La 56ª edición del Festival de Cine de Berlín abrió ayer el desfile de las 19 películas a concurso con la británico-canadiense Snow Cake, de Marc Evans, un film de tono melancólico en el nevado Ontario, con Sigourney Weaver y Alan Rickman como protagonistas. La historia de un hombre atormentado que comunica a una madre autista que su hija acaba de morir en un accidente automovilístico inauguró la Berlinale, por la que, hasta el próximo día 18, se podrá ver cine político, sentimental o puro espectáculo, de acuerdo con el propósito de su director, Dieter Kosslick, de ofrecer un festival variado. Con la elección de Evans, Kosslick se aseguró para la apertura el primer desembarco de estrellas, ya que para la gala nocturna de estreno pasaron por la alfombra roja tanto Weaver como Rickman, además del director y otros miembros del equipo. Al estreno de las películas a concurso se sumará hoy otro toque de glamour, probablemente el más esperado de la Berlinale, con la presencia de George Clooney representando a Syriana, de Stephen Gaghan, que se exhibe en la sección oficial pero fuera de concurso.