La visita de la presidenta Cristina Fernández al pabellón argentino, el miércoles pasado, alteró lógicamente el ritmo del espacio, pero no la programación prevista para esta semana, que continuó ayer con gran afluencia de público. A la muestra Evita, la mujer del Bicentenario, del orfebre Marcelo Toledo, se suma la programación propuesta para estos días por la Secretaría de Cultura: la música actual de Cuyo representada por el Dúo Orozco-Barrientos, tango del mejor con el dúo del bandoneonista Pablo Mainetti y el guitarrista César Angeleri y dos parejas de tango que logran la atención inmediata del auditorio chino. Desde las pantallas, Maradona y Borges se encuentran junto a una cantidad de referentes del deporte, la cultura, las ciencias, la educación. También hay vinos y alfajores argentinos y, claro, asado y choripán en el restaurante de Fernando Yuan, un chino que se fue a la Argentina y habla como porteño. Aunque mantiene su residencia en Buenos Aires, instaló en Beijing el restaurante Obelisco, con todos los ingredientes del asado, que ahora los chinos pueden probar también en la Expo.

“El stand argentino tiene un marcado perfil apuntando a la cultura y el arte como referencia en el mundo –destaca el secretario de Cultura, Jorge Coscia–. Están presentes los iconos tradicionales de la Argentina y esto ha generado una respuesta sorprendente. Ver cómo esos iconos, que alguna vez fueron despreciados como populistas, son reconocidos en el mundo, tiene que ver con un proyecto de país, con una política que está reconstruyendo las piezas de un país desintegrado, al tiempo que está demoliendo el mito del ‘país aislado del mundo’. De una cultura europeizante, en el Centenario, pasamos al Salón de los Patriotas del Bicentenario. Cuando se consolida un país, se integran los personajes de su historia y los iconos de su cultura”, evaluó.

Esteban Zubizarreta, director del pabellón argentino, apunta que el objetivo es ganar presencia no sólo con respecto al público, sino frente a los representantes de los demás países, en un ámbito ideal para el encuentro de especialistas en temas de cultura y de política ambiental (el lema de la Expo es “Mejor ciudad, mejor vida”) de todo el mundo. “Nuestro pabellón está ubicado en el Sector C, dentro del cual están agrupadas América, Europa y Asia. Gran parte de los pabellones latinoamericanos armamos un grupo al que llamamos ‘el C8’ –cuenta–. La idea es tener una representación conjunta para poder avanzar en integrar los programas culturales, salir a trabar relaciones con otras regiones como continente, trabajar como una embajada de América.” Para Martín García Moritán, comisario del pabellón, buena parte del objetivo está cumplido: “Para la mayoría de los que ingresan al pabellón, la Argentina es sinónimo de Maradona o de Messi. Al salir, ahora saben que ellos forman parte de un país rico en su diversidad”.