Acostumbrado a parodiar los clichés del rock, Diego Capusotto no está dispuesto a incurrir en una analogía de la moda de los regresos de grandes bandas. Por eso, y aunque dijo que por ahora no tuvo ofrecimientos para que eso pase, no formaría parte de una eventual reunión del elenco de Cha cha cha. “Me parece que es un momento sagrado que pasó, al menos para mí –asegura–. Percibo esas cosas como puntapié para adelante. Volver es regresar a un lugar al que no hay que retornar. Alfredo (Casero) tuvo una relación mucho más personal con Cha cha cha, fue una especie de caldo que él provocó, y él podría volver a hacerlo, yo no. Yo transité el programa y después me permitió hacer otras cosas. En realidad, hoy tengo la cabeza puesta en otro lado, no es algo que me gustaría hacer. Lo que sobrevuelan son los espíritus. Ese espíritu que hay ahí también está en lo que hacemos ahora, y eso es lo que tiene que tener continuidad”, considera el humorista. Ese programa, que hizo famosos a personajes como Siddharta Kiwi o la Licenciada Luz Clarita, adquirió una dimensión mítica por haber aparecido en un momento singular, según Capusotto. “Eramos diez tipos a los que no nos conocía nadie. El establishment televisivo decía: ‘No se entiende’. Y después Marcelo Tinelli nos terminó produciendo. Terminó siendo más aceptado, hay una mirada que se acostumbró a eso”, explica.