- Cucho (Los Auténticos Decadentes): “Antes estaba en contra de bajar música, porque nos perjudica a los músicos. Pero después me di cuenta de que la actitud de los que bajan temas es comprensible, porque se vincula al hecho de que un CD hoy puede costarte treinta pesos. Creo que vamos a tener que buscarle una solución creativa al problema. Se podría, por ejemplo, poner en la web una parte de los temas, como para poder decidir si queremos comprar el CD o no. Otra podría ser vender el mp3 a un precio menor que el disco. Lo evidente es que algo hay que hacer, porque lo que está pasando... ya es cualquiera”.
- León Gieco: “Intercambiar archivos de música sin la autorización de quienes participaron en su creación es ilegal y problemático, porque si esta práctica continúa, en muy corto tiempo destruirá nuestras posibilidades de hacer y disfrutar de la música. Tenemos que valorar las oportunidades del arte de todos los músicos argentinos y ser conscientes de que la piratería daña todo el proceso creativo y las fuentes de trabajo de muchas familias, que no solamente son las de los artistas. Si empezamos a utilizar estos sitios en los que se puede acceder a la música en forma legítima, vamos a tener una gran oportunidad de hacer que surjan nuevos puntos de encuentro entre la música y el público, y estaremos incentivando a nuevos artistas y compositores”.
- Sarcófago (Ratones Paranoicos): “Estamos ante un caso de abuso. Si te querés bajar un tema que no se puede encontrar en ninguna parte, me parece perfecto que te metas en la web a buscarlo. Pero lo que está pasando ya me parece raro, es como ir a una biblioteca, pedir un libro y robarlo. Y si bien es cierto que el fenómeno de bajarse música responde a una necesidad cultural, también es verdad que hay quien baja canciones para lucrar. No creo que un castigo sea lo correcto, pero sí pienso que hechos como éste significan una oportunidad para detectar a quienes están haciendo un negocio a costa de los artistas. Si es así, la medida va a servir. La otra cara de la moneda la representan las empresas. Con los discos pasa igual que con los supermercados: se juntan cinco tipos y deciden qué podés comer. Es hora de que los precios de los CD bajen y que ese tipo de movidas se acaben. También ha llegado el momento de permitir que las personas vayan a las disquerías y armen su propio disco eligiendo canciones, pagando lo que corresponde”.
- Charly Alberti: “La actividad de intercambiar archivos musicales sin autorización no sólo es ilegal, sino que además deja al músico sin la posibilidad de vivir de su trabajo, y daña de forma permanente a toda la industria y a todas las familias que viven en relación directa con ella. La gente tiene que entender que la música no es gratuita, que detrás de cada canción hay muchísimas horas de trabajo y dinero invertido por parte de los músicos y productores. Si la gente paga por sus alimentos y servicios, ¿por qué pretende no pagar por la música?”.