La expectativa que generó la conducción de Gervais de los Globos de Oro tuvo su inevitable correlato –con polémica incluida– una vez finalizada la ceremonia del último domingo. Mientras los críticos de los medios más conservadores de Estados Unidos criticaron la tarea del creador de The Office y Extras, por considerar que el humorista escarbó en la vida privada de las celebridades más allá de la cuenta y no se inhibió ante la catástrofe en Haití, los televidentes parecieron aplaudir la decisión de la Asociación de la Prensa Extranjera en Hollywood de confiarle la presentación: la audiencia de la transmisión de la 67ª edición de los Globos de Oro a cargo de la NBC fue seguida por 17 millones de personas. Esa cifra representa un incremento del 14 por ciento de televidentes respecto de la que la gala obtuvo en 2009, la cual fue vista por 14,9 millones. El público dio su veredicto.

La ceremonia de premios para el cine y TV, de tres horas de duración, fue el programa más visto entre las 20 y las 23 del domingo en la NBC, que se ubica en el último puesto de audiencia entre las cuatro grandes cadenas de Estados Unidos. Para mostrar la dimensión de lo logrado por Gervais basta señalar que la transmisión fue el programa con mejor audiencia del canal en horario central para los televidentes de entre 18 y 49 años desde la emisión del capítulo final de ER, en abril pasado. Eso explica, también, la presión de la NBC para que el británico acepte participar de un episodio de la versión estadounidense de The Office, su más gloriosa creación.