El controvertido papel de Ernesto Sabato en la Conadep (Comisión Nacional para la Desaparición de Personas) lo ha colocado en el foco de la polémica después de la publicación del Nunca más, donde se formula la llamada “teoría de los dos demonios”, la equiparación del terrorismo de la guerrilla con el terrorismo de Estado. “El consenso mayoritario en los medios intelectuales argentinos considera conceptualmente falsa esta nivelación de responsabilidades”, subraya María Rosa Lojo. “No obstante, el juicio a las Juntas Militares y la creación y acción de un organismo como la Conadep fueron, sin duda, hechos nunca vistos en la historia de las dictaduras latinoamericanas.” Lojo recuerda la participación de Sabato en un almuerzo ofrecido por el dictador Jorge Rafael Videla a un grupo de intelectuales, otro foco de disputa crítica que no se ha extinguido. “Nos constan, empero, las declaraciones de Sabato pronunciadas al día siguiente de esa comida para el diario La Opinión, donde afirma haber pedido informes sobre personas detenidas, como el narrador Antonio Di Benedetto y el arquitecto Jorge Hardoy. Di Benedetto dedicó ‘al gran escritor argentino Ernesto Sabato’ y al ‘Premio Nobel de Literatura Heinrich Böll’ sus Cuentos del exilio (1983), en reconocimiento a que ambos bregaron ‘por su libertad en altas instancias’”, señala Lojo. “Creo que Sabato no obró de mala fe, aunque es un tema que sólo puede y debe responder él mismo.”