La temporada aún no ha comenzado y el conflicto gremial –que ya existía a fines del año pasado– continúa en el Cervantes y hasta amenaza con derivar en la suspensión del comienzo del ciclo. “El Teatro Nacional Cervantes está atravesando una crisis gravísima, inédita en su historia”, dice Alejandra Boero, del Movimiento de Apoyo al Teatro. “Los conflictos gremiales y burocráticos –continúa– determinaron la virtual parálisis que afecta a sus tres salas. Está faltando una reestructuración profunda, que depende de la voluntad política del Gobierno y de la importancia que en ese nivel se les reconozca a los bienes culturales y su relación con el desarrollo espiritual y material del país.” La disconformidad entre los trabajadores del teatro gira, en parte, en torno de la nueva Temporada de Proyección Federal, por la cual se fomentaría la producción en el interior del país en desmedro de la actividad en la sede porteña. “El bellísimo edificio de Córdoba y Libertad es patrimonio de la Nación y debe servir dinámicamente y a telón abierto a la actividad escénica que le da sentido. Y esta crisis lo ha llevado a quedar sin programación”, explica Boero. “La extensión hacia el interior es importantísima y promisoria, y era algo que estaba faltándole a nuestro único Teatro Nacional, pero esto debería sumarse a lo que se estrenara en Buenos Aires y no reemplazar lo que se haga en los escenarios de las salas María Guerrero, Orestes Caviglia y Luisa Vehil”, completó. Al reclamo del Movimiento de Apoyo al Teatro –integrado por Roberto “Tito” Cossa, Carlos Gorostiza, Hugo Urquijo, Rubens Correa y muchos otros– se suma el de la Asamblea de Técnicos del Teatro Nacional Cervantes: “Hemos acercado a la Secretaría de Cultura una cantidad incontable de proyectos, no sólo con el objetivo de mejorar las condiciones laborales, sino también, y sobre todo, para brindarle al teatro una estructura y organización transparentes, aceitadas y eficientes”, expresaron los técnicos en una carta a Página/12. “El deseo de este colectivo de trabajadores –resumieron– es brindar los espectáculos de calidad que el teatro se merece, conscientes de que está en nosotros el resguardo de un arte casi extinto, que es el del oficio teatral.”