OPINION
Una influencia fundamental
Por abelardo castillo
Mi lectura de Kierkegaard fue muy temprana y anterior a la de Sartre. Salvo que entendamos como una especie de protoexistencialismo las Confesiones de San Agustín o la obra de Pascal, es indiscutible que el origen del existencialismo contemporáneo está en la obra del pensador danés. El concepto de la angustia nos da la medida de todo lo que influyó ese texto en la obra de Sartre, y sobre mí, personalmente, por el fundamento cristiano. En el vasto Diario de un juez llega a la conclusión de que a aquello en lo que hace tanta alharaca el comunismo –la igualdad de todos los hombres–, el cristianismo lo da por supuesto. Ciertas teorías actuales acerca de la relación que existe entre socialismo y cristianismo ya estaban en Kierkegaard, lo que da idea de la contemporaneidad real de su pensamiento. El decía que teníamos que ser contemporáneos de Jesús, en el sentido de que no se lo podía ver como un hecho histórico sepultado en el pasado, sino como algo que nos compete a todos y que es una moral en acto. Su obra abarca un registro amplísimo, e incluso es notable, cuando se la lee con atención, porque muchas veces polemizaba consigo mismo a través de sus seudónimos; es el inventor del heterónimo, algo así como un Pessoa avanzado. Sin duda, ha dejado marcas en mí y en aquellos escritores que de algún modo me formaron. Unamuno aprendió danés nada más que para leer a Kierkegaard, pero me parece que hay un descuido importante: la influencia inmensa que tuvo en Kakfa. Uno de sus maestros intelectuales de primerísima importancia fue el cristiano Kierkegaard.
El cristianismo, tal como yo lo entiendo, puede prescindir de la idea de Dios, pero en Kierkegaard es deísta. Una influencia casi inconsciente de los argentinos se da a través de Discépolo. Cuando en Confesión dice: “En mi caída busqué dejarte a un lao” –abandona por amor a la mujer que ama para no dañarla y arrastrarla con él–, parece Kierkegaard y su relación con Regina Olsen a la criolla. Nunca se sabrá los motivos por los que la dejó. El provocó la ruptura y escribió en su diario: “Hoy se arrastró y lloró a mis pies, sin embargo dentro de un año estará casada con otro. En cambio yo me sentiré responsable de ella toda la vida”.