Tras haber profundizado en la psiquis docente, Juan Pablo Geretto ensaya balances provisorios sobre la actualidad del sistema educativo. “Los pibes están demasiado estimulados. Se les está metiendo demasiada información al precio de sacrificar su infancia, nada menos”, se queja. “Yo coincido con lo que opina el pedagogo italiano Francesco Tonucci. El dice que la libertad en la cabeza de un pibe de cuatro años atenta contra nuestro sistema, y que como consecuencia los amoldamos a nosotros y les cortamos los caminos alternativos. Por eso las infancias son cada vez más cortas.”

¿En qué lugar se sitúa, entonces, la educación pública? “La reivindico. No obstante, en el monólogo hay un párrafo donde me pregunto para qué queremos más evidencia de lo que no podemos hacer. Es decir: ¿para qué queremos más escuelas si no tenemos chicos en condiciones de ir a aprender porque no comen, o por lo que sea? La escuela no es el edificio. El edificio es esta forma que tenemos hoy para ir a la escuela. A lo mejor en el futuro inventamos otras.”