A diferencia de Caro diario y Aprile, en El caimán Moretti resigna la primera persona del singular para contar la historia de un productor de cine enfrentado casi sin quererlo a un proyecto impensable en la Italia de hoy: hacer un film sobre Berlusconi. “En mi país no cambió nada”, afirma.
Por Luciano Monteagudo
EL MUNDO PRIVADO DE TRUMAN CAPOTE, EXPUESTO A TRAVES DE SUS CARTAS