifistas, pero no es difícil imaginar que algo van a hacer con tanta arma. El film sufre de sobrepeso alegórico, pero destellos de humor ayudan a alivianarla.
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