El show de Mardel actualiza con toques locales una sensación que se expande en Occidente. Si el inicio de la década puso en primer plano a los metrosexuales sensibles y preocupados por la apariencia; a las puertas del 2010 el deseo de no perder espacios de la vieja masculinidad empieza a empujar en sentido contrario. ¿Cómo reaccionan las mujeres ante ese conflicto? Rachel Donadio, Sheelah Kolhatkar y Anna Schneider-Mayerson lo resumieron en una columna titulada “Tomátelas, muchacho emo”, que se publicó en The New York Observer: “No es que sea afeminado o gay reprimido. Pero esa nueva camada de hombre sensible es engañosa (...) Habla de sus sentimientos. Mucho. De sus miedos y aspiraciones secretas, de las presiones de su familia, de su ansiedad ante el desafío de conseguir pareja, o firmar ese contrato, o dirigir esa ONG. Suena sensible y lo es, aunque esa sensibilidad está tan concentrada en él que lo hace desentenderse de la mujer que invitó a cenar”. Los síntomas del cambio andan chispeando por diferentes zonas de la industria cultural. Un ejemplo claro es la serie Lost. El tándem Jack/Sawyer, más allá de las diferencias abismales que separan a uno del otro, responde al nuevo arquetipo.